Cuando Alvin encontró a Sally

Definición de espejismo. - “Imagen, representación o realidad engañosa e ilusoria.”

Subí al  desván de la casa que había añorado durante tanto tiempo. En un pináculo de la isla de  Menorca, que permite contemplar toda la bahía, soñaba con quedarme con ese instante para siempre, cuando el ocaso poniéndose lentamente, gana toda la línea del horizonte. Firmado el contrato de compraventa con los antiguos dueños, las herencias tienen muchos tiras y aflojas, que me llevaron al desespero y a la congoja de perder el preciado bien, me pudieron las ansias de poner orden en la casa. Ni siquiera las telarañas y el polvo que se había acumulado, me desalentó. Quería poner orden enseguida, por lo que ascendía por las escaleras pinas al desván. Recuerdo que resonaban los peldaños de madera, hasta que por fin abrí la puerta. Lo que más me sorprendió de lo que avistaron mis pupilas, fue la escasez de cachivaches, que desde luego, no estaba en consonancia con el caos reinante en el resto de la casa. Con todo, un viejo arcón, lleno de magia y enigmas, enseguida captó mi atención. 

Roscoe Arbuckle, una gran estrella de cine

- ¡Encontré el cofre del tesoro!- Rumié para mí. A continuación levanté la tapa del arcón de mimbre por uno de los bordes, para en la cenagosa oscuridad intuir la presencia de unas latas, que parecían cintas de cine. De pronto, me entró un ataque de tos, casi podía masticar el polvo. Cuando recuperé la fuerza para sacar aquel arcón, que no pesaba mucho por lo liviano de su contenido, descendi con él por las escaleras, como pude. Habría esperado encontrarme dragones y libélulas en su interior. Lo volví a abrir y me toqué mi puntiaguda barbilla. Sorpresa, no me había dado cuenta de la existencia de un diario, que ojeé inmediatamente. Las primeras líneas, me determinaron a que debía tomarme una copa. Así que bajé a la primera planta. Mi familia vendría en unos pocos días, había decidido terminarlo antes de su llegada. 

"Me llamo Alvin Leonard, y quiero venir a Hollywood a demostrarle a mi padre que los sueños son compatibles con un trabajo riguroso." Los comienzos son siempre primordiales, rezongué con las piernas trenzadas y con el buche lleno de whisky. Supe desde el primer momento que la historia que acunaba en mis manos, merecería la pena en cualquier caso. Si perdía el tiempo, vendría la pena de mi mujer, al no haber adecentado nuestra reciente adquisición, ese fue el pretexto para que viajase solo desde nuestro tierno Flandes. Volvamos a Alvin, que no encuentra fácilmente acomodo. Corre el año 1915, y los ahorros, a pesar de ser muy austero, se le van consumiendo. A lo sumo se permite ver alguna película de cine. El nacimiento de una nación de D. W. Griffith va a emocionar a Alvin Leonard, que sabe que encontrará su futuro en el cinematógrafo. El padre de Leonard lee con desdén las misivas; cree que su hijo ha perdido definitivamente el oremus. Llega el momento en que el joven muchacho se queda sin fondos, aunque va a lograr de carambola entrar el mítico Cinderella Club, donde en un redoble de tambores aún mayor, traba amistad por sus ojos despiertos y su espíritu servicial, con el operador de cámara de Griffith, el gran Billy Bitzer, quien al cabo de las semanas le hará una oferta. - Sabes una cosa, querido Leonard. Te voy a hacer una proposición. 

- ¿Qué me dice, señor Bitzer?

- No te preocupes, Leonard, creo que es una proposición decente. Me gusta que los sueños de mis amigos se hagan realidad. Vas a trabajar conmigo de operador de cámara. 

