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Millikan, la bomba atómica, Oppenheimer y otro macguffin de Hitchcock.

 

¿A quién se le ocurre tener manía a los huevos? Una conversación esperpéntica que había empezado por aquel tema culinario. El científico tamborileó con los dedos en la mesa de su gabinete, repleta de farallones de papel. Más nervios. No en vano, el director de su instituto, el Caltech, promovía la colaboración con los grandes estudios cinematográficos, puesto que podía servir a los fines de recabar la financiación necesaria de proyectos de investigación costosos. No olvidemos que la ciencia era la hermana pobre de los presupuestos hasta que el Informe Maud, Fermi, Einstein, y otras vedettes de la física convencieron al Presidente de los EEUU de la urgencia de adelantarse a los nazis en la fabricación de la bomba atómica. 


De Ante Brkan - Dr. Macro, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=14857139
El gran director británico. 


Por eso, cuando le sugirieron al profesor Robert Andrews Millikan, que la alunada troupe de Los Ángeles, querría documentarse para un filme, nunca habría imaginado que le preguntasen sobre aquel proyecto ultrasecreto. Fue a descolgar el teléfono, un momento, pero ¿ cómo habrían de saberlo? Mejor no importunar a su amigo, Robert Oppenheimer, que les acosaba con sus manías persecutorias en Los Álamos (1). Puesto que Oppenheimer estaba convencido de que había alguien infiltrado en el proyecto. Con sus cejas de búho y un rastro de impertinencia, interrogaba incesantemente a los miembros de la organización, entre los que se contaba el profesor. Por si habían cambiado de sirvientes, jardineros y secretarias recientemente, cualquier indicio con el que evaluar una hipotética fuga de información. Millikan repasó de nuevo la conversación que había tenido lugar unos minutos antes, por si aquellas insinuaciones le daban alguna pista. 

De The American Institute of Physics credits the photo [1] to AB Lagrelius & Westphal, which is the Swedish company used by the Nobel Foundation for most photos of its book series Les Prix Nobel. - Niels Bohr's Nobel Prize biography, from 1922, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=288274
Niels Bohr, el gran científico, que trabajaba para los alemanes. 


- Entonces, profesor. ¿Qué tamaño podría tener una bomba atómica? - Robert casi se cayó de la silla cuando le preguntó el que se suponía que  era el guionista. Obsesionado por la verosimilitud de su historia, el científico creyó entrever en qué estribaba la fuente de su preocupación. 

-¿Acaso quiere que me detengan o que les detengan? Y pasarse unos cuantos años a la sombra.

- ¿Por qué? - Intervino Alfred Hitchcock, el director de cine británico. - Se escriben ríos de tinta sobre que los alemanes, porque descubrieron la fisión primero, y con el señor Niels Bohr, todo un científico reputado, podrían lograrlo antes que nosotros. 

De Publicity still - Listal.com, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=12673957
Ben Hecht, el acreditado guionista. 


- Discúlpenme, señor Hitchcock, he disfrutado de sus trabajos, conozco también sus guiones, señor Ben Hecht. Pero le diré que los periódicos no cuentan más que películas, con todos los respetos para los de su gremio. - El físico logró sosegarse un poco. - Los propietarios de medios de información quieren vender  sus tiradas, y la prensa exagera, ¿saben? Es completamente imposible con la tecnología actual, no sé si en diez años, o más, pero tampoco sabría decirles cuál podría ser el tamaño de una bomba. - Tenía la frente perlada de sudor. Qué sabrían y la congoja de caminar por el fino alambre de la revelación de secretos. Uno de los problemas atañía al enriquecimiento de uranio, como había enunciado Niels Bohr. Sin embargo, Millikan era consciente de que Enrico Fermi había dado con la clave de la masa crítica con su pila atómica, que fue capaz de producir una reacción en cadena, ¡ la primera de la historia!. Por un instante,  imaginó la cara meridional del brillante científico, que vivía para sí una impostura. Enrico era un tipo inseguro a pesar de sus vastos conocimientos y genialidad. Ni con sus logros, Fermi todavía recelaba de si mismo, pues tenía la frase de la propia Madame Curie que había mostrado sus prejuicios, como un baldón. - No puede haber meridionales que sean científicos brillantes. 


