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Lorca y la muerte viajera

 

El poeta se sentó en un banco de la estación de tren de Atocha. Normalmente bulliciosa, aquella mañana se arracimaban algunas siluetas, que cuchicheaban en voz baja las noticias trágicas, que habían acaecido durante el fin de semana. La muerte del diputado José Calvo Sotelo, a sangre fría. - ¡Esto es la guerra! No hay solución. 

- ¡Qué agorero eres, Manuel! - Le repuso una mujer lozana, de cutis brillante, al portador de opiniones funestas.

Lo malo era que Federico García Lorca  pensaba igual que aquel gafe. Se sintió desfallecido por dentro, no le quedaba más que huir del rumor de dejos belísonos, reconcomido por los miedos y aquella canícula, a las aguas más quietas de Granada. Algunos flashes, de lo que le había costado conquistar aquella ciudad, como el "trío de los putrefactos", que conformó con Salvador Dalí y Luis Buñuel en La Resi. Años lejanos y en los que todo les parecía caduco como reverbero de vanguardias europeas. Por eso, la Madrid provinciana era más suya como urbe que una Nueva York, a la que cantó por desfallecimiento. La Xirgú le había recomendado escapar de las heridas del desengaño, cuando ese escultor mediocre, de cuajo agraciado, por unos pertinaces ojos azules, le había dejado por una representante de Estée Lauder. 


De Autor - Literland, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=76844259
Última fotografía de nuestro gran poeta mártir.

Ningún consuelo, ya que la muchacha era rabiosamente bella, no un nuevo capricho. Con grandes promontorios, como espió Federico a su adorado Emilio Aladrén, que la agarraba de la cintura, para conducirla a la coyunda, que imaginó que tendría lugar en la casa de ella. Se le escapaban los ayes en cualquier lugar, a ese desgraciado le había dedicado un poema, El emplazado. Sabía que  había alternado amores con su amiga, la pintora Maruja Mallo. Pero Marujita pertenecía a esa jarca casi circense de los artistas, dada a la vida bohemia, y se lo excusaba a ambos. Qué recuerdos. 


De Desconocido - Fotografía extraída del libro "Gran Enciclopedia Argentina". Autor: Diego Abad de Santillán.,Ediar Soc Anon, de Editores. 1966, Buenos Aires, Argentina., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6989840
La gran pintora, Maruja Mallo. 

Regresó a la Madrid de sus sueños, una vez que se sintió curado del mal de amores. Le había prometido una obra a Margarita, la Xirgú para el gran público, bastaba ya de “ponerle los cuernos” con sus actrices rivales. Giras y más giras, en Argentina, un éxito inapelable. Esa marejada había pasado, hasta se arrepentía de haber sido tan duro con  Miguel Hernández, que llegaba con sus americanas de segunda o tercera mano, y el ánimo encrespado. A cuenta de una recensión no muy bien acogida por el oriolano, que había creído conquistar el cielo con su Perito en lunas. Una poesía herida de tanto clasicismo, amor religioso, muy del gusto de la llamada Generación del 36, que en lugar de homenajear a Góngora, lo hacían a la forma y a Garcilaso de la Vega


De UNED Universidad Nacional de Educación a Distancia from Madrid, Spain - Flickr: Miguel Hernández, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=21180896
El grandísimo poeta oriolano.


Inesperadamente, Federico dejó esa borrachera de recuerdos, y entornó los ojos, porque un caballero jocundo, mostró la portada con la fotografía del cadáver de Calvo Sotelo en el ABC. Santos Yubero había inmortalizado la escena. Se decía, que los socialistas estaban implicados. Un mar de rumores. Por eso, él quería huir de Madrid, se mascaba la tragedia. De pronto, el viajero elegante que transitaba impaciente por el andén, le preguntó. - ¿Tiene fuego, caballero?



De Manuel Tovar - La Novela Teatral, año III, nº 86. "La tempestad". Zarzuela en tres actos. Miguel Ramos Carrión (url), Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=61287762
La famosa actriz, Margarita Xirgú.



- No fumo, lo siento. - Le entraron los ardores con tal noble rostro, aunque quiso dominar su rubor. 

-  Es igual, no se preocupe. Pedir fuego con estos calores. – El viajero misterioso  sonrió. - ¡Es de locos! 

