Ir al contenido principal

Dámaso Alonso, viajero de la historia

 

En los vórtices recónditos de la historia, caminó en solitario. Un joven que había recibido el premio extraordinario de su instituto y al que sus retinas entretejían no más que brumas. Su madre, paciente, más hermosa que él, que fue consciente que la donosura de ella se la había negado Dios a su hijo, le recitaba todas las lecciones. Y gracias a esa voz, descolló una memoria que resultó prodigiosa. A Dámaso Alonso se le daban especialmente bien los números, y la lengua. Lo primero, por su mentalidad cartesiana. Vectores que crecían para hallar mentalmente el kern de aquel espacio, en el que flotaba su mente.  


De Josep Pla-Narbona, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16356322
El maestro Dámaso Alonso. 

Ese niño en el presente adulto, recordaba con pulcritud cualquier sonido de aquellas gélidas tardes de invierno, consumidos los dos cuerpos, casi en la molicie. El brasero despedía un calor agradable, un tanto narcótico. Las piezas no estaban tan iluminadas como en nuestros tiempos, de ahí la pesada penumbra que los envolvía. Algunos recelaban de ese invento de la electricidad, y las farolas de gas, poblaban como setas la danza de las horas nocturnas de las principales avenidas de Madrid. 


De Thomas Rowlandson - This is a retouched version of raw scan image Image:A_Peep_at_the_Gas_Lights_in_Pall_Mall.png., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3441289
Las primeras farolas de gas en Londres, año 1809.

– Era un mundo más oscuro. - Contaba el maestro, que explicaba su mala visión, y que técnicas más modernas, le permitieron recuperar la mayor parte de ella. Su cara era un pozo de reveladora sabiduría. Y como a ese niño que tomaba lecciones le hubieran transportado a un cuarto de estar, en el que se había convertido él en el adulto.  Unas antiparras, que limpió, porque Dámaso sabía lo que era el daño macular, y no lo soportaba. Su nieto, que era un voraz consumidor de noticias, se había obsesionado con la llamada guerra del Yon kipur. Ambos recibían su dosis diaria de radiación catódica, si bien Don Dámaso Alonso, embargaba su nariz en una edición del Quijote del siglo XVII. Le gustaba respirar ese olor a libro viejuno. De pronto, una palabra del noticiero hizo que el abuelo levantara la cabeza. La malhadada inflación, una palabra grabada a fuego en su subconsciente.


De Bain News Service, publisher - Library of CongressCatalog: https://lccn.loc.gov/2014716642Image download: https://cdn.loc.gov/service/pnp/ggbain/36400/36493v.jpgOriginal url: https://www.loc.gov/pictures/item/2014716642/, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=67791655
La excesiva disposición de numerario, en un banco alemán en la hiper de los años veinte.


Don Dámaso Alonso, se mostró aún más aterrado. Se lio un pitillo, para lanzar una calada al aire. Aunque se le escapase una ventosidad por el cocido que se acababan de abrochar, no quería perder ese principio de autoridad, por un gesto tan poco decoroso y se hizo el distraído. Su nieto le dijo que iba con los israelíes, que siempre habían estado tan perseguidos.

-        A mí me preocupa más la inflación. – Dijo con gesto prolijo.- Aquello fue un horror, yo estuve allí, en Alemania, con una beca, en los años 1922 y 1923. ¿Sabes que tu abuelo fue millonario? – Su nieto le contempló entre arrobado y con esa incredulidad propia de las mentes más lúcidas. Tenía doce años, pecas abrumadoras en un rostro trigueño como pocos en Ribadeo. Sabía, por supuesto, que su abuelo era una autoridad en España, y fuera de ella. Un mito viviente en aquella localidad lucense. Hasta le habían puesto una calle en vida. Mon Dieu. - Sí, recibí hasta un sueldo de mil millones, Bartolín.

    - Anda, abuelo, qué imaginación tiene. Me trata como a un idiota. No le creo, está bromeando. Mil millones de pesetas o de marcos, los tienen Onassis y pocos más.


