Ir al contenido principal

Prisciliano, el primer hereje

  Ahí tenía su hallazgo, la labor inconfesable de toda una vida de renuncias.  Hervían los nervios en el  rostro docto, y en la  barbilla ríspida que se acarició confuso. Porque después de tantos años, conseguía dar con un ejemplar de inmenso valor. Períodos de angustia, en los que el errabundaje de una profesión sin réditos crematísticos, había puesto en peligro hasta su matrimonio. La severa Matilda había porfiado, para que su marido abandonase esa quimera de una vida intelectual.  Si Georg hubiera sido comerciante como su padre, pero ahora esta epifanía, lo cambiaba todo. 

- ¡Aleluya, Dios mío! - El profesor se sumergió los siguientes días en la lectura del códice, que abordó con el mayor de los secretismos. Por la biblioteca se oía el frufrú de su ropa, una levita ajada y algo astrosa, el murmullo de algún estudiante distraído, cuando de pronto llegaba al confín donde se hallaba el códice, que abría con una sonrisa malévola. No en vano, fue su secreto. Le embargaban entonces los colores, dibujos que acribillaban sus ojos y el polvo que casi le hacía estornudar. Aquella tarde corrió por las páginas, que pasó al albor de unos dedos arrugados. Un vestigio de historia surgido de la nada, que le había despertado de su molicie existencial. 


De Desconocido Desconocido; reproducido por Bernard de Montfaucon en 1722. - Este archivo procede de la biblioteca digital Gallica, y está disponible en línea con el identificador ARK bpt6k114618r/f146, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=841647
El demiurgo, creador de todo.


En él se recogía la doctrina de un personaje oscuro, postergado a los márgenes de la historia. Prisciliano, el famoso hereje, obispo de Ávila, que le había ocasionado no pocas simpatías, aunque le doliese confesarlo. El hereje tenía rivales de alcurnia eclesiástica, incluido uno de los primeros padres de la Iglesia, como San Agustín de Hipona, que lo aborrecieron debido a que sus prédicas se esparcieron como un  reguero, capaz de convulsionar la unión del Imperio con la Santa Institución. Cuando se llegó a una solución drástica, muchos excusaron al Emperador Máximo, engañado por los espejismos de unos consejos, que quisieron quitar esa hidra que significaba el priscilianismo. Una Iglesia y un emperador que parecieran unos pordioseros a la altura del pueblo. Toda institución necesitaba su pompa  aullaban los consejeros áulicos, para apremiar al emperador  a tomar una solución definitiva. 


De The Bettmann Archive, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=263787
San Agustín de Hipona.


No eran acusaciones baldías, estaban acompañadas de recelos que alcanzaban a otros de los padres de la Iglesia, como Higinio de Córdoba o HidacioSe agolparon en la cabeza Georg Schepss los antiguos concilios como el de Elvira, el de Caesar Augusta, a la vez que leía la doctrina verdadera del primer hereje. A la posteridad habían pasado las acusaciones, no bien la doctrina del priscilianismo que se hundió en el misterio que acompaña al vacío más sigiloso. Hasta que el profesor Schepps encontró  el Códice que condensaba un ideario que más que herético, estaba lleno de utopías. Precursor de una vida religiosa monacal,  apartada de la riqueza y de la ostentación. Vuelan en los ojos de Georg, la comparación con la que unos siglos después los enemigos de un Francisco de Asís trataron de repetir la jugada de Prisciliano. Muchas ideas, como una mayor participación de las mujeres en la liturgia de la Iglesia, se disfrazaban por los adversarios de Prisciliano como orgías, en las que ellas se convertían en unas Pasifae. Arpegios o gemidos, fogaradas de lujuria.



De Hermanos Limbourg - Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=108849
Las estrellas rigen los destinos de los hombres.



Su intención,  frenar el crepitar de aquellas ideas de oración y recogimiento en el vulgo. Qué también se oponía, azuzado convenientemente por las autoridades eclesiásticas. Una guerra de religiones en Hispania, de la que se querían zafar los priscilianistas. Solamente ofrecían amor, y recibían.....como la tarde que arribaron a Emérita Augusta a acercar posturas con sus hermanos de religión y una turba amaestrada los quiso linchar, al grito de herejes. Excrementos que arreciaron sobre sus cabezas. 

No había paz posible. Desde altas instancias se les acusó  de gnosticismo y de lo que era peor por aquellas fechas, de maniqueísmo y de zoroastrismo. Vestían como mendigos, ¿no lo hacía así Jesús?  Eran magos, que levitaban en sus conciliábulos, qué hacían en bosques apartados. ¿Qué querían esconder? - Prisciliano ha aprendido su fe de un tal Menfis, un nigromante proveniente de Oriente. Según este blasfemo, los destinos de los hombres no los rige Dios, sino las estrellas. - Demandas que no por fabuladas, contribuyeron al constructo contra Prisciliano.  