-  No tengo fuego pero tengo El Sol, que creo que nos está dando algo de calor. – Lorca agitó como una bandera el famoso periódico, para abanicarse también. El aventurero se había reído con su ocurrencia. Entretanto García Lorca, intentó adivinar en qué lugar se había topado con esa cara que le resultaba tan familiar. ¿Sería un actor de cine? Más apuesto que Rafael Rivelles, se dijo.  - Peor lo están pasando en Chicago, caballero. – Le señaló el recuadro de la noticia que hablaba de los muertos provocados por una ola de calor. -En Atenas un incendio, que no han sofocado y se ha cobrado varias decenas de vidas.


De Desconocido - http://hemerotecadigital.bne.es/datos1/numeros/internet/Madrid/Cr%C3%B3nica%20(Madrid.%201929)/1932/193201/19320110/19320110_00000.pdf#page=1, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=14716064
Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón de Guevara.


- Mejor no mirar mucho adentro de esas páginas. No hay más que muerte por ahí, caballero. Y yo que tengo tanto trabajo en eso, precisamente. 

- No le entiendo.

- Trabajo en pompas fúnebres. - Aclaró el hombre de piel fresca, al que se le adivinaba el azul de su sangre casi núbil, y que se sentó a su lado. - Disculpe, no quiero asustarle. Se puede suponer lo que me dicen las muchachas a las que pretendo. Enseguida me sueltan cualquier excusa para poner pies en polvorosa.

https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=e372d891-b750-4beb-afad-fb1a4bbbd102
La portada de El Sol, una de las cabeceras más importantes de la época.

- Ellas se lo pierden, usted es muy apuesto, permítame que se lo diga. Y al fin y al cabo, no es más que un trabajo más, y muy necesario. - Tragó saliva el poeta. Qué era eso tan extrañamente familiar en ese individuo, otra vez, le consumía en la duda. 

- Pero me cansa ver tanta muerte, ¿señor? 

- Me llamo Federico, encantado. - Cuando le estrechó la mano,  el poeta sintió el mármol frío de su palma. 


De Vida Gallega, 20-4-1936, p. 13 - Galiciana, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=58327266
El político asesinado por la escolta de Indalecio Prieto.


-          Necesito un descanso, Federico. Me voy unos días fuera, creo que a la vuelta se me acumulará el trabajo. A ése que sale en la fotografía, lo vi ayer cara a cara. - Señaló a la portada de Calvo Sotelo en la morgue. Lorca creyó desfallecer, con lo que oía. - Lo siento, no quiero molestarle.  – El trabajador de pompas fúnebres se levantó y se alejó.

- Estoy seguro de que le conozco de algún sitio. - El poeta se quedó con la intriga.  Con los aladares descompuestos, supuso que también tomaría el tren a Granada que partiría en ese mismo andén en breves momentos. Cuando se percató de que el caballero se había dejado en el banco lo que parecía un naipe, quizá  de tamaño algo mayor a la carta de una baraja corriente. Le dio la vuelta. Y quiso gritar pero no pudo. 

De Jean Dodal - http://www.tarot-history.com/Jean-Dodal/, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4687499
La muerte en el Tarot. 

Solamente al cabo de un tiempo, al borde de alzarse al coche del tren, musitó unos versos que le vinieron a la mente. "Sus ojos son profundos abismos, reflejo de las estrellas y de los más íngrimos secretos del universo." García Lorca supo sobrecogido en aquel instante, dónde había visto esos mismos rasgos, aquellos ojos profundos. En la cara de su amigo Sánchez Mejías, una vez que la muerte se había apoderado de él, tras una triste cogida. 





Comentarios

  1. Sobre Federico hay mucho y bien escrito, pero recomiendo encarecidamente el libro de Dionisio Ridruejo, "Casi unas memorias".

    Aladrén, por otra parte, era de natural "redondo", y comía, como es propio en esas latitudes, sin que le produjera irritación alguna, carne y pescado.

    Sin embargo, la "Sinsombrero" Maruja Mallo, una de las integrantes de la generación del 27, pintora surrealista que nada tiene que envidiar a ninguno de los integrantes del grupo, iba sombreando su "Canto de la espiga" para dar formato a su pensamiento.

    Marujita, como bien dices, era la representación de la bohemia.

