La dolce Viva

 “Si quieres saberlo todo sobre Andy Warhol, solo tienes que mirar la superficie de mis cuadros, mis películas y a mí, y ahí estoy. No hay nada detrás”. Andy Warhol

Era un joven gacetillero entonces, algo palurdo. Se me notaba el deje de Iowa, y mis manos rudas de granjero. También en que se marcaba la badana de un sombrero caro, regalo de mi madre, en lugar de mi caperuza de paja. Qué hacía en las nubes del Chicago Tribune, surgido de la nada, en la época que no se paraba de hablar del Nuevo periodismo como de una epifanía literaria. El reportero Noonan, veteado de arrugas, por eso de estar casi siempre con el entrecejo fruncido, me dijo que no creía en esas mierdas creadas por Norman Mailer. Pegaba un trago a su petaca, una chupada a su cigarrillo, se frotaba su barbilla arenosa, para después de todo ese ceremonial, soltarme una directa al hígado.

- ¡Qué se vaya al diablo toda esa caterva de drogatas! Los jóvenes sois muy influenciables, pero qué carajo es ése de que la novela ha muerto como género. Ellos van a liquidar el periodismo, qué me lo digan a mí, que entré de mozo de los recados. - Y metiendo la cabeza en todos los lugares que determinaban qué se cocía en aquella mancheta, escaló peldaños en el pasado para ser un soldado del periodismo,ni más ni menos. - Y ahora quieren hacer una columna con diálogos, meter una novela en una crónica, en la que ellos precisamente son los personajes. Ese vanidoso rojo de Mailer. ¡Maldita sea! ¿Y tú, joven, por qué quieres ser periodista? ¡Eh, dímelo! 

El genio de Warhol

- Es el Cuarto poder, y requiere de una militancia para que la democracia conserve sus equilibrios.- Observé la cara de satisfacción del viejo profeta, por culpa de mi respuesta canónica. Pero me reservé los verdaderos motivos. Primero hube de convencer a mi familia, y sobre todo a mi padre, que en cuanto se enteró de mi decisión, graznó que era la profesión de los borrachos. 

- Un economista, o un ingeniero agrónomo, para el negocio de piensos, hijo. Nos habría venido de perlas ¡Mi único hijo! Porque de tus hermanas, no he de esperar nada. Más que afeites y perfumes. - Volví a pensar en la respuesta verdadera a Noonan, lo que me condujo a la profesión desde mi serena Iowa, donde el tiempo era tan perezoso como los gatos al sol. La necesidad de meterme en la corriente tumultuosa de los años sesenta. Las manifestaciones de Berkeley, Woodstock, aún no había llegado el Watergate cuando se produjo mi aterrizaje en el Chicago Tribune, pero había una guerra generacional. Queríamos los jóvenes demoler lo vetusto, también al otro lado del Atlántico como se demostró en París o en Praga. Eso el batracio de Noonan, con esos ojos que buscaban el menor resquicio de debilidad, no lo entendería ni en las siguientes veinte reencarnaciones.  

Norman Mailer, el niño malo de la nueva ola

Pues también buscaba la concupiscencia, lo tremendamente obsceno de aquellos años. Con iconos en la mente de todos, como el mito de Marilyn Monroe, que había sido su musa. Y a la vuelta de la esquina me aguardaba una sorpresa. - Sí, Frankie, vas a cubrir el evento. Y entrevistarás a Viva. - A Viva, madre mía, sucesora de la Monroe, pensaba mientras mi redactor jefe me encomendaba la misión, llena de sobresaltos. Por cuanto la mujer que había protagonizado Tub-Girls, el film experimental de Warhol, tenía fama de veleidosa. Pero nos cruzamos y enseguida hubo una descarga eléctrica. - ¿Eres tú el cowboy que me va a entrevistar del Chicago Tribune?

Musa de muchos artistas y de Warhol

- ¿Cómo lo ha sabido?

- ¿Lo de Cowboy o que viene del Chicago?

- Las dos cosas.

