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Plegarias no atendidas.

En cada uno de sus actos regios buscaba la Morada Celeste. El monarca, empequeñecido por el sinuoso paso del tiempo, aferrado a su misal,  cavilaba sobre el destino y el misterio de la muerte. Un bisbiseo sordo: "Santo,Santo Padre, cuál es la voluntad del Altísimo" Su confesor, calvo y de barbas luengas, de hábito oscuro, con el que  el rey entrelazaba las manos, y  con el que rezaba después al unísono el rosario, escuchaba atento. Más plegarias hasta que profirió el amén, aquel confesor, que había sustituido al poderoso Fray Bernardo de Fresneda.


De Sofonisba Anguissola - Museo del Prado, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5249539
Felipe II, el rey que hizo de la burocracia su estilo personal

En el rey eran prominentes las arrugas excavadas en su rostro, la barba antaño bermeja, moteada de canas. La razón de estado, rimbombante subterfugio para cometer los crímenes más abominables, ideada por su secretario personal, que había erigido un laberinto fantástico para que no pudiese bien discernir el fin de todo aquello. Un espejismo como le contaban a su alteza los aventureros. Le encantaba escuchar sus relatos, como el del mítico reino del Preste Juan, desvelo de los viajeros de fortuna. Eran tales los tesoros, que saciarían al más avaricioso de aquellos buscavidas. ¿Pero existía  el reino de aquel prócer de la religión cristiana o era un mito?


De Diogo Homem - Esta imagen ha sido extraída del archivo, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=251098
El Preste Juan, mito medieval.

Pues esa erección fantasiosa de la mente llamada espejismo y las argucias de su secretario Antonio Pérez, indujeron a su majestad a tomar al caso la peor de las soluciones, de las que se arrepintió. Lo que más le amargaba al monarca eran los  rumores, que cifraban el asesinato en los celos que le producían los amoríos de Don Juan de Escobedo con la conocida y hermosa Princesa de Éboli. Una mujer, cuya profesión intrigante y seductora por la cual sabía tener esa baza para fastidio de sus adversarios. Al final, el rey creyó que era lo más conveniente influido por su secretario Antonio Pérez, y cinco desconocidos, en una celada en la calle de San Juan de Madrid,  dieron muerte a Escobedo. Lo que le supuso los juicios más vitriólicos en su contra, por parte del vulgo y en la corte. 


De Desconocido - http://aula.elmundo.es/noticia.cfm?idTipoPortada=&general=&idComunidad=&idPortada=&idNoticia=8211, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=9696855
La desconcertante princesa de Éboli


- Son los celos que le comen respecto a  su hermano Don Juan de Austria, el salvador de la cristiandad. - El héroe de Lepanto tenía más predicamento entre el pueblo que su propio rey. Y la envidia, unas conspiraciones inventadas por el maquiavélico Pérez, le hicieron sino empujar, sí siendo conocedor, no hacer nada por evitar el asesinato del secretario personal de su hermano. - ¿Altísimo, por eso me castigas? - Las rodillas laceradas de Felipe II, prosternado en un banco de madera ante un Dios, al que suplicaba su perdón. No llegaban noticias buenas de Inglaterra, y sus pecados tenían como expiación el incumplimiento de la misión de extender la verdadera fe, católica. - ¿No soy digno de esa noble tarea acaso?

La primera señal llegó con el fallecimiento del Marqués de Santa Cruz, su amigo, Don Álvaro de Bazán y Guzmán, al que el desengaño pese a que acatase sus órdenes, le había alejado de Felipe II. Tan leal siempre, el monarca en cambio le había fallado personalmente, aun cuando esperaba resarcirle como comandante de la Armada española de una ofensiva contra la Pérfida Albión, que habría de figurar en los anales de la historia. La muerte le cerró los ojos al Marqués de San Cruz, por el que Felipe II lloró tanto por el amigo como por sí mismo, dado que la providencia le privaba de su mejor marino en la hora decisiva. Le sustituyeron por un Duque de Medina Sidonia no tan perito en la gobernanza de los mares, y el operativo se resintió.


