Creímos escuchar a Vitali Shentalinski una entonación sarcástica en un ruso, que por lo demás resultó bastante cavernoso. De barba descuidada, las arrugas le recorrían en forma de bolsas los ojos , lo que confería al escritor tártaro una vitola más de bonvivant que de intelectual . Su discurso en cualquier caso había sido bastante grave. También revoloteaban e n el estudio de radio las réplicas de César Vidal , más regordete y bajito de lo que reflejan las fotografías, seguramente retocadas. A salvo de las cámaras de televisión y del maquillaje, una capa cerúlea se entreveraba en la cara del famoso locutor. Quizá la desaparición de los medios del señor Vidal, sea uno de los misterios más extraños acaecidos en las ondas: independientemente de que no fuese santo de nuestra devoción, en aquella entrevista dio muestras de su buen ruso y de erudición. Tampoco sabemos si la leyenda urbana de su capacidad para despertarse con una novela en sus brazos cada poco tiemp...
Un viaje por la historia y la cultura