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El retoño de Elena

 

Un avión, el Dragon Rapide, contratado por el financiero Juan March. Rumores, ¿ese contrabandista? Y el telegrama con la clave acordada:” El pasado día quince, a las cuatro de la mañana, Elena dio a luz un hermoso niño(1). Verían si la rebelión gozaba de buena salud. Por lo pronto, el General Franco les parecía un advenedizo, que se opuso en el treintaidós a la Sanjurjada; de modo que había que desconfiar de él, puesto que le veían capaz de ir con el cuento a Azaña, con tal de medrar en su carrera militar. - No, parece que el asesinato del diputado Calvo Sotelo, por fin le ha abierto los ojos. - Dijeron en la camarilla del General Mola, que había recibido medrosa el mensaje del bebé de Elena, que ponía en marcha el reloj de la rebelión. Termos, flexos y los humos de los cigarros que gambeteaban hacia el techo, objeto de los nervios de los fumadores.El teléfono siniestro, que sonaba de vez en cuando. Corazones en los que se agolpaban las emociones, en la periferia de Pamplona.


De Desconocido - spain-civil-war-anniversary/oQGuG86r_WgJUg — Google Arts & Culture, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=92339619
Cartel de la guerra de Falange.

- Los bárbaros fueron también a por Goicoechea y Gil Robles, que se han salvado por estar de vacaciones. - Repuso otro de los oficiales del estado mayor de Mola. 


De Vida Gallega, 20-4-1936, p. 13 - Galiciana, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=58327266
Calvo Sotelo, el desgraciado político gallego.

Con todo, las primeras luces del alba herían el horizonte, cantaban los gallos tras los muros de piedra, cuando el alzamiento había comenzado en tierras africanas. Una nota de radio que destilaba un exceso de optimismo, y luego un silencio ominoso, porque nada más se supo. Sinfonías que acrecentaban el malestar en la audiencia, alguna novela radiofónica, un episodio repetido en Radio Madrid, para aquellos hogares, pocos, que dispusiesen de un aparato radiofónico. Entretanto, los periodistas más bregados intuían que se estaba mascando algo gordo y las rotativas de los vespertinos, se quedaban sin información. Enseguida, en unas pocas horas, sería reprimida la sublevación de parte del ejército. O no. Lo mejor sería acercarse a Gobernación.

¿Pero en esto qué nos toca, excelencia? – Preguntó aturullado uno de los reporteros, al que le bailaban las sílabas en la lengua, debido al miedo que les provocaba la incertidumbre. Todos esperaban su turno, mientras el político dicharachero se limpiaba los cristales mancillados de sus antiparras.


De Desconocido - Todocolección, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=74754307
Casares, el ingenioso político español.

Para los despistados, el calendario hollaba un tal viernes diecisiete de julio del año 1936. “No exageremos” se proclamó desde fuentes ministeriales a las preguntas incisivas de algún medio. Pero como los ánimos no se calmaban, ahí llegó una presencia casi espectral, la del desangelado Presidente del Consejo de Ministros, Don Santiago Casares Quiroga, que quería infundir ánimos entre sus acólitos: ” Si algo se atrevieran a intentar, quedarían aplastados en cinco minutos...” De pronto, bulleron en los ojos del político el afán mefistofélico de diablo sabio y pretencioso. Hasta que soltó uno de sus chascarrillos que caracterizaban su buen humor, también en situaciones adversas. 