De Rafael Tegeo - Own photograph of the original painting, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=25875810
Don Álvaro Núñez Bazán




Por eso, cuando llegaron las noticias del fracaso, supo que los designios del Altísimo habían sido desfavorables a sus intereses, y no paró de preguntarse  el por qué. Quemaban sus venas, le dolían sus articulaciones. ¿Cuáles habían sido los pecados a expiar? Rezongaba en un delirio de dolor. Discurría por las trochas de la sierra Guadarrameña del Escorial, imbuidas en el silencio que solamente quebraba el frufrú de las ropas de su excelencia. Serenidad de bosques, tempestad interior. ¿Habría ofendido a Dios con los ingenios de Turriello, autómatas que se movían por una extraña fuerza? Fray Bernardo de Fresneda, su confesor demacrado y con síntomas de su postrera enfermedad, cargaba de azogue sus advertencias, porque recelaba de aquellos inventos. . - ¿Unos autómatas soldados para combatir al enemigo, excelencia? Solamente Dios puede dar vida, movimiento, acción.- Acuciado por el frío de un sol otoñal y de los céfiros  de la montaña, súbitamente el monarca Felipe II, tuvo una visión o una certeza. Se le aparecían como dolorosas fogaradas las frases de su hermano Don Juan de Austria, Geromín. - ¿Qué le he hecho, hermano? - Las misivas eran un rasgarse de los ojos claros de Felipe II, dado que finalmente su hermano tenía razón. Matar a su secretario, Don Juan Escobedo, era señalarle como conspirador. Maldito Antonio Pérez, el secretario real, que supo intrigar para que creciesen las envidias entre hermanos hasta confines inimaginables. "El salvador de la Cristiandad, el vencedor de Lepanto."  Un bastardo.


De Anonymous (Low Countries) - Rijksmuseum Amsterdam, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=26376815
Mujeriego y piadoso, Carlos I.

Más recuerdos atormentados, en el aire las nonas, y el olor a incienso. Su padre, Carlos I, hasta que expiró había sido un gran putañero. Sus espías le hablaron de una Casa de las muñecas, en Garganta la Olla, cerca de Yuste, donde el regio monarca echaba un polvo si la gota se lo permitía. Cerca de su retiro, porque había abdicado en favor de su hijo, cansado de tan altas responsabilidades. ¿Esa afición paterna a los prostíbulos habría enojado al Todopoderoso y condenado a su estirpe? 

Así, una lenta consunción aguardó al gran monarca burócrata, que clasificaba hasta la última de sus decisiones, en legajos que desenrollaba pese a que conociese de memoria. Al dedillo podía enumerar hasta al más exiguo de los grumetes, decía la leyenda, de la conocida  como Grande y Felicísima Armada. Nunca llamada Armada Invencible que fue un invento posterior de los ingleses con el cual ensalzaban la hazaña que supuso  rechazar la invasión de los Tercios españoles. Ni fue tal desastre. Pero aquellos hechos acaecidos una década antes de su muerte, sí que dieron al traste con sus planes de catolizar las islas y fueron la causa de fuertes tensiones financieras. 


De anónimo - EXTRACTED, AS JPG FILE, FROM THIS TIFF FILE: File:English Ships and the Spanish Armada, August 1588 RMG BHC0262.tiff, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=107823250
Las dos armadas enfrentadas. 


Y ése fue uno de los principales debes de su reino, el inmenso gasto que asoló las arcas reales. Inmenso error, que como defensor de la fe, le obligó a incrementar no sólo la carga impositiva en sus reinos, sino a declararse en bancarrota y no pagar la deuda a sus acreedores, lo que entonces era conocida como suspensión de asientos en varias ocasiones.  Como dice Fernando Díaz Villanueva, su inicua obsesión "por convertir a nuestro pequeño país en espada de Roma y martillo de todos los herejes del orbe", nos privó de los vientos que soplaban favorables desde América. Algunos historiadores juzgan en su haber, que el Imperio además de ingresos, requería de gravosos costes para su sostenimiento. No deja de ser paradójico que en la España de entonces, a la que afluía la plata y oro de América, hubiese otra realidad que tan bien retratase la novela picaresca. Literatura realista y crítica social, que todavía nos maravilla por su modernidad. 

Comentarios

  1. El estudiante de Lovaina, Venecia, Padua y posteriormente Salamanca, era un secretario de Estado y a la vez un intrigante, me refiero a Antonio Pérez.

