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Mostrando entradas de octubre, 2016

Obuses y rimas

" Se puede quemar todo menos la nostalgia, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña " Rayuela, Julio Cortázar .  Infancia de Julio Cortázar Resaca de obuses y llamaradas develadoras sirvieron de parabienes en el nacimiento del retoño de los  Cortázar , allá en el año 1914. Los soldados del Kaiser habían irrumpido sorpresivamente en Bélgica de acuerdo a la ofensiva diseñada por el  Plan Schlieffen (1).  En nuestra pequeña historia familiar de los Cortázar, este hecho aventó la plácida estampa del nacimiento del pequeño Julio. Unas semanas más tarde, la Wermacht desfilaba delante de los ventanales de la casa familiar, pero los Cortázar habían partido al exilio comenzando un periplo por Suiza, que les llevó a la Barcelona de Gaudí . Tras muchos años, el gran literato resucitaría las mayólicas del Parque Güell gracias a la ayuda de su madre, María Herminia Descotte . Ambos arrastraban las erres – su madre

Antonio Rossas y el treinta y dos.

Me bamboleaba en el treinta y dos con una resaca literaria y de Hendrick´s ; desde luego me había empapuzado de buena ginebra, por lo que parecía una marioneta aferrado a una de las barras de aquel autobús. Afuera el otoño del Retiro inflamado de colores ocres, inspiraba mis ideas que venían a ráfagas y por supuesto a tientas, tras la ingesta de alcohol. Porque todavía recordaba la conversación elevada de tono que había mantenido con mi profesor de portugués, Antonio Rossas, un intelectual de izquierdas, que si se me permiten señalar tachas ajenas, tenía enormes lagunas en nuestra literatura. Lastrado es verdad por muchos tópicos (1) , pero me había afirmado sin embozo.- Desde hace un siglo o más, no ha nacido ningún autor español de renombre, Muna. Quizá Galdós, pero es demasiado popular. De los de ahora me gusta muchísimo Enrique Vila- Matas. -           A mi también.- Le respondí con desgana. Como un ángel caído del 2012, me presenté en la famosa Edad de Plata de nuestr

Benjamin Button y la eterna adolescencia de Fitzgerald.

" I want to see my child ! Mr Button almost shrieked. He was on the verge of collapse " The curious case of Benjamin Button  Todo se disfrazaba de un velado misterio a los ojos de un padre jovial, que irrumpió en el hospital donde se mueven los recelos en torno suya. Se suceden las galerías, rellanos, y escaleras, que con pies que parecen propulsados por un  charlestón frenético o ¿son las dudas ante un fascinante desenlace lo que azuza al lector? El padre se topa con enfermeras turbadas que apartan la mirada o se cansan de su impertinencia. Tan sólo reclama ver a su retoño, cuando por fin llega a la pieza y demudado descubre a un viejo que llega a la sesentena. ¿No estarán gastándole una broma demasiado pesada? ¿Aquel odre agostado es realmente su hijo? Es verdad que el filme protagonizado por el ubicuo Brad Pitt   evitó cualquier presagio y sorpresa la primera vez que leímos su relato, en inglés. Con anterioridad habíamos penetrado en la novelística de F. Scott Fitzge

Un osado llamado Erhard

En junio de 1948 el teléfono no dejó de chirriar durante todo el día como un maldito grillo en el despacho de   Ludwig Erhard . Aunque el responsable económico de las zonas ocupadas por británicos y americanos de Berlín,    parecía dispuesto a cualquier locura con tal de rescatar una economía que no se sobreponía de sus cenizas (habían transcurrido más de tres años desde el final de la contienda). Al fondo del gabinete, Ludwig  templaba sus ánimos hojeando informes o se quitaba la pelusilla de su chaqueta, hasta que por fin cogió el auricular conteniendo el resuello.  - Profesor Erhard, mis asesores dicen que está usted cometiendo un grave error- le  inquirió su colega,  el comandante militar estadounidense, el general  Lucius Clay,   al otro lado del teléfono . Quizá pensase que aquellos teutones eran tercos como mulas.  -  Eso es lo que dicen también mis asesores (1) . - El profesor sin embargo, le repuso con una muestra sombría de humor. Una llamada llena de nerviosism

El incierto señor Cheever

" It was of those midsummer sundays when everyone sits around saying, " I drank too much last night " ( T he Swimmer, John Cheever 1964 ) Con la resaca a cuenta de los sistemas de educación (1)   parece que la historia de John Cheever nos ilustraría un poco sobre tantos enconos encendidos, que despierta este tema. Cheever, es sin duda uno de los mejores cuentistas del siglo XX y no va con dobles intenciones, porque como  él mismo confesó, de no haber sido expulsado del Instituto, " quizá habría sido dependiente de una estación de servicio o algo por el estilo ". Se trata cómo no de una boutade que realza los caprichos del destino, que algunas veces forja a los mejores hombres. Pero cómo hubiese frenado este tipo una elocuencia inefable (2) que logró plasmar en un primer relato,    Expelled,   que  con tan sólo diecisiete años  asombró al mundo editorial por la gran calidad literaria que atesoraba .  Algunos críticos intuyen  la temática  del El guardian

Una singladura por las estrellas de Chandrasekhar.

-  ¿Muna, no te parece extraño el universo?- Flanqueados por veredas de pinares, asomaba la luna en el   Camino del Arcipreste y casi no llegábamos al cierre del parque recreativo de la Panera. No fue óbice que la noche se cerniese bullendo en cada roca para que  encogidos por semejante bóveda celestial, Manuel  Ontiveros  me discursease  de cosas que escapaban a nuestro discernimiento . Púlsares, cuásares o agujeros de gusano titilaban como bailarinas singulares por encima de nuestras cabezas. Más tarde, con nuestras familias y el tole tole de su casa del Espinar, nos apartamos a la balaustrada del porche a pontificar acerca de literatura del género, que nos abriría algo los ojos respecto a la liturgia de la religión de las estrellas (1) .   - Cualquiera que nos oiga, Lolo, parece que entendemos de algo y en realidad no comprendemos nada.- Le repuse, mientras él expelía humaradas azules de forma muy plácida. Enseguida hicimos una semblanza de Kip Thorne que es una de las per