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Mostrando entradas de abril, 2020

Miss Lonelyhearts

E l amor, hecho de  materia  etérea . ¿Química o física? Filtros amorosos, cartas del Tarot que dibujan un espejismo, más que el futuro. Más consejos amorosos con los que aferrarnos a una aspiración, que nos sirva para combatir la soledad y nuestro desespero. Más acuciantes si cabe en la gran urbe, donde conviven como abejas millones de seres humanos, que fingen saber lo que hacen en esta inmensa colmena. Muchos acuden a él, un lobo solitario, que en medio de la redacción escucha el sonido de una Remington, que comienza alegre un artículo. Él vuelve a frotarse los ojos, le flota el terno alrededor de su cuerpo, mientras le aguardan farallones de cartas de su sección de consejos. Busca una epifanía que le haga salir de su marasmo. Es hombre, pero sabe que las mujeres guardan mejor las confidencias y el público se abre más a sus brazos maternales. P or eso el protagonista se disfraza en el seudónimo de Miss Lonely Hearts , que es el título de esta magnifica novela, para llevar su secci

Bousquet, poesía en el magín de unas sábanas.

U nos completos majaderos, si pensaban que se podrían desembarazar de la esposa, escapando a los dominios de Carcasona, donde un poeta inválido acoge a los perseguidos, da igual de qué condición. Contaban que la esposa amargaba al marido libertino, al que asediaba con constantes súplicas. - Me quitaría la vida.- Solloza la interfecta, que cae derrengada sobre el sillón, para como un flan, soltar al desgaire todo un sinfín de querellas. Conserva el revólver de oficial de Zuavos del padre. - ¡Me pego un tiro aquí mismo! Con todo, el gandul de su esposo se lo ha hecho infinidad de veces, aunque esta vez iba en serio, rezongaba llorosa. Por culpa de la nube de admiradoras, que le ronda, tenía una buena lista de voluntarias para retozar con él.  Jöe Bousquet, un poeta postrado en el lecho del dolor - Es que ellos son así.- Le dijo la prima de la esposa, con gran desconsuelo. Hunden ambas a la vez la cuchara en el café que todavía sigue caliente en la taza. - Viven en un continuo

Las Méliès del triunfo

L es confieso con secreto rubor, que al final llevé mis pesquisas a un lugar por el que había paseado cientos de veces. Es un día emocionante y reconfortante, aunque un éxito, que por mis vergüenzas personales, me cuesta disfrutar plenamente. No en vano, los periodistas somos algo así como detectives, a los que nos mueven otros fines bien diferentes que la persecución de los delitos. Nos interesan unas comisiones, y no las crematísticas, si es que tenemos un ápice de vocación. También los hay, y no pocos, que al olor de los francos, deslizan sus dedos por la Remington como posesos, gracias a esa inspiración monetaria.   Jeanne d' Alcy, una de las actrices más importantes del primer cine francés. Pero les sitúo, si aún siguen leyendo estas líneas. Soy el director de un diario de cine. Esa fantasmagoría, que se ha hecho un lugar en los corazones de todos los espectadores. En sus comienzos no fue un camino sencillo, sin lenguaje narrativo, el engendro enfrentó sus primer

Piedra negra sobre piedra blanca

H endía la luz, lugar tan lúgubre. El poeta abandonado en el camastro, invocaba extrañas palabras, rezaba versos en una milagrosa plegaria, que le salvase de una muerte cercana. Había viajado a una España que se abismaba en dos bandos, y de pronto, volviendo a París, su salud frágil como el pábilo de una vela, parecía extinguirse. - Pero qué tengo, doctor, dígamelo. No me lo oculte. ¿ Es tan grave como parece? - Y el galeno se giró, lleno de desconcierto, para contemplar al vate de la frente bruñida  por el sudor. Sin saber el origen del mal que le aquejaba. Una pesadilla que le había asolado en sus tiempos de estudiante. No saber diagnosticar una enfermedad, que matase a un paciente. El poema que supondrá un antes y después para la poesía contemporánea - No sabría decirle, Don César. Hemos intentado estudiando sus analíticas.- ¿Cómo decirle que su enfermedad era un misterio? Titubeaba. Se limpió los anteojos. - Estamos intentando por todos los medios.- En la cara