    Por lo que parece las sábanas, esas que fueron famosas en la Casa de Muñecas de Garganta de la Olla, cerca de Yuste, y donde las "muñecas" para ser reconocidas debían llevar las enaguas pardas, dieron la fama a aquel dicho popular en toda España, la de "irse de picos pardos", esas sábanas, digo, siempre acompañaron a Felipe II y con ellas los secretos, que no fueron tanto, a los oídos del secretario de Estado.

    Se escapó en varias ocasiones del poder del rey refugiándose en los fueros aragoneses, y gracias a estos logró llegar Francia y ofrecer sus servicios a la corte gala.

    Todo esto, dentro de la historia que nos relatas, tan bien detallada, Sergio Munari, me lleva a otros destinos. ¿Cuáles?, pues a los del límite de la fuerza del rey frente a unos fueros, los de Aragón.

    El secretario de Estado Antonio Pérez cometió alta traición, y aún así, incluso con el Santo Oficio por medio, nada pudieron hacer para retener al intrigante, a pesar de haberlo detenido en dos ocasiones. Eso da pie a pensar que aún teniendo fuerza relevante, no era la suficiente como para superar la de aquellos fueros, allá por el 1590, quizá por el miedo a perder los Derechos propios de la corona: aduanas, almojarifazgo sobre el comercio, montazgo sobre los ganados trashumantes, salinas, bulas, diezmos y el largo etc. que hacía servir en aquellos tiempos para mantener su tren de vida.

    Salut y un abrazo¡


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    1. Muy bien complementada la historia. Antonio Pérez, es un personaje fascinante por ese episodio que relatas y su periplo posterior, en el que se comienza a asentar la leyenda negra. No causó pocos remordimientos al monarca español,que interpretaba la realidad como el fruto no de caprichos divinos,sino de expiación de sus pecados. Un abrazo,Tot.

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    2. No, no, la historia es la que nos dejas, Sergio Munari, para mi sería imposible exponerla de la manera que la redactas.
      En ocasiones, sólo cuando hay Metafísica por medio, es cuando pongo un granito o participo en el entramado, pero lo que has insertado, que es Historia de España, en la que no soy muy ducho, me espoleas a curiosear entre las páginas de algún ejemplar de Pierre Vilar o de cuadernos de Historia 16 que tengo en los anaqueles.
      Precisamente, antes de ayer, por la 2, salieron a relucir las piedras de Yuste, y de ahí la historia del pueblo de Garganta de la Olla, y de ahí "la casa de las muñecas", y de ahí a las enaguas pardas, y de ahí lo de picos pardos, cosa que no sabía.
      En fin, decirte que agradezco enormemente tus entradas, que las disfruto, que aprendo, y que a través de los cables, las conexiones y las pantallas te estoy cogiendo un profundo afecto.
      Salut.
      Miquel.

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    3. Miquel,que eres un gran narrador, y que lo muestras en esas pinceladas,para mí es indiscutible. Coges cualquier tema y lo moldeas a la perfección. Como en tus entradas en las que nos mueves entre la curiosidad y la añoranza del tiempo. Aprendo mucho contigo y testimonias con tu profundidad de miras,ese pasado que vuelve a rodar gracias a tus incursiones tan literarias. Y si no,nos azuzas con temas que nos invitan a la reflexión.

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  2. Leída tu crónica, de final a principio, me sugiere diferentes temas: uno es el de la soledad del poder, que depende de fuentes de información y de consejo que pueden estar viciadas o ser claramente manipuladoras. Les ha pasado a todos los grandes gobernantes: se apoyan o aconsejan por un reducidísimo grupo de personas, tal vez una sola, que les interpretan la realidad acorde a los deseos del gobernante que no quiere recibir malas noticias. Lo vemos ahora con Putin cuyo conocimiento de la realidad de lo que está pasando en Ucrania sin duda es muy deficiente. El poder depende de sus fuentes de información y Felipe II dependía de un truhán llamado Antonio Pérez que tal vez estimuló o propició enormes errores y fracasos.

    Otra reflexión es precisamente ser consciente del enorme precio que supuso para España querer convertirse en "martillo de herejes" y defensora ingenua de la ortodoxia cuando el mundo avanzaba a velocidad de vértigo hacia otros parámetros. España se quedó anquilosada y oxidada, apartada de las corrientes del mundo filosófico y financiero moderno. La expulsión de los judíos fue un pésimo negocio para nuestro futuro. Dichos judíos se convirtieron en parte en boyantes banqueros en Europa.