De David Lloyd George, Woodrow Wilson and Georges Clemenceau - Auckland War Memorial Museum Tāmaki Paenga Hira, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5309908
Versalles, un tratado envenenado. 


    -Nada de eso. Fíjate, que mi vuelta a España se produjo inesperadamente. La beca con la volatilidad de los cambios de la moneda, se había vuelto impredecible de presupuestar. Pero no había cobrado mi último sueldo, de miles de millones. - Brilló un gesto de malicia en el anciano. A saber por dónde venía la andanada, receló de aquellas sus intenciones el conspicuo nieto, el preferido de Don Dámaso. - Y le dije a un compañero de confianza, que dado lo repentino de mi vuelta, que fuera a recoger ese último salario, y se dieran mis compañeros un homenaje en mi nombre en una cervecería. Pero, ¿sabes lo que pasó, querido Bartolín?

    - Ni idea, abuelo, pero no me llame así, que lo deploro. 

    - Me dijo que no iría a recogerlo. Qué se había devaluado tanto, que lo que unos días atrás daba para sufragar una comida en una taberna, no daba ni para un cuarto del billete de ida del tranvía para ir a recoger mi nómina. Así de perniciosa es la hiperinflación, amigo.

 

De National Photo Company - Esta imagen está disponible en la División de Impresiones y Fotografías de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos bajo el código digital npcc.17371.Esta etiqueta no indica el estado de los derechos de autor del trabajo adjunto. Se requiere una etiqueta de derechos de autor normal. Para más información vea Commons:Sobre las licencias., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5900525
La perniciosa Ley Hawley Smoot, que provocó una guerra comercial en todo el globo.


    Don Dámaso añadió más peripecias a su relato. Se podía desprender que  era un experto en Economía, y no obstante, lo que hicieron que cultivase esas enseñanzas, fueron las vicisitudes.  Resultaron tan salvajes las imposiciones de los vencedores en Versalles, que el gobierno de Alemania, lo quiso solucionar emitiendo más papel moneda, que valía menos que el papel higiénico. - Recibíamos pagas a principio de mes y compensatorias cada diez días, y nos íbamos corriendo a los supermercados donde cada vez había más escasez. - Explicó para que su nieto comprendiese sus vivencias. - La inflación, y eso que no soy economista, y más la hiperinflación, destruye capacidad productiva. Has vendido mucho más barato que lo que pensabas en tu cálculo económico, pero resulta que no te da para comprar ni la mitad  de los insumos que necesitas para empezar de nuevo el ciclo productivo  Y te puedes creer una cosa- El abuelo saltaba como Tarzán a la siguiente liana de su pensamiento, sin previo aviso. -  Que al cabo de unos años, recibí una invitación como profesor en algunas de las universidades más prestigiosas de EEUU. Y no me perdí el famoso Crac del 29, Bartolín. 


Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=34091716
La Bolsa de Nueva York, tras el Crac de 1929. 


    - Usted lo que es, es un gafe, abuelo. Dicho con todos mis respetos. 

    - Llegué en plena fiebre de la bolsa. No entendía ese afán enfermizo, de jugar en acciones y en la Bolsa como si fuese el casino. Fíjate, que uno de los fellowships, que quería estudiar mi obra, un americano, qué cosa más rara. - Se frotó la barbilla el hombre enjuto. - Pues hipotecó su casa para comprar acciones. Imagínate, cuando lo del Crac, adonde fueron a parar sus títulos y su casa...... Adams no tenía idea de bolsa, un experto lingüista pero en cada americano se dice que hay un emprendedor. - Y ese muchacho tuvo un trágico destino. No se lo quiso contar a su nieto. - También una noche, un amigo vino entusiasmado con una tela y una botella de vino. Un juego de un tal Darrow, que se había puesto de moda. Fue la primera vez que jugué al Monopoly, Bartolomé. - Se suspendía en sus recuerdos. Habló a su nieto de un arancel, probablemente la oprobiosa Hawley-Smoot Act. - Había aterrizado recientemente allí, era  el año 1929, Bartolín, pero había un runrún de que iban a subir los aranceles por una ley que se estaba tramitando en una comisión del Congreso, y todo el mundo adelantó su consumo. Se lanzaron como locos a pedir licencias de importación. Hasta el rector de mi universidad, un soltero empedernido, que vivía solo. ¡Se compró tres coches mercedes alemanes!