El grandísimo D. W Griffith que va a dotar al cinematógrafo
de la narrativa moderna

Es así como Alvin Leonard mete la cabeza en el mundo de los grandes del cine . Un golpe de fortuna insospechado, porque comenzará a rodar una de las películas más caras de la historia. Decorados fastuosos y centenares de extras, convertirán a Intolerancia (1), en un capricho costosisimo. Las funciones de director y producción están difusas en aquella época, en cualquier caso, se utiliza por primera vez grúas para tomas aéreas, y Alvin vive embriagado por el gran despliegue de medios. Todo lo ve en color, y anhela que los espectadores tuviesen la misma oportunidad de ver semejante panoplia de medios como en la realidad. El color es lo que barniza de realidad las escenas, es el lecho por el que discurre el realismo. Es cuando van bajando la grúa, que descienden en el plano, que se topa con el rostro bellísimo y gracioso de una rubia. Se trata de Sally. Pese a que su jefe le dé órdenes, Alvin vive en una nube: tiene que invitar a comer a esa chica, que quiere ser una starlette. Todo fluye entre ellos, grandes planes, boda, hijos, familia y las mieles del triunfo en el cinematografo. 

- Sally y yo somos dos soñadores, y estoy seguro de que triunfaremos en el cine. 

Entonces, se les interpone el Hollywood más canalla. Alvin, cegado de amor por su Sally, a la que por fin ha encontrado, no ve que el peaje para la fama es acudir y prestar servicios sexuales a las estrellas. Son fiestas promovidas por Roscoe Arbuckle, Chaplin, que causan el escándalo. Manchetas como las de Randolph Hearst, acusan al Hollywood dorado de los primeros años, de haberse convertido en una auténtica Babilonia, con las aspirantes a Starlette, como las "putas del templo". Mercadeo de carne indigno, que aterra a nuestros ojos, pero del que Alvin será consciente cuando su mujer, tiene que abortar. Lo hace a escondidas, y Sally, con la cara violácea, una vez realizado el infame aborto, apenas se sostiene. Nuestro "Harry/Alvin", inocente, con las sienes hirviéndole, le pregunta que por qué lo ha hecho.- ¿No queríamos tener una familia?

- ¿Qué dices, idiota?- Los tumefactos labios expulsan la inquina sobre su marido.- No ves que este hijo no es tuyo. ¿Qué te creías que hacíamos en las fiestas?

Alvin sabrá que Roscoe Arbuckle 'Fatty' se ha encaprichado de su mujer. Tendrá que aguantar que acuda a sus fiestas, una vez que se le ha caído la venda, le resulta más doloroso que el precio sea tan elevado. Y por eso vivirá la caída a los infiernos del "odioso gordo" con mucha felicidad. En una bacanal de Fatty, muere la aspirante a actriz, Virginia Rappe, y el todopoderoso Hearst descargará toda su furia desde sus manchetas. Arbuckle es el chivo expiatorio, el primer actor en firmar un contrato de un millón de dólares de los de entonces. El star system, desde Mary Pickford, parecía que había vivido ajeno a los males de los mortales. Solamente como recordamos para la historia en esta entrada, Oteros de dolor  Arbuckle encontrará apoyo en su entrañable amigo Buster Keaton.

El enorme Buster Keaton.

No obstante, qué es lo que me atrapó de este diario. Nada de las habladurías henchidas de maldad de la Parsons o Hedda Hopper. Las plumillas que instilaron su odio desde esos comienzos, más tarde la Hopper. Mucho antes de estas orgías, Alvin Leonard  es reclutado para la Gran Guerra. Le asola la noticia, teme perder a Sally, ¡qué pasa cada vez más tiempos en ese tipo de fiestas! Se prometen, aun cuando cree que alguna esquirla le dejará mutilado o le clavarán la bayoneta, para agonizar en largas horas de dolor. De todas formas, será el ruido el que le permitirá entender que el realismo en las pantallas de cine no provendrá del color, sino del sonido. El bombardeo masivo de la artillería enemiga y los chillidos de los heridos, le hacen vivir un averno en la tierra, pero le permitirán tener esa epifanía. A su regreso, con su amigo  Stephan Triers, intentan hacer progresos en este campo. Pasan horas, sesudamente buscando una solución. No vale la del pickup o tocadisco que mete el sonido y que se experimentará por primera vez con El cantor de Jazz. No está perfectamente empastado- a veces se retrasa, otras se adelanta - y su calidad es manifiestamente mejorable. 

El gran Bitzer junto a Griffith.