De Desconocido - https://catalog.archives.gov/id/558579, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=134271687
Oppenheimer, el padre de la bomba atómica. 

Así pues, durante aquella mañana, Robert Millikan se había sentido como la mujer barbuda a la que dos lanzadores de cuchillos le clavaban esos objetos punzantes a milímetros de su cuerpo. Alfred, con su cara marmórea y  un humor enigmático: rictus serio o si se reía por dentro, humor inglés lo llamaban. Que tendría como escuela a un tal Joe Orton, y que podía resultar macabro, sin mover una ceja. Junto a su subalterno, Ben estaban muy cerca de todo lo que se estaba cociendo en los Álamos- Tranquilízate, Robert, piensa por un momento. -  El poso de calma, una bocanada de aire, mientras entreabrió las cortinas y observó a los cineastas en el aparcamiento de visitantes del Caltech. Le intrigó saber la naturaleza de la discusión, pero la escena se desarrolló igual que en una película de cine mudo. Hasta que las dos siluetas se disolvieron  en una lechosa tarde californiana. 


De Smithsonian Institution - originally posted to Flickr as Portrait of Albert Einstein and Others (1879-1955), Physicist, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4272328
El gran Millikan a la derecha rodeado de otras eminencias.


 El director de cine, Alfred Hitchcock, me recordó aquel encuentro con Millikan, para dar muestras de sus capacidades adivinatorias. Así me intentaba convencer de que le financiara Psicosis, un filme en blanco y negro. - Es una locura, querido Alfred.- Le repuse. - Ahora, en los tiempos del Cinemascope, el público se ha olvidado de las películas en blanco y negro. - El británico me miró con ojos saltones y los párpados rosados de ostra. ¿Me había perdonado la vida, con ese desdén tan británico? 


De "Copyright 1946 RKO Radio Pictures Inc." - Scan via Heritage Auctions. Cropped from the original image., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=87339746
Encadenados, filme de Hitchcock.

-  Se lo puedo asegurar. - El señor Hetch se encontraba con nosotros, su cigarrillo en la comisura de los labios, que flaqueaba con las intensas caladas que le propinaba. Añadió algo sarcástico . - Alfred tiene una capacidad para adelantarse a los acontecimientos. Nos ocurrió con el guion de Encadenados. Yo tenía muy poca fe,  con que en el argumento encajase la idea de que los espías alemanes buscasen uranio en Brasil. Me habría creído más que los marcianos invadiesen la tierra. Pero Alfred se empeñó, fue su Macguffin(2) para la película, y un año después de nuestra visita al profesor Millikan, al que asediamos, ¡pobrecito! Se lanzó la primera bomba atómica. Nosotros no sabíamos que estaba el Proyecto Manhattan en marcha, y mucho menos que el profesor estaba tan en la pomada. Yo estaba preocupado, esa ocurrencia de Alfred podría tirar por tierra mi precioso  guion. - Ben Se tocó los rieles del bigote, parpadeó como un pingüino, es decir, de forma inapreciable, embotado por el sueño. - A ver, amigo, lo que le quiero decir es que si Alfred dice que el blanco y negro va a volver a ponerse de moda, es que va a ser cierto. En otra ocasión, que rodó una escena de un asesinato con una cámara fotográfica, se adelantó a un atentado que tuvo un año después el mismo modus operandi. Es como Julio Verne, para que me entienda.   - Cabe decir que no me convencieron y que Hitchcock tuvo que financiar la película hipotecando varias de sus propiedades.  Psicosis por supuesto fue un éxito. Y le siguieron otras secuelas como la magistral  Qué fue de Baby Jane de Robert Aldrich, rodada en blanco y negro y con el trasfondo de un terror psicológico, similar al de la cinta de Hitchcock. 