De Classical Numismatic Group, Inc. http://www.cngcoins.com, CC BY-SA 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=92034355
El emperador Máximo.

Georg pensaba en las últimas cosas que habría avistado el hereje nada más retirarle la tela, que como embozo le cubría la cabeza. Supuso que bajaron al asceta con requisitorias del carro tirado por dos bueyes, que le condujo a su ejecución. El frío acero de la espada que se elevó en un cielo..... La autoridad imperial le había convocado a Tréveris, pero lo que parecía más un acto de conciliación entre las partes, se trocó en una encerrona. Unos segundos de pavor hasta que la cabeza rodó, no antes de que sus ojos a los que golpeaba el sol, un martilleo continuo tras días de encierro, se recreasen en la belleza de un mundo que abandonaría enseguida. 

Georg Schepps cerró el Códice con los once textos del priscilianismo cuya lectura había concluido. Nada de magia ni de fornicios desatados, sino ascetismo, propuestas célibes. Schepps tampoco hubiera pasado a la historia más que como un profesor gris, de no haberse topado con un hallazgo, el Códice de Wurzburgo, que reescribía las interpretaciones de la doctrina del primer hereje condenado por la iglesia católica. En el tiempo de Schepps, el calendario moraba por el año 1885. 

(1) Curiosamente la Iglesia caminó muchos años después hacia ellas. Prisciliano fue avanzado a su época, en el sentido de que sugirió la vida retirada en su tiempo, siglo IV, junto a otras propuestas que forman parte del corpus de la institución.


Comentarios

  1. Gran enemigo San Agustín, tan grande como su nombre dentro de los patriarcas de la Iglesia, y ya se sabe, sólo a quien buen árbol se arriba es protegido con una buena sombra, y Prisciliano carecía de ella.
    Carecía de ella porque Máximo, primer emperador romano que derramó sangre de herejes, se dejó llevar por la sentencia del prefecto del Pretorio y tuvo temor de contradecirle.
    Así, junto al poeta Latroniano y Eucrosia, matrona de Burdeos, junto dos sacerdotes y otros dos diáconos, Prisciliano fue condenado a pena de muerte. Pero esa sentencia, dentro de lo que se pudiera encontrar injusta, contaba con la acusación de agitación pública, no lo olvidemos, y en sus "vicios", ese rigor disciplinario que hasta San Agustín aborrecía y que tuvo que dejar presente en su doctrina: Liber contra epistolam Fundamenti; ¡reprobar el matrimonio y todo alimento animal¡, ¡macerar la carne con ayunos, vigilias e incesantes oraciones¡, ¡privarse del vino, los huevos y el queso¡, ya decía él que los seguidores de Manes se dirigían al pronunciar las oraciones hacia el Sol y de noche hacia la Luna cuando aparecía en el horizonte y cuando no hacía el septentrión...ahh restos de los ritos de los Güebros...Ya podía decir lo que quisiera san Ambrosio de Milán, que Prisciliano y los Priscilianistas bordeaban la herejía.
    Prisciliano, mezclador a ojos de san Agustín del gnósticismo y la doctrina de Zoroastro, y que según sus palabras convenía en que el mal estaba en la discordia, y que la discordia engendraba la guerra y que esta, por impulsos, movimientos en el espacio los cuales atravesaban por intervalos rayos tenebrosos que traspasaban la luz.
    ¿Cómo, con estos argumentos, no iba a ser condenado por hereje?

    Nunca sabremos si Prisciliano fue un adelantado, un hereje, un iluminado o un genio tenebroso, lo que si sabemos es que sus teorías han llegado hasta hoy con los Patarinos y los Albigenses, y que aún no ha sido extirpada de algunos valles alpinos.

    ResponderEliminar
  2. Increíble comentario que demuestra tu erudición y pasión por estos temas,Tot. Sin llegar a leerlos,me cuesta dar una opinión pero creo que parte de esa doctrina salió a la luz en los llamados Códices de Wurzburgo. Y en esas corrientes desviacionistas que como dices,perviven en los valles alpinos.Contestando a tu pregunta,Prisciliano fue un poco de todas esas cosas. Incluso algún autor llevado por excesivas efusiones por el personaje,afirma que fue una especie de Lutero del siglo IV. Me parece exagerado.Un abrazo y cuídate