– Pues si los militares se han levantado, yo me voy a acostar, que se va haciendo tarde. – A Josefina Carabias, la periodista joven y pluriempleada, casi le entraron ganas de reír. No se perdía ninguna intervención en pleno parlamentario de Casares Quiroga, puesto que siempre le pareció el más ingenioso en la tribuna. A ella como a Azaña, Casares la conocía de los tiempos del Ateneo, pero la tenía fichada de su actividad periodística en el Parlamento. Solamente había tres mujeres que desempeñaran esa tarea en la casa. Sí algo le impidió reírse con la ocurrencia de Casares, fue lo dramático de las circunstancias y ese período de disputas y amenazas, que había eclipsado la actividad parlamentaria. Aquella tarde había acompañado a una institución del periódico, Don Roque Mejide. Su compañero reiteró al presidente del Consejo de Ministros en aquel corrillo que se había formado para despachar con la prensa, que como no espabilaran, la ruina caería sobre la nación. Si se abortaba pronto el golpe, no derivaría en algo peor, es decir, en una Guerra Civil como la rusa.


De Desconocido - http://www.aytoarenas.es/oldweb/html/centro_cultural.html, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=15316413
La gran periodista Josefina Carabias.


A ratos, interrumpido por sus colegas, el político resabiado contestaba con la facundia de los momentos importantes, con la que se ignoraban hechos graves. A continuación, Josefina describió las escenas que le habían transmitido los compañeros, corresponsales de provincias de su diario. Franco era recibido en loor de multitudes como el hombre que regiría en breve los destinos de la nación. Una especie de Julio César que cruzó el Atlántico en avión como su Rubicón particular. Julio César o una talla de un Cristo doliente, pues en el general obró la conversión santurrona propiciada por una esposa devota. También mejoró el drive en la isla, y su inglés deplorable. Eran primicias de su Ahora(2), carraspeó Josefina.

  Crecen los focos de la rebelión, señor presidente. Se lo aseguro.- Aulló su compañero del Ahora, Roque Mejide.

        No pueden estar mejor informados que el Gobierno. – Protestó Don Santiago, con una frente amplía, y la mirada distraída, que podía seguir varios objetos con trayectorias diferentes al mismo tiempo. Trazo de dientes, alguno mellado, en una boca que quiso sonreír y que remedaba a un cenicero, por los efluvios de nicotina. Llegaría la temida hazaña de los teléfonos. Llamadas a los gobernadores civiles, que respondían a la legalidad republicana o constataban que la rebelión había triunfado.

A guisa de excusa, Casares Quiroga, pretendió la idea de que tampoco podría encerrar preventivamente a todos los generales en jaulas doradas. Los rumores  por sí solos no constituían una prueba y sería dar pie a que el ejército en pleno se rebelase ante tamaña injusticia.

-   No lo dude, señorita. – Casares Quiroga la trató con mucha afectación, delante de sus colegas, para que no sospechasen de conchabamientos. – Un movimiento en falso y cortamos la cabeza de quién haga falta. – La chupatintas resopló, agitó contrariada su melena corta. Tenía mejor información que el jefe de gobierno. Casares estaba muy seguro de que Franco no secundaría el golpe. Habían recibido del militar una misiva de advertencia acerca de los conatos de sublevación que irían a mayores, si el gobierno no tenía una actuación firme. A Casares no le pegaba que Francisco Franco sea un chaquetero bien queda con todos. La historia en muchos casos es cruel, con esos giros violentos y es capaz de convertir a un gran político en una caricatura de sí mismo. Comenzaba una noche, la más larga de nuestra historia. Los sindicalistas en vela, aguardando su oportunidad para armarse y abalanzarse a por el ejército y los enemigos del pueblo. Casares Quiroga dimitiría para no proveer a ese pueblo de armas, porque sabía que ese acto significaba la guerra. Y un Gobierno que entrando en un fin de semana, se movía con su aparato burocrático a cámara lenta, en comparación con  los acontecimientos que se sucedían briosamente.  Cuando se quisieron dar cuenta, tanto rojos como azules habían empujado para que Elena diera a luz a un retoño, que portaba una guerra consigo.

De modificata da HominisCon dall'originale File:Infobox collage for Spanish Civil War.jpg di Barbudo Barbudo - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=91234323
Imágenes de la Guerra Civil española.