De Photographer uncredited. Published by Alfred A. Knopf. - *Original source: Back cover of the dust jacket of The Lady in the Lake (1943), published by Alfred A. Knopf.Immediate source: Scan via Heritage Auctions. Cropped from original, then retouched; see unretouched version in upload history below., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=85940013
El inefable escritor, Raymond Chandler.

(1) No eran sospechas vacuas. Al cabo de los años, los servicios de  contraespionaje de la CIA fueron desentrañando la intrincada madeja que habían colado los soviéticos en Los Álamos. Nos suenan los nombres más famosos, como Klaus FuchsDavid Greenglass, Theodore Hall, que se apoyaban en una amplia red auxiliar que empezaba en Harry Gold, Morris y Lona Cohen, Anatoli Yatskov y Elizabeth Bentley, y acababa en los Cinco de Cambridge. Gracias a toda esta barahúnda de espías, la URSS acortó los plazos para fabricar su propia bomba atómica, en 1949. 

(2) "—Utilizo mi propia adaptación del término para referirme a los papeles, las joyas o lo que quiera que busquen los espías. La palabra procede de un viejo chiste de music-hall. Van dos hombres en un tren y uno de ellos le dice al otro "¿Qué es ese paquete que hay en el maletero que tiene sobre su cabeza?". El otro le contesta: "Ah, eso es un McGuffin". El primero insiste: "¿Qué es un McGuffin?", y su compañero de viaje le responde "Un McGuffin es un aparato para cazar leones en los Adirondacks". Se admiten sugerencias de lo que quiso decir el director británico con esta explicación, porque a mí se me escapa cualquier significado lógico. 

Comentarios

  1. Absolutamente todo lo que rodea al arma nuclear está todavía en silencio. Como no soy tipo de películas, y he visionado alguna, no muchas del sr Alfred, he de decir que me gusta su tono y su s tramas, pero no puedo opinar más allá.

    Nunca sabremos si matar de golpe cien mil personas ahorró el sufrimiento de otras, por la rendición de Japón, se entiende, y jamás nos explicarán si era necesario lanzar una segunda, visto los resultados por ambas partes, de la primera en Hiroshima.

    Tampoco se sabe que cerca estaban los científicos rusos de obtenerla, ni los alemanes, aunque informaciones corren por muchos sitios.

    No me queda duda alguna que, si los alemanes hubieran tendido el arma, la hubieran utilizado, eso es obvio, y que dirán lo que quieran de los americanos, pero nos salvó de una buena, si llegan a entrar los alemanes, no me imagino las circunstancias en que hubiera quedado el panorama.

    Más tarde seguiré. Ahora voy con los nietos que me atosigan ¡¡¡
    Un abrazo

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    1. Qué grande, Tot, con tus nietos. Nunca se sabrá. Se decía por aquella época, como justificación para utilizar arma tan temible, que tras Iwo Jima, y Okinawa, pugnas con tantas bajas por ambos lados, que se salvaron más de un millón de muertes de americanos y otras tantas, incluso más de soldados del emperador, en el caso de tener que tomar las distintas islas que conforman Japón.

      Oliver Stone, muy tendencioso, en cambio, proponía que los nipones estaban buscando a través de un canal soviético la rendición. Y que realmente Truman pretendía lanzar un aviso a navegantes, y exhibir sus cartas ante un crecido Stalin, que había comido demasiado terreno al resto de Aliados, en las diversas Conferencias que se habían celebrado hasta la fecha.

      Como se suele decir, quizá en el punto medio esté la virtud. Una parte, exhibir un arma poderosa, y por otro lado, su devastadora potencia acabaría por rendir a unos nipones que se revelaron en el arte de la guerra tan crueles como formidables. Crueles, porque no tenían compasión de los soldados que se rendían, el peor de los deshonores, y se creían una raza superior. Un saludo, Tot. Y gracias por participar.

