R astros de papel higiénico desperdigados y fecundos en sustancias pegajosas. Sobre la mesita de noche, debajo de la almohada.... A escondidas, puesto que se sentía vigilado por una madre ubicua , Doña Thelma Ducoing , que irrumpía en su pieza en cualquier momento y pondrá el grito en el cielo. " Zumbársela" como le había advertido el confesor a Doña Thelma, era pecado mortal, y podía tener consecuencias físicas para cualquier adolescente, y por supuesto, para su hijo. "C omo quedarte ciego, John " ¿Cuántos Avemarías debería rezar para redimirse de su pecado? Su miembro fláccido o más bien su mente disipada, no recreaba ya las curvas de Amanda, que nunca se fijaría en un insecto como él. El genial e incomprendido escritor. Cómo era posible sino, con ese gorro de cazador con orejeras, las camisas de franela que madre le decía que no se quitase ni con un sol de justicia : " ¡Qué horror, para quedarte en camiseta! ¡Cómo un pordiosero mi John! " Caminab...
Un viaje por la historia y la cultura