    - ¿Para qué, abuelo? Sí sólo puede conducir uno.- Dijo entre risas Bartolomé. 


De Anefo - http://proxy.handle.net/10648/aca43580-d0b4-102d-bcf8-003048976d84, CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=65930769
Vicente Aleixandre, gran amigo de Dámaso y excelso poeta. 


    - Le encantaban los coches alemanes, pero sabía que una vez que se pusiese en vigor el arancel, los productos extranjeros se revaluarían hasta el infinito.  Bartolín, recuerda que en todo americano, hay un emprendedor. - La subida de impuestos de la Administración Hoover, hasta un 73% del tipo marginal más alto, fue otra experiencia inenarrable. No le contó a su nieto, que ese incremento arrastró todos los tipos del IRPF, creado en el año 1913, a una espiral alcista. Aunque sí pensó el maestro Alonso, que debe consolar que te desangren si a alguien que tiene más dinero que tú, le sacan las tripas. Prosiguió con su relato.  Cuando negociaba la subida de su sueldo con el rector de su universidad, que le encañonaba con un puro que abrevaba en sus belfos, le ofreció hacer una reforma en su casa que la universidad alquilaba para él, inscripciones en clubes de golf, vuelos a Florida, donde organizarían un campus, que conectarían con sus vacaciones. - Pero si no me gusta jugar al golf, señor rector.  

-  - Como si te metes en un club de macramé, Dámaso. Entiéndame. No es corrupción, os pagamos por vuestros servicios. - Salía el directivo de una multinacional, que albergaba el proteico rector. - Si lo hacemos con dinero, de cada dólar, con la subida de impuestos planteado por el equipo del Presidente, te llegan limpios 27 centavos. Podemos ser patriotas, pero también necesitamos vivir. Y le sale más barato a la Universidad, que declara esos dólares como un gasto, que va íntegramente a ti. ¿Lo entiendes?  - En cada americano hay un emprendedor y un experto en fiscalidad, le faltó decir a ese hombre renacentista que fue el señor Alonso. Para él que era de costumbres austeras. Así, en esas letanías su nieto le escuchó, hasta que llegaron Los payasos de la tele, que se sustrajo de las chácharas desorbitadas de su abuelo. También Dámaso tenía que recoger en la estación de tren a su gran amigo, el poeta,  Vicente Aleixandre, de sus años en las Navas del Marqués, que venía a hacerle una visita a Ribadeo. 


Los famosos payasos de la tele (1).


(1) Me cabe la duda de si hoy el video sería calificado de sexista. Y cancelado, que es el eufemismo inventado por los censores y Torquemadas de nuevo cuño.



 



 

Comentarios

  1. Es curioso que en tu enfoque de la entrada -basada en la relación y la conversación del abuelo Dámaso con su nieto preferido Bartolín, acerca de su historia y sus experiencias en la Alemania de la inflación y los Estados Unidos del crash, unida a las noticias de la tele sobre la guerra del Yon Kipur (que creo recordar que fue en 1973-, no haya espacio para lo más relevante para mi profesión que es su magnífico libro que es Hijos de la ira de 1942. Lo estaba esperando pero no ha surgido en tu interesante texto que abunda en temas económicos que se me escapan. Supongo que la orientación profesional de cada uno, nos hace fijarnos en unos asuntos y no en otros.

