Ir al contenido principal

Escobar

Se lamen y relamen las heridas. Que si la censura se ha excedido con la tijera, o se va toda la compañía de bolos, pues las vacas gordas en Madrid se han acabado. Los cómicos serán recibidos en loor de multitudes como los circos ambulantes u otras cosas peores que asaltan a los lectores, tal cual, el mercadeo de la carne. Las camionetas donde se reverencia a las prostitutas de turné en la España más profunda, una Babilonia móvil en el agro. Los cómicos echarán no obstante de menos El Príncipe o El Comercial, cuando bajada la persiana de la función, iban al rompeolas de los rumores, los cafés, para saber hasta con una sazón masoquista, qué se dice de uno. Allí Rafael Rivelles que se enciende los cigarrillos como nadie cuando se planta en medio del escenario, bebe pausadamente con una mezcla de indolencia y cansancio. Solitario parece mirar a ninguna parte. Isabelita Garcés, que tuvo el aura protectora de todo un Arturo Serrano se mezcla con bohemios, pero se retirará enseguida, para no dar más pie a las habladurías de una vida disipada.
-          ¿Dónde está la Membrives? – Pregunta un despistado sobre la gran dama de la escena a ambos lados del Atlántico, por lo que la respuesta parece obvia. Si no es aquí, triunfando en Buenos Aires.  

De Federico García Lorca - https://sancheztaffurarquitecto.wordpress.com/2014/02/11/resena-federico-garcia-lorca-recopilacion-6-dibujos/garcia-lorca-retrato-de-salvador-dali-1927/, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=54673482
Dalí, innovador de nuestros escenarios.
Detalle, retrato de Federico García Lorca.

Aparece Don Luis Escobar, un hombre de teatro entonces y siempre, que llegó a nuestra generación a una edad provecta, con una etiqueta de dandi y aristócrata guasón. A un lado el bastón rematado por una cabeza de ave, o de Dios egipcio, junto a su chaqueta de tweed, las piernas cruzadas, son una presentación impecable. Le recordamos por eso y como el abuelete que estaba siempre de chacota, y con una popularidad recuperada gracias al gran Berlanga. No en vano, Escobar se convirtió en uno de los personajes imprescindibles del cineasta, que construyó al final de su carrera, esos maravillosos retratos corales, que provocaron la delicia de los espectadores, y los cuales no han perdido por supuesto carga de actualidad. Todo lo contrario, son cargas de profundidad, donde los conseguidores de La escopeta nacional, y con grandes como Saza, quedan perfectamente delimitados y llenos de vigencia.
Sin embargo, es cuando nos adentramos en la biografía del Marqués de las Marismas, que afloran las sorpresas.  Corrían como decíamos los oscuros años cuarenta, en los que la censura estaba omnipresente, cometiendo verdaderos disparates y ahondando en una tajadura que había producido la guerra, con un exilio que nos empobreció. Como apuntaba Torrente Ballester, pasados los años, no sólo los escritores de entonces habían perdido la referencia de las generaciones del 98, 14 y 27, sino que eran refractarios a cualquier influencia del exterior. Proust, censurado. Joyce y su “odisea pornográfica” (sic) proscrita de nuestras estanterías. Hemingway, y Faulkner a medias. España se había aislado de cualquier influencia exterior e interior, como señala Torrente Ballester. No en vano, no estaba menos censurada la trilogía de La lucha por la vida del enorme Pío Baroja

De Desconocido - http://hemerotecadigital.bne.es/datos1/numeros/internet/Madrid/Cr%C3%B3nica%20(Madrid.%201929)/1932/193201/19320110/19320110_00000.pdf#page=1, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=14716064
Rivelles y Ladrón de Guevara, una de las sagas artísticas más 
exitosas de nuestro país.

Es conveniente resaltar este hecho, pues es donde navega con mayor claridad la figura de Don Luis Escobar (1). Cuentan las crónicas, que Serrano Suñer, con buen ojo clínico, observó que acabada la guerra, había que construir un relato cultural, que como luego se demostró, se le escaparía de las manos. Y se fijó en Dionisio Ridruejo, que a su vez agrupó a figuras de la talla de Agustín de Foxá, Edgar Neville entre otros. Cómo no, también nuestro Luis Escobar, un joven aristócrata por aquella época, al que se le encomendó la tarea de dirigir el Teatro Nacional María Guerrero. Había hecho algunas incursiones con compañías de teatro amateur, donde debutarían verdaderos mitos de la actuación como Ana Mariscal o José María Seoane. Con tan pobre bagaje, y la enjundia de la labor que le iba a plantear Ridruejo, algunos imaginaron que semejante laberinto y tamaño Minotauro, se comerían a un caballero noble, más acostumbrado a los algodones..
Ocurrió todo lo contrario, la labor de Escobar asombraría a propios y extraños. El excelente crítico y testigo de excepción de una de las épocas doradas de nuestras tablas, Alfredo Marquerie(2), celebró la frescura de aquel joven patricio. Tanto que escribió: “Sombra grata en el páramo, oasis en el desierto que nos compensa y reconforta en todos los padecimientos sufridos en todos estos años de crítica Fernando Vizcaino Casas señala al María Guerrero como uno de los focos de nuestra cultura que irradiaría modernidad. Y para percatarnos de la osadía del marqués, que nunca se arredró en su afán por atraer al público, pensemos en el montaje de Time and the Comways. Una pieza estrenada en pleno 1942, que escondía entre sus aires folletinescos todo un alegato pacifista que chirriaba en una España proeje y entusiasmada por los derroteros de la guerra. Como es de suponer llegaron las quejas airadas y marciales, pero Don Luis, mundano y alejado de la pompa aristocrática –prefería el caletre literario- no cedió y puso todo su empeño personal para que las funciones siguiesen. Vizcaíno Casas evoca aquellas sesiones donde el Madrid fino y burgués iba a aplaudir unas obras que no entendía. Formaron parte de la programación del María Guerrero obras tan importantes y sofisticadas como Crimen perfecto, Los endemoniados, Cóctel party.