(1) Mensaje en clave entre los alzados, para que comenzase la rebelión.

      (2) El gran Manuel Chaves Nogales era el director de la cabecera en la que trabajaba Josefina Carabias, que durante la propia Guerra Civil sacó numerosas ediciones en Madrid, a pesar de que dicha mancheta fue colectivizada, se respetó el trabajo de los profesionales. El camarada Don Manuel tenía suficiente prestigio. Ya hemos hablado de él en otras ocasiones. Un espíritu sosegado para tiempos de gran ardor contra el prójimo y que fue capaz de ver la caída de Francia, o nuestras flaquezas, tanto de unos como de otros. 



Comentarios

  1. ¡Es curioso lo importante que es el tono de una crónica! Es esta tuya, por cierto, de lo más cinematográfica – porque se visualizan las escenas que escribes perfectamente- lo que tu atribuyes a Casares Quiroga como ingenioso y hasta divertido, esa famosa frase de “ si se levantan en Marruecos, yo me voy s adormir” en las crónicas de la época fue una frase complaciente para los detractores de aquel Gobierno republicano del Frente Popular, que tuvieron en la imagen de desidia de Casares Quiroga el perfecto ejemplo de una República débil y apática, reafirmando el discurso de la necesidad de un poder fuerte y de orden. También les resultó muy útil a buena parte de los sectores que defendieron la democracia republicana, que achacaron en exclusiva a la actitud irresponsable y personal del jefe de Gabinete republicano, al pobre Don Santiago, como tú lo llamas, de permitir que durante ese fin de semana que la sublevación se extendiera como un reguero de pólvora y por supuesto también les vino de perlas a los grupos obreristas, que demandaban de manera insistente la ejecución de medidas mucho más firmes y rotundas, vamos que entres los afines a la república, excepto Casares todo consideraban debería haberse aplicado mano dura desde el inicio de la sublevación. Sin embargo, mira, me voy a poner de tu lado y voy a romper una lanza en defensa de Casares, porque toda esta gente que le consideraba un ser débil y superficial, sin carácter y por eso suponían, no había cortado de raíz la sublevación del 36, olvidaron entonces, que 4 años antes, siendo Ministro de la Gobernación no le tembló la mano al dictar la orden de pena de muerte contra el intento golpista que protagonizó el General Sanjurjo. Creo sinceramente, que lo que de verdad pretendió Casares no tomando medidas drásticas e inmediatas contra los sublevados y desde luego, después con su dimisión, fue intentar evitar lo que luego sucedió, el desencadenamiento de la guerra civil, que todos los listos y exaltados compañeros republicanos que tenía, sin embargo no fueron capaces de prever. En fin, como siempre me ha gustado mucho tu crónica aunque debo hacerte una pequeña crítica, no me importaría que a mi me llamaras picapleitos, pero que llames chupatintas a Josefina Carabias, te ha quedado un tanto misógino: )

    Muchas gracias, un abrazo y feliz finde, esperemos en paz y sin guerras inminentes a la vista: )

    PD
    Por cierto, el niño de Elena de hermoso nada, un verdadeto adefesio fue lo que salió ,es más, creo que aun no nos hemos recuperado del susto : )

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  2. Magistral tu acotación, que comparto completamente. Por cierto, yo provengo de una familia de chupatintas, sobre todo mi abuelo, que fue un chupatintas que tocaba en sus columnas periodísticas tanto política como deporte. Me contaba mi abuela que su marido era un tipo elegante, muy educado para la época, en definitiva bastante mundano, que en sus formas remedaba a un diplomático. Antes de casarse con ella, había trotado por medio mundo. Un perfecto gentleman, excepto cuando elaboraba las crónicas deportivas escuchando la radio, que entraba en trance y cualquiera que le interrumpiese en su menester dominical, podría recibir un objeto volante en la cresta(zapatillas, un libro, aprender así debe ser doloroso). Aparte de recibir toda una cantilena de vituperios en francés.