    En todo caso, aparece la relación del cegato Dámaso con Vicente Aleixandre, ambos poetas mayores de nuestra historia reciente pero totalmente olvidados para las nuevas generaciones que siguen preferentemente a poetas de las redes sociales. De Aleixandre, recuerdo especialmente La destrucción o el amor y Sombra del paraíso. Son mis referencias principales.

    Las referencias a la historia económica del mundo sirve con hilo narrativo a la conversación entre el abuelo y su nieto, que no puede creer que su abuela fuera multimillonario en la Alemania de 1922-1923. La palabra inflación quedó en la lengua alemana y suscitaba siempre estremecimientos de pánico en sus ciudadanos. En su experiencia, el ascenso de Hitler no estaba tan fuera de lugar ante aquel pasado ominoso por la hiperinflación aterradora de la república de Weimar.

    Jugoso texto que he disfrutado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Has dado en la diana,Joselu. El desesperante e ínsula poética que fue Hijos de la ira, la cumbre poética de Alonso, tiene guardada una entrada en la recámara. Pero más doctrinal por llamarlo de alguna forma y de contexto poético, con los Garcilasistas de la generación del 36, incluso la distorsión que experimenta la figura de Garcilaso, a la que erigen como epítome de ese glorioso pasado imperial, los artistas más apegados al régimen. Su Insomnio fue uno de los poemas más demoledores que he leído. Un crochet al mentón de un Dámaso desesperado y que aventa métricas, para dar curso a su desesperación. Aunque se me haga áspero, algún día pasaré ese borrador a entrada. También influye que creo que es un libro capital de nuestra poesía y literatura, y creo que poco puedo aportar respecto a lo dicho por los expertos. Sería como una AI que replica contenidos de otros. Pero al ser una obra que me marcó en su momento, quiero introducirla de alguna forma, seguramente más heterodoxa.

      En cuanto a la entrada contiene rasgos biográficos del gran maestro que son ciertos. Y que aparecen en su biografía y también en algunas entrevistas a las que dio lugar en su larga trayectoria profesional. Sus vivencias en Alemania en plena hiperinflación, fueron contadas por él así como la anécdota de que quería invitar a sus compañeros a una comida en una taberna con su último salario, pero se había devaluado tanto que no daba ni para pagar el billete del tranvía de ida, hasta el lugar donde recogía el salario.

      Las vivencias en Estados Unidos también son ciertas. Las conversaciones por supuesto son imaginadas, pero el gran lingüista advirtió varios fenómenos en su estancia allí. Gracias a su capacidad de observación y a que los números se le daban extraordinariamente bien. Le sorprendió la burbuja de los inversionistas antes de que estallara el Crac del 29. También la incidencia y la decisión de los agentes económicos cuando se estaba tramitando la famosa ley Hawley- -Smoot, que podría suponer hasta un 60% del precio del producto el pago del arancel. No menos chocante fue la subida del IRPF, que vuelven a invocar algunos como Yolanda Díaz o Stiglitz, hasta un 73% de tipo marginal. Y que tuvo un efecto arrastre sobre todos los tipos incluido los más bajos hacia arriba. Y que el propio Dámaso Alonso experimentó en sus carnes. Para evitar esa imposición, se buscaron artimañas como las que cuento o se recurrió al trueque. Hombre, usted es abogado y yo cirujano. Le operó de cataratas y usted me lleva los papeles del divorcio. O le ofrezco consumo que no ha de pasar a través del salario, que tiene un tipo tan alto. Y que se deduce en mi sociedad como gasto. En algunos momentos los tipos impositivos,Joselu, alcanzaron el 94%. Para comprarse un cuadro de cinco mil dólares, necesitaba un ejecutivo generar más de 90 mil dólares. La empresa te proponía que ellos lo compraban por ese importe, se lo deducían como gasto, y tú lo disfrutabas. Como parte de tu salario. Imagina el floreciente mercado de arte moderno americano, que floreció desde los años veinte y que fluctuaba con los impuestos. Un saludo,Joselu, un placer leerte.

