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Mostrando entradas de mayo, 2024

Cipolla, la raison de Don Mendo y el Conflicto Palestino israelí.

    O ntiveros era un espécimen salido no sabemos de qué esclusa de la ficción, con una cultivada imagen bohemia, la pipa escorada en sus labios, por los que se proyectaban los cañones de una barba ríspida. -          ¿Vendrás, Muna? - Campanudo, elocuente y erigido en sus más de seis pies de altura, representaba por voz y talla, sino fuera un meritorio de los escenarios, la estirpe de los actores de repertorio clásico. – Estreno  Mi viaje a ninguna parte . – Una revisión/adaptación del mito de los cómicos del inolvidable  Fernando Fernán Gómez , que trocó mi pasado fin de semana precisamente en un extraño viaje, he de reconocerlo. Porque de algunos retazos de La venganza de Don Mendo , que representaba mi amigo en su gira de cómicos, por esos avatares del destino, concluí recalando en Paracuellos. Donde  Muñoz Seca  fue fusilado. Así al desgaire, evocaba con flashes esos últimos días que el dramaturgo vivió en...

Metaxás, la redención de un agrofascista heleno.

B onachón en las distancias cortas, de risa contagiosa. Como desdeñoso si alguien se convertía en el faro de una conversación, pues anhelaba como un niño el foco de atención. Macerado, no dejaba un rastro de la moussaka, que incluso cenaba aun con la pesadez de estómago que le presuponía , mientras miraba el polisón azul del cielo ateniense, con el cigarro enroscado en los dedos.   Arriba, la Acrópolis y el Partenón , tan límpido. Se le venía el mal café cuando recordaba los frisos, cuya reposición demandaba a los imperialistas ingleses. Aunque ésas eran cuestiones para otra época, porque al dictador heleno, Ioannis Metaxás, los virajes siniestros de la geopolítica, le habían colocado en una disyuntiva, y tuvo que elegir a los ingleses, frente a las potencias del Eje. Ioannis Metaxas, el peculiar dictador griego.  A pesar de la situación, gravosa para los intereses de su país, solamente le inspiraban hiel a  Metaxás que le nombraran a su adversario político, Eleft...

El ajedrez de la historia

  H abía perdido el tren de la historia, definitivamente. Convertido en una apuesta al vacío, fumaba esos cigarros que apestaban, después de comer, y se aislaba en su amargura, mientras saboreaba la borra del café. Ambos se los había prohibido su galeno, pero qué importaba nada, en aquella jaula dorada. Entonces,  Nadezhda Krúpskaya  lo miraba con melancolía, por ese suicidio lento que la privaría de su marido, inexorable como el muro de silencio que se erigía entre los dos, ocasionado por las frustraciones de Vladimir Illich Uliánov , más conocido como Lenin . Aunque en el batifondo de una urbe serena como Zúrich, corrían rumores. Despiadados para el santón del comunismo.  El libro de Noguez sobre el oscuro líder comunista. - Lo vi, se lo juro, allí estaba. - Dijo un desmañado pintor, llamado Marcel Janco . Era él, era él, le impelió su interlocutor, que le rogó que contara.  La especie que corría era que al líder de los bolcheviques, le atraían los cantos de ...

Robert Gilson y la epopeya del amor en Tolkien

    L os rieles del bigote del severo padre temblaron llenos de enojo. Estelle King le había rechazado, a pesar o precisamente por eso, pues habían convenido que se amarían en el resto de sus reencarnaciones, cuando paseaban por el estanque de la residencia familiar.   - Fuimos egipcios, luego griegos y nos amamos, aunque ninguno de los dos lo supíéramos, Estelle. -Le dijo Robert Gilson , aún medroso y helado de la emoción por el reconocimiento de un sentimiento mutuo. Pero reverberaron las quejas de Wilson King , un cónsul americano retirado, padre de Estelle, porque le habían acogido con gran cariño, y de manera artera había seducido a su hija. Gilson le trató de convencer de la pureza de sus sentimientos, como si se tratase de un caballero de la vieja Nínive. Aunque estaban en Birmingham y era un simple alférez, con un futuro por labrarse. Humilde como un esquilador de ovejas sumerio, o un barbero en la antigua Istar, repuso el ex cónsul. Hablaban padre y el j...

Tangentópolis o una sociedad sin equilibrios democráticos.

 »A las 15,30: ¿el Demiurgo de Platón es un pobre albañil italiano, o es una hipóstasis de la Divinidad que se manifiesta como causa eficiente de la Creación? » Adán Buenosayres   -G ia, Gia, ¿ dónde estás?-  Jugaban a ese juego secreto de esconderse. Una brizna de felicidad, Giacomo se esponjaba entonces en una sonrisa traviesa. - Por aquí no. - Insistía su abuela, buscando al niño risueño de cabello rubio entre los percheros en los que flotaba la moda italiana. Un dédalo de trajes y de vestidos, por los que Giacomo se escondía de su diligente abuela, que solamente fumaba cuando no había clientela en su boutique. Si sonaba la campanilla, con aspavientos trataba de dispersar el humo. Sus labios rouges, cara ovalada de actriz italiana de los años cincuenta. A Noemí la comparaban con Lucía Bosé , aunque tuviera los ojos verdes y la tez alba. Era su porte elegante, decían. Aquella mañana no hacía más que lanzar lamentos al desgaire, que un sensible Gia captaba y hacía s...