    Te lo cuento, porque en muchas ocasiones esa jarca de plumíferos, chupatintas, reporteros, se han consagrado a su profesión recibiendo las presiones de todos, apartados por ese estigma de que serían capaces de vender a su madre por una primicia. Los suelo comparar con esa fauna de los cómicos, denostados y a los que se nombraba con retintín. Ambas profesiones buscaban alguna colocación, en una compañía de teatro importante o en una mancheta que pagase buenos duros por la colaboración, para poder quitarse el fantasma del hambre que les asediaba diariamente. Quizá esos tiempos, con la Corres, el Ahora, El Imparcial, el ABC o El País (antiguo diario, no el de PRISA) fueron nuestros tiempos más dorados en esta profesión. Hubo muchos grandes como Mariano de Cavia, González Ruano, Cansinos Assens, o la propia Carabias, junto a meritorios, que aparecían allá o acullá. Hasta Max Estrella, trasunto de Alejandro Sawa, pugnaba por tener una colaboración en su lecho de muerte. Alguno dirá que tampoco difieren mucho de los rigores que vive la profesión en el presente, en la que algunos periodistas pagan por publicar. Si no llega a ser por la publicidad institucional, seríamos mendigos, se atreve a barruntar un amigo que atiende las páginas deportivas de un diario nacional.

    Por eso, para mí sería un honor ser un chupatintas, la profesión que más admiro. La empleo con Josefina o con cualquier periodista, porque aunque no lo sea, yo los siento de mi tribu y no es difícil, reconocerla en esas aventuras que me contaban mis familiares. Es más, admiro especialmente a Carabias, no solamente por su retrato de Azaña y del Ateneo, sino por su contribución al periodismo no femenino, sino al de las grandes letras, como maestra de la profesión. Son impagables sus crónicas parlamentarias, en un tiempo muy difícil, que se convirtieron en el testimonio más fiel de las disputas acres, como las vividas entre tus paisanos, Calvo Sotelo y Casares Quiroga. Hay más grandes mujeres periodistas, el hecho de que sean mujeres me parece anecdótico. Otra que me parece fascinante es Carmen Burgos "Colombine". La primera reportera de guerra del mundo, y que cubrió la sangría de los albores del siglo XX en África. Lo de ser primera es lo de menos, lo importante son aquellas crónicas que nos traen la dureza de aquellas tierras y el drama de muchos soldados, que casi sin instrucción, despertaban en un medio tan salvaje. Yo considero a la mujer como un igual, en todos los sentidos. Y si ya son de la talla de Josefina, qué decir, María, que las profeso mi más profunda admiración. Un saludo y disculpa si esas palabras, que se prestan a la mala interpretación, lo que en realidad querían decir era esa especial admiración que me producen los que sacrificaron todo por un ideal. Y más si alcanzan la maestría en la profesión. Un saludo, de nuevo, cuídate..

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    1. Beeeno, vale, tras esta impresionante disertación en defensa del género femenino de la tinta, te perdono ; ) ...además, ya lo sabía, solo fue una bromilla , tampoco supongas que considero debe hacerse ningún distingo por el género, creo en el respeto y la igualdad de méritos, con idependencia del género y por último, decirte además, que tu abuelo estaría encantadísimo y muy orgulloso si te leyera, además de tu dominio del lenguaje, tienes un estilo muy periodístico. Gracias!!