De Desconocido - Mandos militares españoles en una estación de tren (Museo del Ejército, Ministerio de Defensa de España), CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=57142847
Ridruejo, de portavoz del régimen franquista a 
verso libre y promotor de la cultura. 

Por último y no menos importante de una trayectoria tan brillante, no dejaremos en el tintero  montajes tan memorables, como el del Tenorio que contó con el arte del genio de Cadaqués, Salvador Dalí, que diseñó el vestuario y los escenarios que sublimaron y renovaron el mito del Don Juan. Los bocetos que dedicó el catalán, son en sí una joya del arte, con tinta. Colorido que nos recuerda a la guardia suiza del Vaticano. Y tramoyas que sorprenden por el vanguardismo, y que conectan con el Kandinsky más brillante en estos menesteres. Por eso, de vez en cuando, en lugar de quedarnos con una figura frívola, deberíamos entornar más la mirada al pasado para conocer de verdad nuestros referentes culturales. Luis Escobar Kirkpatrik es uno de los grandes no de España, sino del teatro.

(1)      Se ha cargado mucho las tintas sobre el páramo, que no era tal en la posguerra. Surgirán ejemplos como Cela, Delibes y tantos otros, que aunque con despego de las corrientes literarios y artísticas internacionales, crean un caldo literario importante.
(2)      Marquerie, capaz por otra parte de cavar la fosa de grandes estrellas, cuando disparaba desde su columna de ABC, nos ha dejado unos frescos de la época impagables.

Comentarios

  1. Un excelente artículo, amigo Sergio, este que le dedicas Luis Escobar, sin duda, una de las grandes figuras de nuestro cine, como también en la de hombre de teatro... Felicidades compañero.
    Un abrazo!!!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, maestro. Siempre es importante recordar a estas figuras que fueron capaces de innovar en momentos bastante oscuros de nuestra historia. Un abrazo y seguimos leyendole, que siempre es un placer.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El anillo de Valentino

H ace mucho tiempo había escuchado una historia sobre la muerte de Rodolfo Valentino,  que nos inquietó. Danzaban las luces de las linternas en nuestros rostros por un inoportuno corte de luz que había provocado un huracán, de las decenas que habíamos soportado en Cayo Largo en los últimos años. - Era el ídolo de vuestra abuela, y cuentan que hubo muchos suicidios entre sus admiradoras, tras conocerse su muerte. En los reportajes de la época, unos camisas negras quisieron hacer los honores al féretro, pero los contrarios se opusieron, por lo que se armó una gran trifulca.  El gran Rodolfo Valentino en plena ola de éxito. -           ¿Unos camisas negras, tío? – Pregunté con mis ojos abismados en el miedo más absoluto. El huracán y esos espantajos del pasado, tan presentes en aquella estancia.  -           Sí, de Mussolini, pero no murió de una peritonitis.- Nuestro t...

La Sociedad de la Niebla

C asi en la noche de los tiempos La vuelta al mundo en ochenta días , nos metió los demonios de las prisas y el encanto de viajar por el mundo. De la tierra a la luna , mi preferida, había avanzado más de un siglo la posibilidad de que el hombre hollase nuestro satélite. Muchos científicos se frotan todavía los ojos por lo próximos que estuvieron sus cálculos ¿Cómo lo hizo? Se preguntan sesudos.  Con todo, Julio Verne lucía esquinado en mis anaqueles, cuando Manuel Ontiveros me sacó del amodorramiento. - ¿Nunca te has preguntado por qué se adelantó tanto a su tiempo? - Señaló jubiloso a la parte más arrumbada de mi librería, a los ejemplares de Verne. -           Tenía una imaginación proverbial. -           Podría ser.-   me dijo enigmático Manuel, que parpadeó gozoso porque todavía me tenía enganchado con el misterio sobrevenido.- Pero podría ser por otra co...

Los comienzos del más grande

E l micrófono valorado en más de un millón de dólares>> secretaba el televisor, que se hacía eco de un reportaje dedicado a un  cantante muy famoso. Nosotros en el duermevela de la siesta, alzamos atraídos por la noticia un párpado, para que se nos revelasen  las formas del instrumento, pero apareció aquel bulto envejecido. Antaño había producido la dicha en millones de sus seguidoras y  tuvo en el hito del Teatro Paramount , una de sus paradas en el camino de la fama. Aquella noche en cambio, el fenómeno iba a actuar en el Santiago Bernabéu . A todos los italianos les brillaba una sonrisa al escuchar su nombre, pues a pesar de los esfuerzos de su madre, una genovesa que según la leyenda renegaba de su orígenes, Frank Sinatra nunca renunció a aquellas amistades de barrio y a otras más comprometidas y menos recomendables ( Salvatore Giancana , mafioso que controlaba el ocio nocturno en varias ciudades, entre otros).    Al fin y al cabo, Frankie...