    El de Orihuela iba por libre, dudo que haya pertenecido a generación alguna, salvo la suya, y a grandes rasgos, como opinión personal, se le podría comparar como a Juan Eduardo Cirlot, uno de los buenos, sin un lugar para anclarlo.

    Al final, las generaciones las hacen poetas únicos, y Miguel Hernández era único, no necesitaba de generación alguna.

    Y volviendo a Federico, Granadino le hizo a Federico la misma faena que a Sánchez Mejías, lo dejó huérfano.

    Un abrazo grande y un placer leerte.
    Salut






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    1. Qué gran resumen, Tot. Como siempre, apuntes que hunden con el filo de tu gran olfato, hasta la raíz de muchos de esos personajes. Hernández es uno de mis poetas predilectos. No creo que se haya escrito mejor elegía que la que le inspiró la muerte de su amigo, Ramón Sijé. Ni canto de un padre al hambre de su desfallecido hijo, que la Nana de la cebolla.

      Por cierto, espero no haber levantado demasiada polvareda tras visitar la que considero tu santa casa. Un abrazo,Tot.

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    2. jejeje...no seas malo, Sergio, siempre es un placer leerte y que digas tu opinión, argumentada, como sueles hacerlo. Nadie, ni Lluis, por supuesto, se queja de que sacudas la manta, cosa que se ha de hacer, porque es de esa manera, no hay otra, como se van dirimiendo las dudas y aclarando los pareceres.
      Más que agradecido, de verdad.
      Un abrazo
      Salut

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    3. Grande, Tot. Sé que en algunas de tus reencarnaciones, tu sabiduría por fuerza, no ha de proceder de una única vida, fuiste un liberal. Seguidor probablemente de Stuart Mill, que derivó hacia una especie de liberalismo social. Por eso, nos contaba un profesor de pensamiento económico, el pobre tenía dos piernas que parecían dos lapiceros rotos, por un terrible accidente en la nieve, perdona que me suma en los recuerdos. Nos decía que si en la Gran Bretaña que tan bien conocía, siempre había habido una resistencia al pensamiento comunista, había sido por obra de John Stuart Mill y la influencia de sus ideas. El capital, el individuo y el estado debían llegar a una especie de contrato, que a juzgar por su idealismo, no se rompió pocas veces. Los ojos verdes festoneados de cartílago de mi profesor, era tan enjuto que se le adivinaban los huesos, nos barrían con deleite cuando nos inoculaba en vena lo que consideraba la esencia del pensamiento económico.

      Y después de este viaje al pasado, perdona mis frecuentes digresiones,. decir que tu casa es un magnífico lugar para la tertulia. Por ser un huésped tan honesto. Un saludo, Tot, y cuídate.

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  2. Incluyendo la ficción, me resulta una reconstrucción muy bien lograda. Tengo que decir que he leído muy poco de Lorca, quizá algún día pueda subsanar esa falta.

    Saludos,
    J.

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    1. Bueno, bueno, nuestro ilustre narrador,J. Bienvenido. Esto se va animando. Es una reconstrucción histórica, incluso el día catorce de julio de 1936, el gran poeta partió en tren a Granada. El encuentro con el viajero, representación de la muerte, es un giro final que me sirve para contar ese episodio del poeta, su último día en Madrid. Un saludo y cuídate.

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  3. Me tocas un tema que he vivido y revivido a lo largo de mis estudios de Filología, mis lecturas de Ian Gibson y otras, de mis años como profesor. Lorca era incómodo para todos, a pesar de ser un hombre popular que era adorado por su extroversión y su gracejo andaluz, tamizado por su carácter trágico de la existencia. La obra que estaba leyendo a sus amigos esos días de Madrid que reseñas era La casa de Bernarda Alba pero no se estrenó hasta 1945 en Buenos Aires. La vida de Federico de la que sabemos prácticamente todo, aunque no sabemos nada en realidad, está marcada por el destino. Y dicho destino le alcanzó en su viaje a Granada en julio de 1936. Si se hubiera quedado en Madrid, habría sobrevivido. Era íntimo amigo de José Antonio, en aquel tiempo encarcelado y temía más a la violencia de las izquierdas que a la de las derechas como nos indica la portada de El Sol que nos traes. La guerra civil se mascaba y en cierta manera era buscada por muchos sectores de la izquierda que veían en ella la oportunidad de armar al pueblo y acabar de una vez por todas con la derecha. Preveían un golpe débil como el de Sanjurjo en 1932. No esperaban lo que pasó. Y Federico viajó a Granada y con ello pasó a la posteridad como tótem de la izquierda para condenar la barbarie de los fascistas, pero la historia tiene muchas versiones y la personalidad de Federico, enamorado de los toros y de las vírgenes de Granada tiene muchos repliegues que no se permiten en una revisión de su figura. Lo de Miguel Hernández refleja el señoritismo y la vanidad de Federico que no aceptaba que nadie le hiciera sombra. Saludos.

