Rostros
rudos que brillaron en la oscuridad, mientras rogaban un rayo de calor, que
poder hurtar al samovar. Embutidos en mantas, bisbiseaban en un ruso de
huraños, sin embargo, el más joven, Yuri, un físico matemático que escapó de la miseria del campo, recelaba de todo fetichismo y al
mismo tiempo anhelaba su aldea, tan bucólica y atemporal como un cuadro de
Chagall. Padre e hijo discutían, de vez en cuando elevaban la voz, y súbitamente entraron en faena
sobre un acontecimiento que había azorado a toda la comarca. Una inmensa
bola de fuego que había barrido el cielo y anegado sus oídos de un estertor
sordo. Llegó el día del juicio final según el padre, de dentadura
hedionda, que mal fumaba unos hierbajos. - ¡Qué Dios nos tenga en su seno,
Yura, cuando llegue nuestro día!
-
Padrecito, no creo en las advertencias divinas como usted dice y ese día llegará en cualquier momento, con la cantidad de meteoritos que andan pululando por el espacio- Se enfrentaban visceralmente, pues el científico contraponía argumentos ajenos a cualquier trascendencia. A su pesar, el padre que se veía desbordado, un profesor retirado, había llegado a la conclusión, erróneamente por supuesto, de que poco podría enseñar a su hijo en adelante. Acaso Olga, la madre, que se posa
cercana a ellos, para recoger los rastros de la comida parva, entorna alevosa
su cara, porque aquellas cuitas le exasperaban. Qué sabían cualquiera de los
dos. El incendio había durado varios días, ¿ o no había habido incendio? Lo que parecía seguro era que no había restos de
ningún arma ¿Andarían los japoneses tras esos hechos? Sonaban muy lejanos los ecos de
aquella guerra, tres años era tiempo suficiente para olvidar, aunque que se lo dijeran a las madrecitas de los soldados que había movilizado el Zar y que habían fenecido en ella. Olga creía como el padre que se trataba un
castigo divino, por las veleidades de una juventud, que no aceptaba el yugo y
el orden social. ¿A dónde irían con tanta revolución ? Menos mal que su Yura había salido más apaciguado.
![]() |
El genio croata de origen serbio tuvo
una florida imaginación
De Napoleon Sarony - Marc Seifer Archive,
Dominio público commons.wikimedia.org
|
-
Entonces qué ha sido, no hay arma tan poderosa, Yura. - Insistió el progenitor que se llamaba Mijaíl.-Te digo yo que ha sido una advertencia divina. ¡El día del Juicio Final se acerca!
- Son
cosas complicadas de explicar.- Rezongó Yura, que se había paseado la mañana anterior
por una población cercana a Tugunska, donde seguían conmocionados por aquel
parteaguas estridente, que había resquebrajado el mismo cielo. Corrían rumores
de todo tipo: el Arcángel San Gabriel con su trompeta que aquietará a las almas, los marcianos, un arma secreta del Zar - Pero yo me temo lo peor. Hay una científico malvado, que es el
único capaz de crear este tipo de armas.
- Yo
no creo que sea obra humana.- Oreó Misha (1) con una taciturna pesadumbre una serie de versículos de la Biblia.- Ahí
tienes mis evidencias.
- Se
llama Nikola, Nikola Tesla.- Prosiguió el hijo haciendo oídos sordos de las letanías celestiales de Misha. - El dice que inventará la forma de transportar
grandes cantidades de energía por la tierra. Además, cuando estuvo en París,
le confieso que asistí a una de sus conferencias.
-
¿Nikola Tesla, ja?
- Nos
contó entre grandes aspavientos, que había conseguido crear un arma, un rayo poderosísimo.- Tesla, ingeniero de orígenes serbios dominaba el escenario gracias a sus largas
zancadas. Cada tanto, se esponjaba en una sonrisa irónica, toda una celebridad, que sobrecogía al auditorio con algunos de sus faroles. Hilachas de la memoria transportaban a Yura a aquel hotel parisino en la Rue des Capucins.
Reclutado por el ejército del Zar, Yuri como científico tenía que estar al tanto de las
innovaciones armamentísticas. - Aquel rayo poderoso, evitará todas las guerras. Podrá según Tesla destruir a
toda la marina real de una sola descarga.