    ResponderEliminar
  3. Después de vuestra magnífica interpretación ( Sergio y Miguel ) de este concierto a cuatro manos en Do bemol Mayor opus 342 de Prisciliano y su códice , reescrito por el pobre Georg, en sus horas libres y más bien bajas, mientras le zurcian el dobladillo de sus andrajosos pantalones harto desgastados de tanto ir y venir por los pasillos de la biblioteca ¿ qué os puedo puedo decir ? ¿un bis? ¿mientras los aplausos retumban en el auditorio? ...o q puesto q los dos estáis tan puestísimos en temas eclesiásticos podríais explicar en mi blog por favor, por qué mataron o murió la teología de la liberación ? o quizá eso sea demasiado pedir y abuso de vuestra generosidad y por todo ello tb merezco ser condenada por hereje cara dura? jajaja es q de verdad me encantaría saber los motivos por los q esta cúpula eclesiástica, entonces Romana, hoy Vaticana, prefirió masacrar a sus mejores hombres a reconducirlos al redil dándoles el chance que se merecían por sus más q numerosísimos méritos...no me cabe en la cabeza como en pleno siglo XX seguían con esa cortedad de miras y por favor Sergio, disculpa mi atrevimiento pero de verdad sería un honor saber lo q opinais al respecto, ya q casualmente los dos hemos topado con la iglesia a la vez ; ) . Nadie más cualificado q vosotros.

    Respecto de esta obra tuya , ya te lo he dicho, una maravilla !!!

    Un abrazo fortísimo para los dos y mi admiración !!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. María, vaya andanada acabas de lanzar. Me he imaginado al pobre de verdad, Georg Schepps, arrastrando los pies por esa biblioteca, en busca de su Xanadú intelectual. Y carezco de esos conocimientos teológicos, que me hacen acercarme por los contornos de una figura como la de Prisciliano, o hablar de los matices de los primeros concilios de esa Iglesia primigenia. Cuanto más acercarme a las rencillas más actuales. Pero imagino que como todas las instituciones que se encarnan en un poder humano, las ideas y pilares fundacionales se convierten en cáscaras vacías, para dar paso a las intrigas más terrenales. Así como un contexto de un mundo dividido por una lucha sorda entre superpotencias, donde no cabían los matices. O conmigo o irredento. El gran Tot, seguramente, nos confíe su sabiduría, María, que nos puede cegar en un primer momento, pero que al contrario, pues al cabo del tiempo comienza a cobrar, nos llevara a otros lugares que jamás hubiéramos imaginado.

      Por cierto, María, déjame la reseña de tu blog. Ardo en deseos de leerte en tu salsa. Un abrazo, y muchas gracias por tus comentarios.

      Eliminar
  4. Acabo de publicar en tu blog, MARÍA, algo sobre la Teoría de la Liberación. Romero, Boof, Cardenal, Brunner, Bonino...
    Cuando lo leas podemos pasar al siguiente capítulo, pero primero hemos de observar que mezclar nunca ha sido bueno ¿Cómo explica E. Cardenal que gracias a él se pudo poner en el gobierno a lo que hoy es un asesino?
    Lo se, lo se, MARÍA, E. Cardenal no tuvo la culpa, en un primer momento se hizo todo con el ánimo de extraer a Somoza del poder...ahhh...y ahí está el problema, mezcló religión con política, él era sacerdote, no político, ni guerrillero, él debía combatir con la palabra, con el ejemplo y sino era así y deseaba coger un arma, debía salirse de la orden y hacer lo que su corazón le dictara.
    ¿Qué fue lo que pasó?, que no lo hizo, y que el suplente de Somoza, el tal Ortega, fue un calco de lo anterior.
    No fue esta la mejor propaganda para el llamado movimiento de le Teología de la Liberación. Esta se basaba ya en Chardín, en Mounier y el Concilio Vaticano II con Juan XXIII a la cabeza...en la palabra y los hechos pastorales...colegios, escuelas, formación profesional, asistencia médica, ayuda psicológica, comedores infantiles...no en el derrocamiento por la fuerza del tirano de turno.

    Es sólo una opinión, muy efímera, de lo que creo fue el fracaso de un movimiento que en su momento ilusionó a las gentes.
    Un beso grande ,MARÍA.
    Perdón por salirme del tema , SERGIO MUNARI, pero he aprovechado la entrada de maría para contestar de pasada a su pregunta.
    PD: la respuesta es, como se puede suponer, mucho más larga, pero esto sería un entrante.
    Salut y gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, Tot, me parece muy a propósito y encantado de leerte esas reflexiones. Yo siempre pienso que hay un hilo conductor y temporal en todos los asuntos, y no los debemos abordar como capítulos estancos. Es más, son las reflexiones en su conjunto las que pueden aportar más luz. Me has recordado a mi padre que en estos temas tenía un conocimiento profundo y porque llegaba a las mismas conclusiones sobre el movimiento de la Teología de la Liberación. Al final, decantarse por uno de los bandos políticos, y el hecho de que todas las revoluciones concluyan en el callejón de una figura autoritaria como Cronwell, Napoleón, provocó el desdoro que ha sufrido una corriente, que defendía unos ideales a los que no somos ajenos. Otra cosa es cómo vertebró esa lucha. Creo que la Iglesia en el caso de Ortega está ejerciendo de punta de lanza, pero no nos llega más que el eco lejano de esas luchas.