- Porque tiene la misma cara de paleto que tenía yo cuando vine por primera vez a la gran ciudad. Y es al único que no conozco de la docena de personas que me rodean - Sus ojos devoradores y perspicaces.  Estaba recostada en un viejo sofá, rodeada de ceniceros con colillas, hojas de periódicos convertidas en bolas, vasos de bebida con los hielos que se le presumían derretidos. Esa mujer magnífica estiraba sus luengas piernas, medio desnuda. Eso era lo que deseaba, una fémina de esas proporciones, una vampiresa, pero los cartones de leche rancia y las pizzas que formaban parte de la estética, como me recordó el flash de la sesión fotográfica, no me entonaban. Viva me hablaba a borbotones, cambiaba de tema. No hacía falta sacarle las palabras con sacacorcho. 

- ¿Me viste, cowboy, en el Restaurante de los nudistas? - Le repuse que sí. Se había quitado la parte de arriba para cambiarse y enseñado sus senos voluptuosos. Viva quería comer, si le acompañaba.- El loco de Warhol me dice que con ese filme sacamos cinco veces más que el coste gracias a mis tetas. ¿Te lo puedes creer? - Yo me sumía en mis pensamientos y evocaba que más escandalosa había sido esa grabación de más veintidós horas donde se producían cópulas entre el mismo sexo y Viva era la única víctima hetero, en lo que simulaban como una violación. Cine casi casero y depravado como las Once mil vergas de Apollinaire, escandalosas y reverbero proclamado de la obra del Marqués de Sade. Viva se perdía en aquellos dédalos intelectuales.

 

Tom Wolfe, maestro del Nuevo y de cualquier periodismo. 

- A Warhol le gustaba grabar a sus visitas. Marilyn, y otros personajes. Rueda la vida como acontece. Nada de brindis a Apollinaire, querido cow- boy docto. ¿Buscaba el escándalo? No sé, rodaba la vida en directo, y ¿ no hay en la vida real sexo, amigo?¿Dígamelo usted? Podríamos echar un polvo aquí mismo. Aunque no se me asuste, sé que tengo fama de devorahombres, y solamente me gustan. - Me había sonrojado. Ella seguía farfollando. Se le estaba viniendo el mono. - Prefiero la mescalina o el peyote, aunque éste último, si no lo ha probado, joven, se hace un engrudo en la garganta. Es más natural que la efedrina y la ketamina. ¿No cree? 

- Vayamos a la entrevista, por favor. ¿Qué tal se lleva ahora con Andy?

- Yo no gané dinero con él. Pero es generoso, me paga a veces las cuentas de algo. Yo que soy tan despistada. A veces, es un ángel y otras el diablo, más refinado e hijoputesco, cuando ya no gozas del favor para asentarte en su corte. Éramos como marido y mujer, íbamos a todas partes, inseparables, y ese tipo de relaciones tan intensas musa- artista acaban por desgastarse. Sabe, que somos recibidos como seres de otro planeta en las escuelas de bellas artes de medio mundo. ¿Se puede creer que en una de ellas, me pellizcaron varias veces el culo entre la multitud? No me escandalizo, o quizá el alumno rijoso no se creyese que fuese de carne y hueso. He de decirle que vengo de una familia con nueve hermanos, muy religiosa, y en la que quien no cree en lo que nosotros creemos, es el infierno. Pero esa contención me sirvió para luego disfrutar con más intensidad de los placeres de la vida. ¿Se imagina lo que me produjo mi primer orgasmo?

  - Y qué siente una muchacha objeto de numerosas entrevistas y artículos en las revistas de actualidad. - Aleteó con sus brazos desnudos y blancos, porque le regalaba los oidos. -  Women's Wear Daily dice que: «Viva encarna a la moda... es la clase de persona que influye en la moda de hoy... Es una presencia. Los conceptos de Viva sobre la vida... los vestidos... son ante todo muy personales.» Se dice que desde la Garbo y la Dietrich, nadie ha influido tanto en la moda. Tiene algo que alegar en su defensa.- Dije sonriéndole.

- Qué seremos polvo y durante nuestra vida pura vanidad. - Y Viva tenía razón, ya que con el paso del tiempo, todo se olvida. Recuerdo la fulgurante flama de Viva de aquellos años, retoños de mi profesión y cómo ella ha desaparecido de la memoria de todos. Salvo para los nostálgicos de Warhol y del cine underground. En cuanto a Warhol, a pesar de las películas y de sus cuadros, y de lo que diga en su aforismo del encabezado, sigue siendo un misterio para todos nosotros. 

 

Encuentro de Tennessee Williams y Warhol, en 1967