- No me lo creo.- El padrecito entretenido en roer un cusco de pan, continúo con el denodado ayuntamiento entre el pan y su estómago, repleto de oquedades y agujeros más reales que el pegamento de la materia o los rayos que inventase aquel científico loco.
![]() |
De Евгений Леонидович Кринов,
Tunguska event. -
http://omzg.sscc.ru/tunguska/photos/kulik.html,
Dominio público,
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3037057
|
Por muy fantasioso que nos parezca este relato, fue una de las causas que se esgrimieron como posible explicación a aquella deflagración de 30 megatones ( dos mil veces más poderosa que Little boy en Hiroshima). El arma del zar, o de Tesla. Incluso, más recientemente, algunos admiradores lunáticos de Nikola, proponen que quizá el serbio-croata hubiese descubierto la antimateria en alguna de sus divagaciones, y habría creado un miniagujero negro ( temores que reverdecieron en el CERN, en su famoso acelerador de hadrones). ¿Cómo llegó entonces a explotar en aquella localidad lejana de América? ¡ Cómo no hemos caído! A través del sistema de transporte electromagnético, que nos ayudaría a prescindir de la distribución eléctrica y que utilizaba la atmósfera ionizada como conductor.Para cerrar el círculo de este razonamiento, el miniagujero negro habría llegado desde los cielos(2). De paso continúan fantaseando, las empresas eléctricas confabuladas entre si, ocultan esta innovación que reduciría los costes de transporte. Volviendo al bólido, la realidad no es menos increíble, puesto que en Tugunska explotó un meteorito de hielo antes de tocar tierra: por esa razón no dejó de huella el clásico cráter. Pese a que resultó un fenómeno detectado en todo el globo, y que alteró la atmósfera de la tierra durante meses, en las autoridades zaristas, más entretenidas con contemporizar el ambiente revolucionario, despertó poca o ninguna curiosidad. Sólo Leonid Alekseyevich Kulik experto en minerología se tomó las investigaciones con la circunspección que requería un fenómeno tan extraordinario, para las que contó todo sea dicho, con recursos exiguos.
Aclaremos que en cuanto al ingeniero Nikola Tesla, en numerosas ruedas de prensa había presumido de la creación de un rayo mortífero que sería disuasorio para los estados, los cuales se pensarían emprender cualquier contienda por el rastro de destrucción que reluciría tras cualquiera de esas descargas. Nos parece una idea un tanto ilusa si tenemos en cuenta que la carrera armamentística postrera, rozó en varias ocasiones los tintes de la tragedia más absoluta, a pesar de lo letales que resultasen las bombas nucleares ( la estulticia humana llega a cotas inimaginables). Por otra parte, no es descabellado que se hablase de Tesla en la mísimisima Rusia, ya que se había convertido en una celebridad mundial gracias a sus éxitos en el terreno de la ingeniería.Los orígenes eslavos enorgullecían especialmente a los rusos, que le consideraban toda una estrella. La guerra de las corrientes del período finisecular, que al final ganaría frente a Edison, copaban las portadas de medio mundo (éste había desarrollado la corriente continua, y por cuestión económica, se zafó para combatir a su rival hasta con las artes más arteras, como difundir rumores infundados de la peligrosidad y sabotear algunas instalaciones). Fue un trampolín para la fama de Tesla, que no tuvo como sabemos su prolongación en el ámbito económico, porque perdió o ganó la guerra de patentes demasiado tarde. Incluso en la batalla por los derechos de invención de la radio con Marconi, logró los reconocimientos mucho tiempo después, cuando la caja no sonaba tan próspera.
No obstante, en el acervo popular, la imagen de misterio que cultivó el científico croata-serbio, con unos terrenos en los que afloraban aquellos rayos desde su famosa torre, y que asolaban toda una comarca, sirvieron además para crear el personaje del científico malvado, al que le falta un tornillo, y que quiere acabar con el mundo. Paradójico en Tesla que era un pacifista militante. Que su rayo estuviese inmiscuido en el incidente Tugunska, parece una broma que no nos molestaremos en comentar más. Elogiemos a esta mente privilegiada, sin la que no se habría producido este salto de productividad -el desarrollo de la corriente alterna parte de su modelo- de cuyos frutos disfrutamos ahora. Fue tal su ingenio, que muchos de los innovadores de la década de los sesenta y setenta relacionados con las tecnologías de la información, se topaban con una red de patentes que les impedían el avance, y que el señor Tesla había ideado algún tiempo atrás ( la lógica booleana y sus circuitos lógicos, fundamentalmente). Hasta de su muerte se escriben páginas intriga. ¿Realmente el nazi caracortada Skorzeny, el mismo que liberase a Mussolini para que refundase la República de Salo, acabó con la vida del científico? Una vez más, la figura de Nikola se sume en el más despiadado de los suspenses, que es el de las vagas certezas que se tienen sobre su vida. Lo único tangible fue su genio irrepetible.