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    2. Gracias a ti, María. Sí, te entendí perfectamente. Lo único, es que es verdad que se puede malinterpretar y nada más lejos de mi intención. Ojalá hubiera sido un chupatintas, los admiro de verdad. Es mi profesión frustrada. Se les tachaba en aquella época de bohemios, de mal vivir. Es por eso, que por los prejuicios de entonces, una señorita como Josefina Carabias, que venía de familia bien, tuvo que superar muchísimas vicisitudes para realizar su ideal. Y gracias a ella y su intuición, tenemos un gran angular tanto de esos debates tan rayanos con la histeria, como un retrato impagable de Azaña y de la época. Recuerdo cómo escribió sobre el primer gobierno de la II República. Recién constituido, fue al Escorial a entrevistarlos, y le sorprendió la sobriedad y austeridad de Largo Caballero. Con un botijo combatía la canícula y que no quería que el chófer oficial se quedase el fin de semana, a expensas de lo que decidiesen los ministros. Tendrá familia, debió pensar el político socialista. Si total, tampoco me voy a mover.

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  3. Desde luego está explicado con precisión milimétrica. Da gozo.
    Por lo que parece, y según varios historiadores de prestigio, o sea, no está entre ellos De La Cierva, el golpe de estado se preparaba por la Junta de generales para el 18 de abril, pero un complejo de contratiempos, entre ellos la negativa del general Rodríguez del Barrio (debía sublevarse en Madrid), lo impidió.
    Quizá, alegar que Casares se niega a la petición reiterada de armar a las organizaciones obreras y republicanas, porque según su visión esa era una forma de evitar la confrontación, confrontación que ya está en marcha, recordemos al periodista monárquico, el Sr Luis Bolin, que ya estaba de camino a Inglaterra para contratar los servicios del capitán Bebb, que con un avión de la Olley Airways Cº, (Dragón Rapid), convino a la busca del general Franco, residente en las Canarias.
    En la crónica de la época, queda el enfrentamiento de la tarde de junio en Las Cortes, entre Calvo Sotelo y Casares, que hasta el momento se quedaba en clima de convivencia.
    Si fuera posible, a mí me gustaría resaltar, como orteguiano, que las reformas que se habían hecho en el campo hasta la fecha, era limitada, y que no iba a ganarse las simpatías del campesinado pobre de Andalucía: "En lo referente a la Reforma Agraria, se trata de un poco más que de un proyecto anticuado de colonización interior, algo más generoso, y adornado con frases socialistas", sentenció.
    Cierto que Sanjurjo fue a condenado a muerte, pero se le conmutó la pena a cadena perpetua
    Creo que lo has desarrollado espléndidamente bien, casi a lo pedagógico. Me dejo a la cronista, quizá para después, y leo el comentario de María, muy bueno, por cierto, así sólo me queda que darte las gracias por la entrada.
    Un abrazo
    Salut

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    1. Magnífico tu comentario, Tot. Como siempre añade más enjundia a la entrada. El fracaso del IRA, Instituto de Reforma Agraria, que fue una de las grandes frustraciones del campesinado con la República, tuvo lugar por varios factores, pero los más importantes son los de índole legal y sobre todo presupuestaria. La República como institución de derecho no podía dar el salto al vacío, y expropiar sin indemnización (solamente ocurrió con aquellas tierras que dentro del catálogo que preveía la Ley de Bases de Reforma agraria de 15 de septiembre de 1932, clasificó como pertenecientes a los señoríos y grandes de España).

      Sin dinero, no se podía resarcir al resto de los expropiados con un justiprecio, además, de acometer las reformas de sistemas de riegos como la propuesta por Lorenzo Pardo desde el ministerio de obras públicas. La ejecución se demoraría y no llegaría ni al 25% de lo previsto en los planes de ambas leyes. Luego llegaría el bienio conservador, que daría marcha atrás a muchas de esas iniciativas. Ésa para mí es la raíz del problema que se originó en la República, la patrimonialización de la legitimidad y del poder que hacían cada uno de los polos del espectro parlamentario. ¿Por qué no se buscaron más consensos? Reformas y contrarreformas.