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  2. Robert Oppenheimer estaba en lo cierto en sospechar en que había alguien infiltrado en el laboratorio de Los Álamos. Los soviéticos siempre fueron mejores en la cuestión del espionaje para perforar las defensas occidentales y apoderarse de los secretos mejor guardados. Es fascinante la historia del espionaje en la Guerra Fría. El propio Hitchcock ya se olía algo, tal vez para el guion de alguna película anticomunista, como posteriormente dirigió con relativo éxito, porque la ideología de la defensa de un mundo libre no dejaba de ser una rémora para la realización de películas geniales como nos tuvo acostumbrados.

    Vi Oppenheimer este verano pasado y me gustó, recreando el mundo que se tejió entre la comunidad científica para lograr la creación del arma más letal que se pueda concebir. Los Álamos era un queso Enmental para el espionaje soviético a pesar de sus rigurosas medidas de control, y al final terminaron persiguiendo a uno de sus principales colaboradores por considerarlo sospechoso por dudar del lanzamiento de las bombas sobre ciudades alemanas. Y es que contrasta la alegría alborozada en el laboratorio de Los Álamos cuando la bomba sobre Hiroshima cae y destruye la ciudad con decenas de miles de muertos como consecuencia.

    No sé qué efecto habrá tenido esta recreación entre el público japonés que tardó en ver la película por las heridas que hay abiertas al respecto. Christopher Nolan abrió un tema muy delicado, aunque hayan pasado casi ochenta años desde aquello.

    Brillante relato, como siempre, el tuyo para describir un mundo y unas relaciones personales en un momento de la historia.

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    1. Encantado de acoger siempre tus reflexiones, Joselu, y semblanzas de la época, que con breves pinceladas, nos permiten cabalgar por aquellos años. La verdad es que se trata de un tema con graves implicaciones morales y éticas. Comprendo la herida abierta en carnes para muchos científicos, que cuando comprobaron las consecuencias de su desvelo por conseguir el arma, albergasen a la postre dudas sobre la legitimidad de su trabajo. Esa dicotomía con contradicciones éticas tan fuertes, creo que destrozó a muchos. Hace tiempo leí un libro, que se titulaba el Informe Maud, que fue el que provocó el giro de Roosvelt, para que financiase el famoso Proyecto Manhattan y en el que se involucró el propio Einstein.

      Y vi el reflejo de una personalidad en Oppenheimer demasiado compleja. Con infinidad de neurosis anteriores a ese capítulo de la bomba atómica y que buscó en la serenidad oriental, una paz que en su fuero interno le parecía imposible lograr. La utilización de la bomba y la posterior persecución política, terminó de destruirle. Luego, por lo extraño del personaje, leí una biografía en inglés, que me reveló pasajes de una vida, en la que había bordeado y caído en la enfermedad mental. Un genio.

      Me quedé, Joselu, con las ganas de verla en la gran pantalla. Aún estoy esperando a no sé qué, para verla, aunque sea en streaming. Quizá coincidir con mi hijo, muy aficionado a la economía y a la historia, a sus catorce años. Entiendo que en Japón, haya una sensibilidad especial por esas víctimas inocentes de la bomba. Pese a la locura de un ejército nipón que con todo el daño infligido a sus enemigos, merecía una derrota como la de los nazis. No sus habitantes.

      En cuanto a esta entrada, me llamó la atención que se plantaran en el despacho de Millikan tanto Hitchcock como Hecht, dos cineastas fabulosos. El director británico la contó varias veces, en el centenar de entrevistas en las que se prodigó. Y él estaba convencido como comentaba a su circulo más íntimo, que sus guiones se cumplían más tarde o más temprano, porque inspiraba a los malvados o bien, por unas capacidades premonitorias que le causaban desasosiego. Confesó en varias ocasiones, que reprimió algunas de las ideas macabras con las que adornaría a sus villanos, por ese temor. A que las reprodujeran por imitación psicópatas, o bien, por unos extraños arcanos, como la bomba, luego por caprichos del destino, tuvieran conexión con la realidad. Un placer leerte, Joselu.

