" Quien quiera ver correctamente la época en que vive debe contemplarla desde lejos. ¿A qué distancia? Es muy sencillo: a la distancia que no permite ya distinguir la nariz de Cleopatra. " ¡ L a ha pal-ma-do! – El maestro se asía la cabeza, mientras el mundo le daba vueltas. No quería creer lo que le había balbuceado su secretario, al que se le había dibujado una mueca de horror. Su mejor amigo, mujeriego, bebedor y fumador también, Giacomo Puccini , uno de los últimos genios , que se resistió al influjo centroeuropeo de la dodecafonía, por la que orbitaba la música de entonces, había muerto. Arturo Toscanini arrojó entonces al foso la batuta, desdeñosamente. Una revisión rutinaria en Suiza, con el fin de controlar los dolores que se le arregazaban a la garganta de su colega, Giacomo . Qué había partido con su hijo, en tren, y a medida que se alejaba, a Arturo Toscanini le sobrevino un presentimiento, que se reservó para él, pero que desafortunadamente se cumplió. ¡Nu...
Un viaje por la historia y la cultura