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    1. Desde luego, Joselu. Un tema que te coge de lleno por tus años de magisterio, en ese sueño fantástico que es la literatura, repleto de fantasmas y de versos y párrafos que espigan en nuestros corazones. El propio Federico lo aclaraba que no era de nadie. Si acaso anarquista por no adscribirse a ningún credo ideológico, solamente a la libertad que reivindicaba como individuo. No anarquista en el sentido revolucionario,ni comunista, ni fascista. Sí de los pobres, de los perdedores y de los gitanos, de los que no tenían nada, los más menesterosos. Ésa portada es reveladora Joselu también por su inmenso baldón blanco, con las palabras inscritas de número visado por la censura. Qué creció y qué me sorprendió hará más de veinte años, cuando las nociones que tenía de la II República, obedecían más a una leyenda rosada de las libertades. Creo que fue Bergamin quién dijo que Federico no era de nadie o tal vez se lo leí a Damaso Alonso. No recuerdo, se me apeñuscan los fragorosos rostros de una de nuestras mejores edades literarias. En lo de Miguel Hernández también juega el ego del oriolano, y el orgullo de Federico, que no perdonó que Hernández se enojase con él porque hiciera una crítica que entendió acre de su Perito en lunas. En cierto modo, nos decantamos por la figura más débil y en este caso Miguel Hernández fue abandonado por todos como cuenta el diplomático Morla Lynch en sus memorias de aquellos días infaustos, cuando Madrid se rendía a los vencedores por el golpe de Casado, y muchos destinos pendían de un hilo. El diplomático chileno que se preocupó por la integridad de Miguel Hernández que corría peligro si llegaba a manos de las tropas franquistas, creyó que Rafael Alberti le había jugado una mala pasada, abandonándolo a su suerte. Luego la suerte de un reloj marcó su destino. Un placer,Joselu.

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  4. Qué estupendo este alegórico encuentro entre García Lorca y la parca disfrazada de apuesto empleado de pompas fúnebres o eso me ha parecido entender. Sin duda Lorca fue uno de los muchos mártires que dejó nuestra funesta guerra civil, lo mismo que mi querido Miguel Hernández, quien como comenta nuestro tb querido MIGUEL, no perteneció a ninguna corriente, más que a la suya propia y eso le hace tan especial, como genuina y honesta su poesía, por eso es uno de mis poetas de cabecera desde siempre. Lorca hizo bien en sentir un mal presagio al conocer el asesinato de Calvo Sotelo, asunto que, precisamente por lo mal llevado, no sé si desencadenó, pero sí dio el pistoletazo de salida de nuestra de nuestra terrible contienda pasada. Efectivamente a primeros de Junio del 36, como represalia por el asesinato horas antes, de un teniente izquierdista, por unos guardias civiles y gente vinculada al Partido Socialista secuestraron y asesinaron al diputado José Calvo Sotelo, líder del Bloque Nacional. Las consecuencias del crimen supusieron en la práctica, el final de la Segunda República y el inicio de la conspiración organizada por el general Mola, motivado precisamente porque este crimen se quiso ocultar desde el gobierno. Porque sorprendentemente el propio Azaña, lejos de manifestar repulsa alguna por el crimen, ni actuó de forma contundente contra los responsables, ni siquiera intentó tranquilizar a los conservadora, absolutamente enardecidos, se obvió el asunto, sin más. Hasta el propio Indalecio Prieto encubrió los hechos y estos comportamientos, amén del ambiente cargado ya, disparó el misil de la rebelión militar que estaba fraguándose desde hacía tiempo. Lo demás, tristemente ya lo sabemos. Al pobre Lorca, a quien por cierto , la propia Margarita Xirgu le había comprado el billete para viajar con ella a Méjico – lástima que no recordara este encuentro tuyo y no se hubiera ido con ella ; ) - lo pillaron en casa de su amigo el poeta José Rosales, falangista, donde se refugió, pero de nada le valió al pobre, porque una complicada red de viejas rencillas entre familias, cuestiones políticas, económicas y prejuicios de la época terminaron con él. Siempre he creído que su muerte, más que política, que tb, fue una ruin venganza porque Lorca, ni era político, ni considerado amenaza pero sectores reaccionarios no toleraban sus amistades de izquierda, ni su estilo de vida y sobre todo, los Romano, una familia de Granada con la que estaba enemistado materializó el desenlace. De hecho, el propio Pepe el Romano, retratado y atacado por Lorca en La Casa de Bernarda Alba, fue quien finalmente le detuvo y precipitó su final… En fin, que me ha gustado, sobre todo este curioso encuentro entre la muerte vestida de apuesto joven y Lorca y bueno, te dejo en paz ya, que acabo de estar espadeando contigo en casa de MIGUEL y mereces descansar de mi hoy ; ) Un abrazo muy fuerte y buen resto de finde!