      En cuanto a Casares Quiroga, me parece que hizo una valoración que tampoco me parece muy descabellada. Él creía que el monopolio de la fuerza residía en el estado, y si se disgregaba, sería más complejo controlar los focos de rebelión. En algunos sindicatos, veían como una oportunidad el levantamiento para aplastar a la reacción y a continuación alcanzar sus objetivos maximalistas, que incluían la dictadura del proletariado. Su yerro, en mi modesta opinión, estribó en que no supo juzgar el verdadero alcance del alzamiento. Asimismo pensaba que sí la fuerza coactiva de la República se trasladaba a los sindicatos u otras organizaciones obreras, ésta perdería la legitimidad como algunos historiadores creen que ocurrió. Yo no llegaría a tanto. Pero las imágenes de checas y otros excesos frentepopulistas que copaban los noticieros en los cines ingleses, como dijera un escritor americano, fueron la peor propaganda para la República. Un saludo, Tot. Y muchas gracias.

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    2. El saber de la existencia de las checas y no parar a aquellos desaforados fue un inmenso error. No eran más que bandas con simpatías por la indisciplina, y la fortuna de portar un Anillo de Giges (*) en la calle.
      Por otra parte, y tal como bien señalas, Raymond Carr, opina parejo a tu entrada en su España 1808/1939. Habla del caciquismo residual, caciquismo que a la postre ayudó al levantamiento peninsular, y habla, qué cosa tan curiosa, de un tema que podría dar pie a una entrada, la de que mucha de la colaboración en lo que se dió por denominar "El Alzamiento", vino desde formaciones muy destacadas de la universidad de Deusto, universidad de los jesuitas. Y aquí está de acuerdo manifestaciones de Pierre Vilar.

      Un abrazo
      Salut

      (*) https://es.wikipedia.org/wiki/Anillo_de_Giges

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    3. Desde luego, Tot, sería curiosa esa colaboración desde un ámbito universitario, aunque no extraño por los orígenes de Deusto. En cuanto al fracaso de la República me parece que sobrevino por varias causas, entre las que destacaría en primer lugar la ausencia de una base sólida de republicanos. Es el drama de la República a la que algunos toleraron por su doctrina del accidentalismo y otros concibieron como un medio para lograr otros fines. Fue una república sin republicanos y sin clases medias, debido a las desigualdades, y que hubieran atemperado las corrientes revolucionarias y reaccionarias. También se quisieron hacer reformas con demasiadas premuras, que otras democracias más consolidadas, tardaron años en llegar. Sin consensos y con posiciones maximalistas. Además del contexto violento que recorría el espinazo de Europa. El ejecutivo de Blum para excusarse de la no ayuda a la República, esgrimió que las pasiones en Francia bordeaban la guerra civil y que inclinar la balanza un mínimo, sería la espita para un conflicto en Francia. Nadie creía en la Farsa del Comité de no intervención. Un abrazo y cuídate.

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    4. Me he reído por tu increíble compracion con relación al anillo de Giges. Me sorprende tu ingenio.

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  4. Es curioso lo largo que escriben si parece un libro en vez de comentario.Me gusta pero es imposibl e siempre ando con cosas cortas nada de largo para mi en esta vida
    Me encantas

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    1. A mí también,eres como un aleph literario. El tema sigue generando miles de lecturas contrapuestas, y ése es el sentido del derroche de ideas. Todas muy valiosas porque son tantos los protagonistas y momentos cruciales las que depara una Guerra Civil,que podríamos seguir hasta el infinito. Un saludo.

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    2. 💖💋 te dejo besos y un abrazo 💖💋

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    3. Igualmente. Tus entradas condensan la poesía de los grandes olvidados.

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  5. Es interesante ver cómo aquellos que acusan de "bárbaros" a los demás son quienes realizan los actos más barbáricos en defensa de la "civilización". Interesante y/o irónico, que viene a ser casi lo mismo en este caso.

    Saludos,
    J.

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    1. Desde luego, muchos crímenes se han cometido en nombre de la civilización, religiones o ideologías, que convirtieron al hombre en el légamo de quimeras.

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