Se hizo de noche en Madrid, apostados como carámbanos, en
la esquina de Casa Ciriaco. Las luces de Navidad hormiguean en torno a nuestro grupúsculo, que aguarda a partir por las calles de la capital, en busca del esperpento y de la huella que había dejado Don Ramón Valle Inclán. - ¡Cada vez la Navidad empieza más pronto! - Se queja airadamente mi amigo Ontiveros, que quiere mostrar a su familia uruguaya los encantos de la vieja ciudad, y por eso, rezamos a las dulces ondinas, para que no permitan que nieve hoy noche. Comenzamos como en la famosa noche de Max Estrella por
Casa Ciriaco y acabaremos depositando un ramo de flores en la estatua de este genio sin parangón. Personaje delicioso de Luces de bohemia, tanto como quien dicen que se inspiró Valle, el gran Alejandro Sawa.
En cualquier caso, miramos a nuestro alrededor, para especular con quién podría ser nuestro Latino de Hispalis, hasta que una inmensa zozobra me invade súbitamente. El joven que nos ilustra la visita, coronado por un bombín, nos recuerda que desde el cuarto piso de Casa Ciriaco, Mateo Morral lanzó la bomba "liberadora", que asesinó a veinticinco madrileños. Cuando su objetivo era la comitiva real que venía celebrando el casorio de Alfonso XIII y Victoria Eugenia . - Lo siento por los monárquicos.- Se excusa el muchacho que como reza la publicidad del evento, pertenece a una irreal academia del esperpento. Pero más debería sentirlo por el pueblo llano, siempre en el objetivo de quimeras irrealizables.
En cualquier caso, miramos a nuestro alrededor, para especular con quién podría ser nuestro Latino de Hispalis, hasta que una inmensa zozobra me invade súbitamente. El joven que nos ilustra la visita, coronado por un bombín, nos recuerda que desde el cuarto piso de Casa Ciriaco, Mateo Morral lanzó la bomba "liberadora", que asesinó a veinticinco madrileños. Cuando su objetivo era la comitiva real que venía celebrando el casorio de Alfonso XIII y Victoria Eugenia . - Lo siento por los monárquicos.- Se excusa el muchacho que como reza la publicidad del evento, pertenece a una irreal academia del esperpento. Pero más debería sentirlo por el pueblo llano, siempre en el objetivo de quimeras irrealizables.
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Nuestro maravilloso maestro, Valle Inclán. |
Entonces, razono y de pronto, me viene el rumor de aquella época gracias a las lecturas de los clásicos. En pleno año 1905, el casamiento de su Majestad es todo un asunto de Estado. Mucho artículo de fondo, que describe el futuro enlace como un cuento de hadas hecho realidad. No en vano, Victoria Eugenia de Battenberg fue la nieta favorita de la reina Victoria. Pero hay más juego de fondo en el damero internacional. El Kaiser Guillermo II quiso impedir aquel enlace por todos los medios, de tal forma que en una recepción acosó a Alfonso XIII, que engatusaba a propios y extraños con sus declaraciones dicharacheras - Prometido, primo. - Para llevar a cabo lo que le diese la santa real gana. Nos imaginamos a un anonadado Guillermo II, al que leyendo la prensa internacional con el dedo meñique en alto mientras toma café de la taza, del que es ferviente consumidor, le asaltan los ardores al comprobar que las bellas princesas alemanas, de "finos cabellos de oro", hayan perdido cualquier posibilidad.
-Si me lo había prometido el mequetrefe ése.- Ruge el prusiano, y primo mayor de la futura reina de España.
-Si me lo había prometido el mequetrefe ése.- Ruge el prusiano, y primo mayor de la futura reina de España.
Solamente quedan las dos británicas, según reza en Le Parisien, que se han quedado compuestos y sin novia francesa. - ¿Y qué querían los gabachos, después del atentado? (1)- Recela un Azorín que cree en la Revolución, pero que siente un tierno instinto de protección por el Rey, que busca como él su lugar en el mundo ( leer esta entrada de la predisposición anarquista de Azorín). Era verdad que a Victoria le ha salido una dura contrincante, que no ve con malos ojos al monarca español, con cara de pompis, y se llama Patricia de Connaught. La preferida de los intelectuales por tener un carácter más indómito. El caso es que tras arduos
plenarios del parlamento, no menos tediosas sesiones del consejo de ministros , el rey acabó haciendo con todos de su capa un sayo.
Poco a poco la reina fue siendo querida por su saber estar. Supera la prueba de una corrida de toros. - Esta se vuelve a las islas nadando.- Proclaman con un asomo de risa los chulapos. A la mujer le duelen sobremanera las embestidas de los toros a sus queridos caballos. En el fondo, ve tan descompensada la lucha. Su marido, Alfonso XIII, le musita que disimule por lo más que quiera, que mañana será lo más comentado en prensa . - No pongas por los mil demonios cara de susto o cara de asco.- Y con un bisbiseo que rezonga disimuladamente, y que el monarca no sabe cómo tomarlo, Victoria Eugenia le repone. - Qué más sangre y más masacre vi el día de nuestra boda, querido.-
Instantánea del atentado que regó de sangre las calles de Madrid
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Es entonces que vuelvo en mi, y elevó la vista a los cielos. El cable eléctrico desvió la trayectoria de la bomba orsini de Mateo Morral, lo que iba a salvar la vida de los dos tortolitos, pero que produciría una escalofriante masacre. La reina entrevió aquella mañana de mayo una especie de fogonazo de lo que sería el Guernica de Picasso. Mateo Morral corre tras el atentado a la redacción de El Motín, donde José Nakens le acoge. Por allí pulula el que será uno de nuestros maestros del periodismo, Julio Camba, anarquista en los comienzos. Incomprensible que el asesino despierte las simpatías de autores como Pío Baroja., que como Camba irán evolucionando hacia posiciones más conservadoras. Resulta tanto o más paradójico que el Ayuntamiento de Madrid en plena Guerra Civil, exaltase la memoria del asesino cambiando el nombre de la Calle Mayor por el suyo.
(1) Mateo Morral, un año antes del atentado de Madrid, intentó lo mismo en una visita oficial a Francia del rey Alfonso XIII.
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