    A veces sueño con rehacer el dislate de la historia de España a la que le cayó una pesada losa con la asunción de la corona imperial en la cabeza de Carlos V. Ello llevó a España a considerarse eje y resistencia frente al protestantismo que creció exponencialmente precisamente por el imperialismo castellano y en oposición a él. No obstante, España y su poder detuvieron al imperio turco. Probablemente sin la defensa de España de la cristiandad hoy día Europa sería musulmana. Este es un debe de Europa en relación a España.

    No obstante, Felipe II fue un rey nefasto por su dogmatismo católico. Nos terminaron odiando en todas partes y ello fue el origen de la Leyenda negra que todavía nos aflige.

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    1. Me encantan tus reflexiones, Joselu. La historia de Antonio Pérez sugiere la miopía que puede causar en los hombres poderosos, la confianza ciega en determinados personajes. La historia de España está plagada de hombres muy paradigmáticos en este sentido, torpes validos que fomentaron el nepotismo, junto a otros protagonistas de gran valía. Vistas con perspectivas, sus políticas fueron peor de lo que parecen, sobre todo en su vertiente económica y financiera. Su afán de convertirse en martillo contra las tendencias heréticas, ha eclipsado grandes reformas, la concepción de una administración moderna, que son muy alabables en el caso de Felipe II.

      Muchos países a los que una riqueza sobrevenida es mal gestionada, llaman a ese mal que les aqueja del dinero fácil como la "maldición del oro" en recuerdo de la afluencia de metales preciosos procedentes de América. Sin embargo, con el paso del tiempo, mi juicio ha ido cambiando. España sufrió entonces una inflación moderada, sí elevada para los patrones de la época, porque el anterior período a la Edad Moderna se había caracterizado por la deflación debida a la carestía de plata y oro. Además, el Imperio Ming había abandonado el papel moneda que no es un invento del Banco sueco, sino de los chinos. En fin, que muchos de los males, también se conocen como el mal holandés, lo padecen países serios como Australia, o Noruega, que en cambio, aprendieron de la estudiada maldición del oro española. En cuanto a Felipe II, fracasó por seguir la senda espiritual de su padre. Pero al final, creo que el rey español era un hombre de su tiempo con todas sus consecuencias, nefastas para nuestro país. Si no hubiera sido tan contumaz en este aspecto, creo que hablaríamos de uno de los mejores administradores de la historia. Son esos nubarrones, que no nos permiten ver la ordenación que llevó a cabo en las Américas, algo caóticas. En fin, como dices, y me encanta esa ucronía, cuánto habría cambiado nuestra historia, sin esa cerrazón ideológica. Weber, el pensador austriaco, creyó que la influencia del pensamiento tomista está en la raíz del retraso secular de las sociedades católicas. Creo que hay parte de razón y buena parte de prejuicio. Un saludo, Joselu. Siempre sugieres nuevas luces sobre nuestra historia. Muchas gracias, porque siempre es un placer contar contigo.

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  3. Además, el Imperio Ming había abandonado el papel moneda que no es un invento del Banco sueco, sino de los chinos...
    ¿Ves?...algo (de lo mucho) que no sabía.
    Ya tienes una entrada para explicar...yo estaré expectante
    Salut

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    1. Cuántas cosas más sabes,Tot,una inmensidad . Y me reitero, me pareces un excelente narrador. Implacable cuando te remontas a esos personajes de la filosofía y teología, donde te creces y nos abismado en tus conocimientos. Joselu me parece otro gigante, con una prosa bella,demoledora porque nos descubre su capacidad de ordenar cualquier realidad conforme a un pensamiento perfectamente estructurado.Un abrazo y buena semana.

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  4. Un fuerte abrazo, María. Muchas gracias por enriquecer las entradas con magníficas historias que completan a los personajes que moran en las sombras de nuestros recuerdos. En mi opinión le cegó una cerrazón en lo religioso y estipendio que causó, lo cual eclipsó su inmensa labor de organizador y de administrador, en la que pocas figuras de la historia se le acercan.

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