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  3. Desde los orígenes, la conducta humana se enfrenta a dualidades, ser humano o inhumano.
    La libertad lleva consigo el riesgo de escoger. Aquí entra la Ética a la elección de lo que denominamos una conducta digna, el esfuerzo por obrar el bien y la ciencia y arte de conseguirlo.

    Ahora la pregunta que antes dejé caer y no pude continuar porque tengo la tribu Siux en casa, ¿Se obró bien al hacer desaparecer de un soplo a cien mil personas, para lo que se dice, acortar una guerra que hubiera producido medio millón de muertos más?

    Si estamos obligados a elegir, les recuerdo que no estamos obligados a acertar, por ello se ha inventado la música de cámara y a la vez, la cámara de gas.

    Insisto, la Ética es importante porque somos inteligentes y no nos gobierna el instinto ni la sensibilidad, pero creo, que para formarnos una idea, hemos de conocer y entender cualquier realidad desde su inicio, las circunstancias fueron las que fueron, el momento, crítico; el Eje no tenía ya nada que perder, y aquello podría haberse alargado mucho tiempo.

    Un abrazo rodeado de flechas cheyenes y comanches. Creo que me han acorralado, y a pesar de que soy como Jerónimo, no veo escapatoria.
    Salut

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    1. Espero que te rescate el Séptimo de Caballería o lo que es lo mismo, que raye en el horizonte la llegada de sus padres, tus hijos, para que salgan en auxilio del pobre abuelo. Y menudo abuelo, que podría llevarles a los lomos de un avión en Abisinia, o mejor no, cuando sean mayores, contarles alguna de las vivencias de la bisabuela, en una guerra que fue muy cainita.

      Como siempre, Tot, en cuestiones de ética, lo bordas. No das lecciones, es difícil, arrogarse ninguna auctoritas moral, tal y como nos explicas. Antes habría que entender unas circunstancias muy complejas. Una cosa que me ha enseñado la historia, es que nuestra percepción e ideales pueden quebrarse cuando nuestro contexto cambia. Y convertirse en una pendiente resbaladiza a ninguna parte. Por ejemplo, a veces pienso qué queda del caudal de concordia que supuso la Transición. Una infinitud de errores, pero ese espíritu como leí en unas declaraciones de Jorge Sanz, se ha perdido. Antes, García Trevijano se sentaba con Balbín, Carrillo, en un plató a discutir de los entresijos políticos, y la hiel no anegaba ninguna de sus apreciaciones. Esa altura intelectual se ha perdido. Nos creímos, en general Occidente, cuando estábamos en el pico de la ola de nuestro bienestar, que éramos menos violentos que nuestros antepasados, que se había acabado la historia, como rezaba el famoso libro de Fukuyama, porque sinceramente, nos creímos mejores. Y si acaso somos iguales, y son las circunstancias las que nos moldean a su imagen y semejanza. Para sacar colectivamente lo peor o lo mejor, a pesar de ejemplos individuales bizantinos en su oposición a la barbarie, Tot.

      Ojalá tus nietos se aprovechen de un abuelo tan sabio, y de vez en cuando, sin ser muy pesado, que esta generación por lo menos mis hijos, tienen la mecha muy corta, pues les vayas suministrando esas gotas de sabiduría. Que espolvorees por allá y por acullá. Disfruta del finde. Eso sí, no quiero leerte en tu blog que con motivo de esa visita, tienes dolorido el hombro.....jajajaja. Un abrazo, y cuídate, gran Tot.