      Eliminar
  2. Y al hilo de Joselu, Sergio, nos pones uno de los grandes, y encadenas todo con precisión sobre la debacle económica de la inflación.

    No sé cómo te lo haces, pero atas muy bien las historias y de una surge otra, y otra, y una trama. Lo bueno es que todas resultan curiosas y aportan frescura, además de enseñar cosas de las que uno, yo, ignora.

    En ocasiones, y cuando de libros se trata, dejo que los entendidos entren antes "al trapo", leo, me informo e intento aportar.

    Del Cervantes que nos traes no es que lo haya leído todo, pero si Hijos de la ira. Me agradó sobre manera.

    Me gusta la rúbrica como final sobre el tema de los Aragón: "Me cabe la duda de si hoy el video sería calificado de sexista. Y cancelado, que es el eufemismo inventado por los censores y Torquemadas de nuevo cuño", no te quepa duda, hoy estaría vetado; estamos en un "neomacartismo".

    Todo lo que no tenga la ínfula de "progresista" es necesariamente "fascista", y todo lo que es "fascista", es, de norma, "machista".
    El "así planchaba porque yo la vi" es una frase que incluso esto que hemos denominado I.A. está preparada para responder. Todo está controlado.
    Te dejo con la respuesta de mi ordenador, que por cierto, y para que no se enfade, es también ordenadora.

    "...En esta canción, se describe cómo la niña no puede jugar porque tiene que realizar tareas domésticas como planchar, coser, barrer, cocinar y lavar. Cada día de la semana está asociado con una tarea diferente, y la niña se ve privada de su tiempo libre para jugar. Es un ejemplo claro de roles de género tradicionales y expectativas restrictivas para las niñas.

    Afortunadamente, en la actualidad, somos más conscientes de la importancia de cuestionar y cambiar estas representaciones sexistas en la música y en otros medios. La canción ha sido objeto de críticas y transformaciones por parte de artistas contemporáneos, como Amaia y Rigoberta Bandini, quienes han creado una versión en la que las niñas pueden bailar y disfrutar sin restricciones.

    Es fundamental seguir reflexionando sobre el contenido de las canciones infantiles y promover mensajes más igualitarios y positivos para las nuevas generaciones."

    Salut ¡

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bueno lo de la IA,Tot, me desarmas con tus ocurrencias. Tienes claramente el espíritu de un zorro, como Joselu e Isaiah Berlín realizó esa epistemología sobre la condición humana.

      Es un verdadero placer leer tus reflexiones, Tot. No se puede decir más claro, está especie de Macartismo, que también nos hacen guardar nuestras opiniones sobre las autopercepción, a la a que hombres de músculos abigarrados en su apariencia externa, las transforma en mujeres. No sé, me estoy perdiendo algo, con toda esta ola de necedad. Después de una semana dura, tu blog es el único asidero para la inteligencia. Porque respeto profundamente tus ideas, que sazonas con crítica y a las que no te aferras por unas siglas. Me pareces increíble en este aspecto. Por eso me hubiera gustado entrar en tu puerta abierta a Marina y sus inspiradoras reflexiones. Hoy he echado de menos alguna de tus reflexiones y/o relatos con los que nos salpicas de actualidad. Cuídate,Tot.

      Eliminar
  3. Estos días estoy en manos de médicos, Sergio, y voy como cangallón por sequía, dando tumbos.
    Un abrazo y gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues Tot, espero que vaya todo estupendamente. La salud es lo más importante. Y pensando muy egoístamente, echaremos de menos tus reflexiones, pero estoy seguro de que vas a volver enseguida y con más fuerza. Un abrazo y más que nunca, cuídate.

