"Nunca trabajes con niños, con animales o Charles Laughton." Alfred Hitchcok.
- No podemos excedernos de ochocientos mil dólares, amigo.- Dijo el orondo individuo que se retrepaba en el sillón. Fue su única intervención en la discordia que se había suscitado en torno suya. Ajeno a cualquier etiqueta, observaba cómo su agente se peleaba con el representante del estudio de cine, que no entendía las razones de un proyecto tan descabellado.
- No podemos excedernos de ochocientos mil dólares, amigo.- Dijo el orondo individuo que se retrepaba en el sillón. Fue su única intervención en la discordia que se había suscitado en torno suya. Ajeno a cualquier etiqueta, observaba cómo su agente se peleaba con el representante del estudio de cine, que no entendía las razones de un proyecto tan descabellado.
- ¿Quién nos dice que no esté acabado? Su mejor tiempo ha pasado, y las imágenes violentas no venden- El directivo de la Paramount creía sinceramente que con la propuesta, Alfred Hitchcok había perdido definitivamente la chaveta. Frunció su entrecejo para entre la humareda de su pitillo, pontificar.- Su target no lo entendería, ¿ quién se espera que la última película del gran Alfred, toda una leyenda, se ruede en blanco y negro, además con un presupuesto ínfimo?- Miró enojado al genio que no variaba el rictus más allá de la penumbra de la pieza.
- Tampoco habían entendido que realizase una serie de televisión y logramos unas audiencias históricas.
- Ya sabe, querido, que algunos críticos le achacan a su representado que se haya rebajado tanto como para dirigir episodios en la pequeña pantalla.- Ese dardo envenenado sí le había alcanzado de pleno al ego.
Y es que los contables no entendían de arte, porque con Psycho, el director británico pretendía ganar con los mismos medios a películas de serie B que le fascinaban y obtenían grandes retornos para unos costos modestos. Finalmente la Paramount no financiará Psicosis y un Hicth destemplado se mete rápidamente en el coche.
- Tampoco habían entendido que realizase una serie de televisión y logramos unas audiencias históricas.
- Ya sabe, querido, que algunos críticos le achacan a su representado que se haya rebajado tanto como para dirigir episodios en la pequeña pantalla.- Ese dardo envenenado sí le había alcanzado de pleno al ego.
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El gran director de cine británico renovó completamente
el género de suspense, antes de reinventar el género de terror
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Y es que los contables no entendían de arte, porque con Psycho, el director británico pretendía ganar con los mismos medios a películas de serie B que le fascinaban y obtenían grandes retornos para unos costos modestos. Finalmente la Paramount no financiará Psicosis y un Hicth destemplado se mete rápidamente en el coche.
A la vuelta a su casa, su mujer soliviantada por la pérdida de comodidades que representaría financiar la película y por prescripción médica, se abalanzó sobre el multiforme cineasta. Como engordaba y adelgazaba igual que un acordeón, casi nada le sentaba bien, y solía flotar en sus ternos. - Vamos, Hitch, te toca hacer ejercicio.
- Hoy estoy muy cansado, no sabes querida lo que cansa discutir con directivos que sólo saben de marketing del pasado.
- ¿Marketing del pasado? - Su esposa arrugó la nariz con aquellas expresiones llenas de sarcasmos de Hitch.
- Sólo saben financiar lo que ha vendido en el pasado. Pero el concepto de Psicosis es más innovador. Por cierto, hemos comprado todos los libros de ese autor.
- Robert Bloch.
- Ese, porque no quiero que nadie sepa el final de una de mis películas.
- No me digas, eres increíble. - Puso sus brazos en jarra.- Vamos a perder todo esto y todavía no sabemos, Hitch si haremos la película. Eso sí, con un arrebato de artista genial, ha comprado todas las ediciones del libreto de la película.
- ¿Querida?
- Debes ponerte a podar, Hitch,que el doctor te lo ha prescrito.
- ¿Querida?
- Debes ponerte a podar, Hitch,que el doctor te lo ha prescrito.
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Alfred Hichcok merodeando por la famosa casa del horror |
El eco de las discusiones y las cajas destempladas se apagaron en cuanto Alfred recordó a su esposa los tiempos felices cuando todo eran añoranzas y escaseaban los bienes materiales. Como sabemos, el proyecto del cineasta británico salió adelante. Llegó a recaudar más de cuarenta millones, todo un éxito que redefinió el cine de terror, más basado a pesar de la truculencia de algunas imágenes como la famosa escena de la ducha, en el horror que escondemos tras nuestras capas de personalidades, que conforman la psique.
Aquella escena causó debates y enconos en la época de la película que hoy nos resultan incomprensibles, pero como solemos decir, es un ejercicio estulto descontextualizar etapas de la historia para observarlas con un prisma más actual. Fue un acierto la elección del reparto, con un Norman Bates interpretado por un saturnal Anthony Perkins que en realidad se interpretaba a sí mismo ( reconoció en más de una entrevista que estuvo mucho tiempo enamorado platónicamente de su madre, y deseó la muerte de su padre por celos de un claro complejo de Edipo; el padre moriría de un ataque al corazón, muerte que perseguirá al actor). Janet Leigh no menos estupenda en su papel de víctima, y con una panoplia gestual que abruma, y que tras distintos visionados nos permite disfrutar de planos que están teñidos de gran hondura psicológica.
Y eso que el gran director de cine, quiso que Grace Kelly, su rubia fetiche tornase para rodar con él. Ya se había casado con Rainiero de Mónaco, por lo que era una posibilidad remota, que le permitió no obstante jugar con la prensa rosa y publicitar su filme. En eso era un consumado experto. Como en sus famosos macguffins con los que nos despistaba a sus devotos seguidores, que estábamos con ojos avizor a cualquier hilo de la trama.
Aquella escena causó debates y enconos en la época de la película que hoy nos resultan incomprensibles, pero como solemos decir, es un ejercicio estulto descontextualizar etapas de la historia para observarlas con un prisma más actual. Fue un acierto la elección del reparto, con un Norman Bates interpretado por un saturnal Anthony Perkins que en realidad se interpretaba a sí mismo ( reconoció en más de una entrevista que estuvo mucho tiempo enamorado platónicamente de su madre, y deseó la muerte de su padre por celos de un claro complejo de Edipo; el padre moriría de un ataque al corazón, muerte que perseguirá al actor). Janet Leigh no menos estupenda en su papel de víctima, y con una panoplia gestual que abruma, y que tras distintos visionados nos permite disfrutar de planos que están teñidos de gran hondura psicológica.
Y eso que el gran director de cine, quiso que Grace Kelly, su rubia fetiche tornase para rodar con él. Ya se había casado con Rainiero de Mónaco, por lo que era una posibilidad remota, que le permitió no obstante jugar con la prensa rosa y publicitar su filme. En eso era un consumado experto. Como en sus famosos macguffins con los que nos despistaba a sus devotos seguidores, que estábamos con ojos avizor a cualquier hilo de la trama.
Desconocía estos interesantes datos sobre Psicosis y menos aún que no se tuviera la serie de televisión como una joya desde un principio. También lo es que siguiera pensando en Grace Kelly.
ResponderEliminarPara retener e irnos con algo nuevo que decir de una película que puede gustar o no, pero tiene un espacio en la historia del gran Cine.
Un abrazo.
Se dijo de él que estaba acabado, pero cómo resurgió con una Psicosis que reescribió la historia del Séptimo arte. A mi me gustó por el juego psicológico de los enfoques, que se adentraron en nuevos dominios para las cámaras. Gracias por comentar, poeta.
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