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  4. En cuestión de libertades, hace un cuarto de siglo, con Balbín, su pipa, y la Clave, nos dieron lecciones de las que aún hoy tenemos que aprender.
    Un abrazo

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    1. Estoy completamente de acuerdo,Tot. Hoy más de acuerdo que ayer pero menos que mañana. En éste eterno baile de egos y luchas descarnadas por el poder, hemos perdido la capacidad de escuchar a quiénes no piensen como nosotros. Una pena. Un abrazo.

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  5. ¡Vaya trama a dos bandas has urdido SERGIO! ¡tan sutil como compleja! ¡ felicidades! Te leo que no has visto Oppenheimer y me asombra, porque sin saberlo, has hecho en tu entrada algo parecido a lo que hace esa estupenda película, que desarrolla todo el tiempo y paralelamente, de ahí su enorme mérito y complejidad, tres tramas, el proceso de fabricación de la primera bomba atómica, la persecución como posible espía del propio Oppenheimer y una tercera, que se refiere a la evolución de un personaje, el teniente general Leslie Groves, que es quien designa como jefe a Oppenheimer del grupo de trabajo del Proyecto Manhattan y cuya resolución -que no voy a contarte porque si no, te hago un spoiler- fue de las cosas que más me sorprendió. Lo mejor de esta película, el guión, para mi una obra maestra, por su complejidad, con constantes flashback, unos diálogos complejísimos y rapidísimos que aun así, sigues perfectamente.. A mi Nolan, me gusta mucho, y es habitual en sus películas esta complejidad, pero esta lo borda, no dejes de verla porque ti, particularmente a ti te va a encantar ; ) Bien, pues tú aquí igualmente mezclas las fobias ( a los huevos : ) y meticulosidad de Hitchcoch ¡todo un personaje! con las reticencias y el modo en que de Millikan pretendió disuadirlos sobre utilizar referencia alguna a la bomba atómica o sus componentes, a quien acudió para documentar NOTORIOUS, micho más bonito que el título que se le dio en España ENCADENADOS, otra peli sensacional, que te mencioné con ocasión de los mini besos que se inventó Hitchococh, para pasar la censura impuesta por el Código Hays y que sorprendentemente, aunque se basó en una novela que situaba la acción en el Nueva York de la primera guerra mundial, Hitchcock, traslada la trama a un Miami después de la segunda guerra mundial, aun sin terminar y por eso hace el doble salto mortal, al intuir que el perfeccionamiento del MacGuffin (la pista falsa que echa a rodar la trama) Una botella de champán que contenía uranio, que reposa en la cava de un espía nazi en Río de Janeiro, sería efectivamente el germen de la bomba atómica que explosionó, pocos mese o semanas, no recuerdo, después de estrenarse la película. Vamos, que todos preocupadísimos con que si esto resultara desvelar un secreto de estado ( como de hecho fue, sin saberlo o sí ; ) y por eso se le pusieron mil trabas al rodaje, cuando en realidad, la trama central de la película es una historia de amor, de esos profundamente tremebundos y también complejísimos - me encantó el papel de Ingrid Bergman, la mejor en esa película-, que usa el tema de los espías como trasfondo de la trama, de hecho la película comienza con la condena del padre de ella, a 20 años por espía, de ahí que piensen en ella para reclutarla, pero nada más. Veo que vosotros habéis estado elucubrando sobre el por qué de ser usada la bomba atómica entonces y qué hubiera ocurrido de no haberla usado.. yo mejor no entro a eso y lo dejo aquí, que ya me he alargado un montón, pero antes y al hilo de esto ¿ a que no sabes cómo se le llama a esto de imaginar qué hubiera ocurrido de no haber ocurrido lo que ocurrió? Lo descubrí el otro día leyendo un libro y meeencantó la palabra, UCRONÍA o historia alternativa ( si no la conoces, te la regalo ; ) es un género literario caracterizado porque la trama transcurre a partir de algún acontecimiento histórico, que se desarrolla de forma diferente a como ocurrió en realidad.. Me ha encantado esta entrada, mil gracias, un abrazo muy fuerte SERGIO y feliz domingo para todos.. aunque aquí sea pasado por agua y muy tristón.. a ver si esta vez os llueve por fin un rato largo en Cataluña ; )