PD: En otro hilo desarrollaremos su personalidad, que es de lo más curiosa, casi tanto como sus vivencias.
(1) El diminutivo de Mijaíl es Misha, para no perdernos como el protagonista de la entrada que titulamos El Aleph .
(2) Tesla había anunciado que utilizaría la atmósfera para el transporte de la energía eléctrica. El ingeniero tenía una visión de la tierra más cercana a la realidad. A nosotros se nos revela como los campos hermosos y floridos, hermosos tapices que tapan un milagro dentro de un universo colosal. Él en cambio, lo veía como una inmensa bola fundamentalmente de hierro, en torno a la cual giraban toda una serie de campos electromagnéticos que se podrían aprovechar para crear corriente y transportarla. Líneas que atravesaban el globo, y que lo protegen de la intemperie del espacio y sobre todo los rayos solares. Si no paramos a pensar, la vida en la tierra es posible gracias a una serie de casualidades, entre ellas, la distancia al sol y su composición, que generan una magnetosfera que hace de paraguas frente a las tormentas solares, que borrarían de no existir aquella cualquier vestigio de vida en nuestro planeta. Tesla tenía clara esta visión.
Buen artículo.
ResponderEliminarSobre Tesla se ha escrito tanto que acaba resultando confuso. Cuesta distinguir la realidad del mito en torno suyo. Creo que ha terminado por convertirse en la prueba palpable de que la ciencia avanza gracias a los científicos en general, pero que cada uno de ellos se sube a los hombros del resto (como decía Newton). Pues ninguno es un héroe iluminado, por más que le idealicemos. Lo que importa es la ciencia en sí misma, que además es falsable, aunque imprescindible para nuestra supervivencia.
¿Quién inventó la radio? Al final no lo hizo nadie. Y lo hicieron todos, a la vez (aunque no al mismo tiempo). Y en realidad no es un sarcasmo esa paradoja. Pues sospecho que es justo así, literalmente.
El resto son nombres en una enciclopedia. O ni eso, porque hay gente llena de talento (en la ciencia y en los demás campos) que es anónima y hace el verdadero (y el más duro) trabajo.
Tesla sí que fue un visionario en la generación de corriente alterna y otros muchos inventos,forma parte,ahora que los economistas discuten sobre la productividad de las TIC y la robótica,que si se ha producido o no,si lo es en términos monetarios o reales,a través del denominado efecto Ricardo,en fin,pues el protagonizó una generación de innovadores que sí produjeron gracias a sus ingenios un verdadero y cristalino saltó en la productividad.Lo otro está por ver.
ResponderEliminarCoincido en tu visión del desarrollo,el cascarrabias de Newton daba pinceladas de humildad que alternaba con las de un genio-no de ingenio-más que arrogante.Con razón,él y Einstein son los científicos más influyentes.A Tesla se le acusaba de ser un gran inventor,pero apenas se detenía a desarrollar sus ideas.Así le ocurrió con la radio y otros inventos.Marconi convirtió su idea en algo tangible.Este tema además,ha generado arduos debates en una familia italiana como la mía.
En cuanto a la importancia del trabajo en equipo,Edison supo rodearse de un gran equipo de colaboradores.Tesla era más anárquico,aún cuando tuvo estrechos aliados,se descolgaba en ideas que muchas veces no lograba plasmar en papel.Responde más al arquetipo genialoide.Además,según dicen sus biógrafos más fieles,costo como adviertes en un personaje rodeado de tantos misterios,exprimir un poco de verosimilitud en su vida,para llegar a alguna conclusión razonable acerca de sus vivencias.Lo del bólido de Tugunska llegó a plantearse como consecuencia de una descarga del rayo de Tesla.El personaje del científico malvado está inspirado por este innovador.Hasta sobre su muerte se erigen leyendas infames.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBonifacio,muchas gracias por tus siempre juiciosos comentarios.