      Eliminar
  4. Es verdad que Dámaso Alonso fue un madrileño con corazón gallego, como él mismo dijo. Pasó su infancia en Ribadeo, de donde era su padre y donde volvieron intentando se curara de una tuberculosis de la que finalmente murió. Por extraño que parezca, la primera vocación de Dámaso Alonso fue la ingeniería a la que renunció, como bien dices, por sus problemas de vista, pero mira si tenía cabeza que se hizo la carrera de derecho en sólo dos años y precisamente fue su madre la que le leía los temas que él aprendía con su prodigiosa memoria, no le gustó nada y fue entonces cuando se pasó a la literatura. Todo esto se lo escuché en una colección de fantásticas entrevistas que me regalaron hace un par de años, de un programa que nunca llegué a ver en directo, que se llamaba A Fondo. Aún recuerdo su apacible cara de Pluto y su talante sereno y humilde, siendo tan grande se mostraba con pasmosa naturalidad. Luego has usado sus vivencias en Alemania y EEUU para describirnos un ambiente financiero inflacionista, que aterra, porque es el mismo que vivimos hoy y que si sumamos a la megalomanía expansionista de Putin y Netanyahu, nos sitúa en el mismo escenario que existía cuando estalló la segunda guerra mundial. Muchos ya hablan de que sin ser conscientes de ello, vivimos una tercera soterrada, que si nadie lo remedia tal cual van las cosas parece -y deseo de corazón que sólo sea así- va a desembocar inevitablemente en una tercera guerra mundial abierta. Si sumamos todo eso a la deriva que tenemos en este país, absolutamente desquiciado por otro merluzo que sufrimos de nombre Sánchez y además, como hoy aquí tenemos una borrasca lluviosa y ventosa, dan ganas de acurrucarse bajo el edredón y no asomar la cabeza hasta que por fin salga el sol ¿ Ves por lo que tuve que echar mano de mi imaginación e inventarme este autobús con ambiente a excursión infantil y pintarla toda de colorines? no es que no sea muy consciente de la realidad circundante, lo soy, pero necesito inventarme una paralela donde sentirme menos asustada e incómoda. Igual de agradable que leerte a ti, mil gracias por seguir construyendo este rincón donde refugiarse en tiempos borrascosos. Un abrazo SERGIO y un besito al abuelo Dámaso, si yo me llamara Bartolo tampoco me gustaría nada que me llamaran Bartolín, ya puestos a sufrir semejante castigo de nombre mejor Bart.. sin el Simpson : )

    PD
    Por cierto, cuando ya casi iban a desaparecer, mi colegio nos llevó a grabar uno de los episodios de los payasos de la tele, tendría yo 6 años y nunca en mi vida sufrí una desilusión semejante.. Todo era mentira... te decían y ahoooora...¡ la aventura! aplaudías y claro .. nada, cortaban y fin... Hasta Fofó que estaba muy viejito resultó gruñón y desagradable, después de aquello, nunca más los volví a ver ... pero escudriñar aquello que sucedió hace más de 40 años, con los ojos de hoy, como hacen los de "la cancelación" es la mejor manera de ser reaccionario suponiéndose progresista.. hasta eso está invertido .. buffff.. a ver si deja de llover dentro y fuera de todos.

    ResponderEliminar
  5. A fondo es un programazo de entrevistas. Me veré la de Dámaso Alonso que como refieres, se sintió tan gallego como madrileño. Navas del Marqués fue otro lugar donde recreó sus sueños literarios, junto a Aleixandre. En su biografía aparecen esos pasajes por las pinochas de las Navas, dónde leían ambos con fervor, la poesía de Darío.

    Perdón por no explicarlo antes.Lo de Bartolin es un personaje comodín. Un espejo para que el autor narre sus vivencias que son ciertas. Estuvo en el epicentro de fenómenos históricos como la hiper alemana del 22-23 y en el Crac del 29 y los años de la gran contracción. Con paradojas económicas y que se dan con grandes subidas de impuestos.

