¿A quién se le ocurre tener manía a los huevos? Una conversación esperpéntica que había empezado por aquel tema culinario. El científico tamborileó con los dedos en la mesa de su gabinete, repleta de farallones de papel. Más nervios. No en vano, el director de su instituto, el Caltech, promovía la colaboración con los grandes estudios cinematográficos, puesto que podía servir a los fines de recabar la financiación necesaria de proyectos de investigación costosos. No olvidemos que l a ciencia era la hermana pobre de los presupuestos hasta que el Informe Maud , Fermi , Einstein, y otras vedettes de la física convencieron al Presidente de los EEUU de la urgencia de adelantarse a los nazis en la fabricación de la bomba atómica. El gran director británico. Por eso, cuando le sugirieron al profesor Robert Andrews Millikan, que la alunada troupe de Los Ángeles, querría documentarse para un filme, nunca habría imaginado que le preguntasen sobre aquel proy...
Un viaje por la historia y la cultura