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    1. Muchas gracias, María. Como siempre complementas las entradas, con fabulosas semblanzas. Yo creo que el asesinato de Calvo Sotelo terminó de quemar todos los puentes de la convivencia entre españoles. Precedido es verdad por el asesinato del teniente Castillo de los Guardias de asalto, Castillo. Fue Luis Cuenca Estevas el que le descerrajó dos tiros al político gallego, para vengar a su compañero, en una partida dirigida por el capitán de la Guardia Civil, Fernando Condes. Podríamos jugar a las ucronías de qué hubiera pasado si no hubieran encontrado a Calvo Sotelo en su domicilio. También estaban en esa lista siniestra Gil Robles y Goicoechea, compañero suyo en Renovación española. El asesinato de Castillo se cree que fue una venganza por la muerte de un falangista, primo de José Antonio. Vemos a lo que conduce una espiral de violencia.

      En cuanto al conocimiento de los hechos, la misma mañana Zugagoitia, director del Socialista, informó a Indalecio Prieto que habían sido los suyos los autores materiales del asesinato y que ese acto conducía a la guerra. Lo cuenta el propio Zuga. El sumario de la causa fue robado. Ya había comenzado la guerra. Del asesinato de Castillo, se especula, hay confesiones de autores materiales, aunque no se quiso investigar por razones obvias, por parte de los vencedores, terminada la guerra. Un saludo, María y cuídate.

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  5. Y sí, es la muerte, aunque no se diga explícitamente por la carta del Tarot. Ésa muerte que nos privó de uno de nuestros mejores poetas. De vez en cuando me acerco a su poesía y la leo, a retazos.

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  6. María, porfa, lee a Dionisio Ridruejo en "Casi unas memorias", es un libro que explica en primera mano lo que cuentas de la casa de los padres del poeta Rosales.
    Es un libro que está en las bibliotecas y no es necesario adquirirlo.
    Muy recomendable para quien quiere saber más sobre aquel suceso.
    Un beso enorme desde esta página

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  7. A mí me parece un personaje central de aquellos desdichados años,Tot. Estoy seguro que lo leí hace años, porque me sumergí en una biografía de Ridruejo. Llegué a él, antes erraba como un fósil en diversas obras, gracias a Umbral. Sí lo he hecho, me gustaría volver a redimensionar toda aquella época. Su papel con los escritores me recuerda quizá al de Gorki, y cómo va virando hasta enfrentarse a la dictadura. Procuró la vuelta de Azorín del exilio, medio ante el dictador por Hernández, creó una revista como El Escorial, fundamental en nuestras letras de posguerra y luego está su obra literaria, de gran calidad, pese al estigma falangista inicial. Fue un valiente.

    Otra fuente es la entrevista al grandísimo Luis Rosales en A fondo, de otro coloso en este caso de la comunicación, Joaquín Soler Serrano. Los silencios del poeta, la concisión de los gestos de un dolor sincero, cuando hablaba de lo ocurrido con Federico, una verdadera infamia. Un abrazo dominical a todos

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  8. Ahora que lo he buscado, rectifico. Leí el ensayo de Manuel Penella, una biografía del gran Ridruejo, hace la friolera de casi diez años. Un motivo más para buscar Casi unas memorias. Muchas gracias, Tot. Grande, grande. Dionisio y tú.

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