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  6. Casi me parece oír tu voz, María, un susurro entre melancólico por esa lluvia que os subduce, e imperativo, para que no demore más como dicen los críticos, el visionado de Oppenheimer. Es una cinta maldita para mí. Porque reúne todos los ingredientes. Un personaje fascinante, una trama que se presta a grandes dilemas morales y de toda índole. Y como colofón, un director como Nolan, el más imaginativo de la historia del cine, que es mucho decir pero que en el caso del realizador no es pegar un tiro al aire. A ver si me siento con mi hijo y nos ponemos a la faena. A las chicas de la casa, no las convencemos, imposible, para que se sienten con nosotros.

    Maravillosa tu semblanza de Notorious, que me encantó y que no me importaría volver a ver. Por cierto, entendí lo que era un Macguffin, pero no por la farragosa explicación de Hitchcock. Una de las cosas más fascinantes de la historia es imaginar esos vericuetos que hubiera tomado, si los hechos cambiarán, esa ucronía, palabra maravillosa. Qué habría pasado si Hitler hubiera sido aceptado en la Escuela de Arte de Viena. Probablemente nada, pues fue la guerra postrera la que le transformó en un monstruo. O quién sabe. Un abrazo, María, cuídate y esperamos tu aldabonazo en forma de entrada de tu blog. Cuídate.

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  7. ¡Qué gracia¡ en mi casa ocurre lo contrario, somos mi hija y yo las aficionadas al cine complejo, los chicos...¡¡ naada de nada!! auque esta película la vi este verano con mi hermana y mi sobrina en Oviedo y fui yo la única que salí alucinada del cine, a ellas se les hizo larga la película, de hecho, mi hermana me dijo ¡que no se volvía a fiar de mi! jajaja ¡ Ni caso! merece mucho la pena, de verdad. Y respecto de la entrada, me estoy pensando si os tortuto con una cosa entre horripilante y dantesca que me ha salido, para una colaboración en una revista, que me pidó una amiga, hasta a ellos se lo mandé avergonzadaza jaja pero, teniendo en cuenta lo capa caída que está la blogosfera, que sólo estamos quedando cuatro amigos, a lo mejor lo subo, si es que consigo terminar un audio en MP3 que me han pedido para acompañar el escrito, así no tendrás que imaginar como hablo, por eso te lo cuento jaja oootra casualidad..; ) Ya veremos si lo consigo, la tecnología y yo nos odiamos profundamente... en fin, a ver si respiro hondo, me atrevo, se lo mando a ellos y lo subo aquí, ... Otro abrazo fuerte!!

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    1. Sí, el cine de Nolan es a veces con tramas tan retorcidas que exigen una inmersión absoluta y basarte en sus coordenadas particulares. A nosotros,a mi hijo y a mí, nos fascina la historia. Una de mis hijas es muy buena en ciencias, pero no le atrajeron los dilemas que planteaba la película. La otra es una artista, me fascina cómo dibuja cómics manga de bien, y también es buena alumna en general. Qué cada una elija, ésa es su libertad y su proyecto de vida, como el de mi hijo. Las dos, para hablar de encasillamientos, pasaron de Barbie. Un saludo, María y qué misteriosa, nos intrigas por saber cómo es tu voz. Y no te arrepientas, hay que batirse a fondo en el debate, y recuperar ese viejo espíritu de escuchar hasta con quiénes disentimos. Un saludo y estoy contando las horas, los minutos, para tu zarpazos de muselina. Porque con musicalidad y prosa milimétrica, nos abates sobre nuestras propias contradicciones

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