    Es un placer leerte, María y qué está semana nos hayas obsequiado con una excursión tan lúdica. Es verdad como dices, que la realidad que nos rodea, bélica o política, nos produce hastío. Y conviene buscar un fugaz solaz como el que nos procuras. Como diría Neruda, es normal que nos cansemos de ser mujeres y hombres, a veces. No te voy a decir que ahora soy transexual no normativo. Es broma. Aunque quizá de esta forma, podría ser consejero de mi empresa, por la nueva ley de cuotas mínimas. Un saludo y cuídate, gran María. Hechicera de las palabras, que bullen en el caldero de tu imaginación.

    ResponderEliminar
  6. Hoy mismo María, declaraciones del primer ministro de Polonia: es mejor que Putin tenga miedo de Europa, que no que Europa lo tenga de Putin. Hay que enviar tropas a defender Ucrania.
    Y van dos líderes europeos que lo dicen claro.
    Esto va a más
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es para echarse a temblar con lo que cuentas,Tot. Le estamos dejando un mundo precioso a nuestra prole. Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Sociedad de la Niebla

C asi en la noche de los tiempos La vuelta al mundo en ochenta días , nos metió los demonios de las prisas y el encanto de viajar por el mundo. De la tierra a la luna , mi preferida, había avanzado más de un siglo la posibilidad de que el hombre hollase nuestro satélite. Muchos científicos se frotan todavía los ojos por lo próximos que estuvieron sus cálculos ¿Cómo lo hizo? Se preguntan sesudos.  Con todo, Julio Verne lucía esquinado en mis anaqueles, cuando Manuel Ontiveros me sacó del amodorramiento. - ¿Nunca te has preguntado por qué se adelantó tanto a su tiempo? - Señaló jubiloso a la parte más arrumbada de mi librería, a los ejemplares de Verne. -           Tenía una imaginación proverbial. -           Podría ser.-   me dijo enigmático Manuel, que parpadeó gozoso porque todavía me tenía enganchado con el misterio sobrevenido.- Pero podría ser por otra cosa. En Veinte mil leguas se adelantó a la invención del submarino ¿ Tampoco te lo has preguntado,

Los comienzos del más grande

E l micrófono valorado en más de un millón de dólares>> secretaba el televisor, que se hacía eco de un reportaje dedicado a un  cantante muy famoso. Nosotros en el duermevela de la siesta, alzamos atraídos por la noticia un párpado, para que se nos revelasen  las formas del instrumento, pero apareció aquel bulto envejecido. Antaño había producido la dicha en millones de sus seguidoras y  tuvo en el hito del Teatro Paramount , una de sus paradas en el camino de la fama. Aquella noche en cambio, el fenómeno iba a actuar en el Santiago Bernabéu . A todos los italianos les brillaba una sonrisa al escuchar su nombre, pues a pesar de los esfuerzos de su madre, una genovesa que según la leyenda renegaba de su orígenes, Frank Sinatra nunca renunció a aquellas amistades de barrio y a otras más comprometidas y menos recomendables ( Salvatore Giancana , mafioso que controlaba el ocio nocturno en varias ciudades, entre otros).    Al fin y al cabo, Frankie era un medio italiano

El anillo de Valentino

H ace mucho tiempo había escuchado una historia sobre la muerte de Rodolfo Valentino,  que nos inquietó. Danzaban las luces de las linternas en nuestros rostros por un inoportuno corte de luz que había provocado un huracán, de las decenas que habíamos soportado en Cayo Largo en los últimos años. - Era el ídolo de vuestra abuela, y cuentan que hubo muchos suicidios entre sus admiradoras, tras conocerse su muerte. En los reportajes de la época, unos camisas negras quisieron hacer los honores al féretro, pero los contrarios se opusieron, por lo que se armó una gran trifulca.  El gran Rodolfo Valentino en plena ola de éxito. -           ¿Unos camisas negras, tío? – Pregunté con mis ojos abismados en el miedo más absoluto. El huracán y esos espantajos del pasado, tan presentes en aquella estancia.  -           Sí, de Mussolini, pero no murió de una peritonitis.- Nuestro tío acrecentó el misterio con las cejas arqueadas. – O sí, pero provocado por un anillo.  Cuentan que