Discurren los años, muere su amigo Triers, sin que su invención y desvelos vean la luz. Sally sigue con su turné por las fiestas de las estrellas. Trabaja para Sennett, y su troupe, con el mito Greta Garbo, si bien, no logra el estrellato que ansía con tanto pundonor. Más bien le parece estrellada, o estrellados, porque su matrimonio se diluye. Alvin que ama sin consuelo, cree que ha perdido a su mujer, que le contesta en los pocos momentos que comparten, con recelo o cajas destempladas, como si conspirase en silencios prolongados contra Leonard. Hasta que por fin Alvin experimenta lo que cree que será el elixir para su matrimonio. Ha logrado empastar perfectamente las imágenes y el sonido, en la emulsión de la película. ¡Han inventado el sonoro sincronizado! Y piensa que no le puede hacer mejor regalo a su mujer. - Sally, tengo una sorpresa para ti, por la que podrás triunfar.

La primera cinta sonora

- No me digas, Alvin.- Dice descreída ella, que parpadea aviesa, y fuma de su cigarro. Pese a al escepticismo de Sally, consiguen firmar con una productora el rodaje de una película sonora, en la que su mujer será la completa protagonista. Exigirá que todas las películas que se rueden con ese sistema, tengan de protagonista a su esposa. Hacen las pruebas, y el resultado no puede ser más desolador. La voz de Sally se convertiría en el hazmerreír de todos. 

- Por favor, Alvin, no vendas esta invención. Sería mi fracaso definitivo como actriz. 

Y Leonard por su amor, renuncia a vender su invento. Estamos en el año 1926. El lector habrá adivinado que las cintas del arcón de mimbre, son las que en su momento rodaron, con la primera escena de cine sonoro de todos los tiempos protagonizada por Sally Grinberg. El resto de la historia es conocida. El cantor de Jazz(1927) será la primera película de cine sonoro y los Vitaphone el primer sistema que lleve esa innovación a las salas, que viven en la Gran Depresión una gran expansión y época de oro. Sin embargo, el sonido empastado en la cinta, para su perfecta sincronización, no llegará hasta 1930. Quizá para los más románticos, les quede un recoveco, el más importante creemos, por conocer de este relato con personajes reales. Al final, Alvin y Sally se divorciaron en el año 1931. Se borra su huella para desaparecer en el más absoluto anonimato. Alvin vino allá por los años cincuenta a la isla de Menorca, buscando un exilio dorado. Y de hecho, ejerció de proyectista hasta que las fuerzas le acompañaron en el cine de la Ciudadela. Cabe preguntarse si le mereció la pena a Alvin Leonard tremenda renuncia. Después de todo, ¿mascaria su contrariedad tras su separación, o bien no le guardaría rencor a su ex cónyuge? .Ser reconocido como el inventor del sonoro junto a Stephan Triers le habría convertido en un hombre tremendamente rico. Si el lector pusiese el amor y el reconocimiento en la balanza, cuál pesaría más. ¿Fue la pobre Sally una egoísta? Ella pagó un enorme tributo por triunfar, en un Hollywood despiadado, plagado de monstruos. Convengamos que son las historias de perdedores, como Alvin Leonard y su adorada Sally Grinberg, las que más nos han conmovido en las salas de cine. 

 THE END

La guerra del sonoro de Páginas ocultas de la historia inspiró esta entrada. Rogamos como dicen los críticos de cine su visionado. No dura más de media hora, y conoceremos al cándido Alvin Leonard, capaz de renunciar por amor al reconocimiento de la invención del sonoro. Nos aguardan sorpresas, el protagonista viven en el epicentro de la historia del cine. Rodará con Chaplin, y su esposa, será una de las secundarias de Douglas Fairbanks en la serie de películas del detective Coke Ennyday, cuyo trabalenguas animamos a descifrar. Increíble aunque parodia de Sherlock Holmes. ( Qué disfruten este programa los cinéfilos). Al final de este documental de veintisiete minutos, pueden ver la primera escena de cine sonoro. Anterior al Cantor de Jazz.

(1) Con Intolerancia Griffith comienza a vivir su ocaso. Será el modelo de superproducción para la generaciones venideras,pero no logra los retornos esperados.