ResponderEliminarPersonalmente tengo alergia a las idealizaciones, incluidas las de los “genios”. Creo que hay una primera división de gente muy brillante, pero no lo son unos más que otros. Y al final lo que cuenta (como en el arte) es la obra, y no su autor. Mejor dicho, cada obra concreta.
ResponderEliminarLo que de veras admiro (sin idealizarlo tampoco) es al propio ser humano, que tardó milenios en descubrir que le enfermaban las bacterias e inventar una simple máquina que vuela (por ejemplo). Y sin embargo, con su cerebro limitado consigue pequeñas grandes cosas que le dignifican y justifican su esfuerzo. Más o menos, como cada uno de nosotros...
Saludos y gracias a ti.
Yo sí que pienso que existen hombres que se salen de las veredas marcadas,para iluminar al resto.Eisteim puso patas arriba la ciencia desde una oficina de patentes y luego era un matemático mejorable.También admiro como tú,y a veces me acerco con extrañeza a esta fabulosa excepción que es el hombre dentro del Universo.Somos un cúmulo de azares:que el núcleo de la tierra sea de hierro,crea la famosa magnetosfera para que las tormentas solares no barran cualquier vestigio de vida que se desarrolla sobre su faz.Y es cierto que la humanidad Se ha subido a hombros de gigantes para seguir evolucionando como advertía Newton.A mi me fascina personalmente Einstein,como una teoría tan ajena a la lógica humana se ha ido demostrando hasta en las cosas más inverosímiles.Gracias por la elevada factura de tu debate,Bonifacio.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs que la lógica humana (y nuestra razón) es algo limitado. No sabemos mirar fuera de nosotros mismos (ni en persona ni como colectivo tampoco). Por eso, quien logra asomar un poco la nariz (como Einstein) al exterior de nuestra escasa percepción, y consigue una panorámica algo mayor, parece que da un salto de gigante. Cuando más bien lo que hace es mirar a través de un periscopio desde dentro de un submarino sumergido.
ResponderEliminarAl final damos dos pasos adelante y uno atrás. Que ya es algo, y nos permite ir avanzando poco a poco.
Bueno, así lo veo yo, desde mi propio batiscafo (pequeño).
Gracias a ti Sergio.
En eso estamos completamente de acuerdo.Nuestra capacidad de conocimiento está muy constreñida por nuestra posición espacio tiempo y el arte como dicen los finos en la ciencia.Por ejemplo,la radiación de fondo de microondas que es el vestigio del Big Bang desaparecerá como si nunca hubiese existido.Que no se detecte,no quiere decir que no exista.La medición de las ondas gravitacionales que predijo el ubicuo Einstein,nos va a hacder avanzar en el conocimiento de este universo.Pero hubo algo antes?Hay muchas preguntas sin respuesta y como dijese Popper,no nos dejemos llevar por la belleza de un modelo matemático.La ciencia llega donde llega
ResponderEliminarSegún la teoría del Big Bang, con él comenzó el espacio y el tiempo también. De modo que no tiene sentido hablar de algo "previo". En todo caso (aunque sólida) no deja de ser una teoría, y el tema es muy complejo.
ResponderEliminarDe acuerdo,Bonifacio,porque las evidencias que quedan de la gran explosión,sólo nos permiten escudriñar a microinstantes después a la terrible deflagración de la singularidad 0.Algunos se cuestionan que había antes y siguiendo teorías vedicas,si estamos en un constante ciclos de expansión contracción.El universo se expande,creen que gracias a la energia oscura,así que de lo anterior cabe seguir con la incertidumbre.Apenas conocemos o medimos el 5% de lo que existe,el que hayan detectado ondas gravitacionales nos puede dar una medida de la materia y energía oscura.Son muchas las evidencias,aunque infinitamente más lo que desconocemos y que nunca conozcamos.Por eso quizá Popper hablase de la religión de las estrellas,por las cantidades ingentes de fe que se necesitan para cerrar siquiera falsamente,un modelo y una verdad que jamás conoceremos.El hombre no se sacia con saber que la historia del tiempo comenzó con el Big Bang.Gracias por la altura de la discusión,Bonifacio.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNi el hombre ni el hambre (de saber) se sacian nunca. Saludos.
ResponderEliminar