      Por cierto, espero que María me deje la reseña de su blog. Es como ese libro o serie de la que todos hablan, y por la que no encuentro el camino para enrumbarme como dicen los cubanos.

      Eliminar
    2. Gracias MIGUEL! lo vi allí y ahora aquí, mira que eres cielo, aquí, allí y en todas partes ; )
      Y a ti SRGIO, respecto de dejarte la URL de mi blog, encantada. Creí que podías clickar en mi link y así llegar a mi blog como hacemos todos. Además veo que compartimos padres con visiones muy semejantes jajaja No obstante, AQUÍ te lo dejo. Dime si prefieres café o mejor té, para cuando llegues, qué menos! ; )

      Ya puedes enrumbarte, cuando gustes! jajaja

      Eliminar
  5. Leo con interés la recreación de la investigación de Georg Schepps en torno a la figura del obispo de Ávila, Prisciliano, que fue condenado por herejía. Habéis ahondado en ello los participantes, pero esto me ha hecho pensar en otro punto de vista que me ha hecho preguntarme por qué en occidente se impuso una ortodoxia religiosa férrea que punía letalmente a todo el que se salía de sus cauces, en lugar de haber sido un espacio de reflexión teológica y espiritual libre como lo fue la India donde crecieron todo tipo de especulaciones místicas y metafísicas sin ningún tipo de persecución religiosa en torno a una ortodoxia. Se temía en la incipiente Europa una desviación de un sentido recto y único y que perseguía cualquier incorporación de elementos orientales en la contemplación de lo trascendente. En este sentido, la historia de occidente, empezando por Prisciliano, es terrible pero condujo, tras la llamada Edad media, a un renacer humanista que volvió sus ojos a la época clásica. No olvidar en este proceso el descubrimiento del manuscrito De rerum natura de Lucrecio que alumbró un mundo moderno. Me gusta imaginarme una Europa tolerante hacia las reflexiones metafísicas. No sé cómo hubiera sido la realidad de este continente en tal caso. La tentación del cristianismo siempre ha sido el totalitarismo sea en su vertiente religiosa o marxista. Lenin, Stalin y los marxistas definieron también una ortodoxia y aniquilaron a cualquier pensador sospechoso. ¿No es equivalente un proceso y otro para darnos cuenta de que el comunismo tiene raíces cristianas en su afán de condenar y eliminar supuestos enemigos ideológicos? Sustitúyase Prisciliano por Trotsky. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Joselu, me parece una reflexión muy lúcida como todas las tuyas, que completan la panorámica que puede surgir a raíz de la figura de Prisciliano. Por qué ese encono contra los heterodoxos como Prisciliano, que no conformes con la muerte, hubo que desfigurar sus doctrinas por la necesidad del poder instituido de borrar el más mínimo rastro de quien consideran adversario. Guerras de religión en las que también nos embarcamos junto a los Austrias, que aventaron el legado romano y la simiente de la primera Europa. En lugar de construir en torno al disenso, el fuego redentor para el enemigo. Algunos teólogos hablan más en genérico del espinazo de las religiones semitas o abrahámicas, en las que anida una especie de hálito destructor. Se ha producido una evolución, eso es innegable, por lo menos en el seno de algunas corrientes. En Oriente, menos dados a esas efusiones, existen figuras que son admiradas en el presente, pero que sembraron de cadáveres con la religión como frontispicio. Hóng Xiùquán, el iluminado que se comparaba con Jesucristo, eran hermanos del mismo Dios, y que con el advenimiento del Reino celeste, o los graneros celestiales, provocó una serie de guerras en las que murieron millones de personas. Es curioso, que despertase como coetáneo admiración en Engels y Marx, y en China se le considere una especie de protomaoísta. En cuanto al personaje de la entrada, mi acercamiento se produjo gracias a la fascinación que le produjo al gran maestro Gregorio Marañón, que dedicó buena parte de sus desvelos a los heterodoxos españoles. Qué los tuvimos. Perdedores de la historia, que como Prisciliano, quedan reducidos a notas de pie página, o a lo sumo a un párrafo contado. Un saludo, Joselu, siempre le das una vuelta insospechada a los asuntos.

      Eliminar
  6. Jooooo ¡¡¡ JOSELU....ahora a darle vueltas al cabolo, porque me has hecho pensar..Sustituir a Prisciliano por Trosky..
    Voy a comer...pienso..después intentaré a ver si puedo, enlazar con JOSELU...¡ ahhh canalla ¡¡que buena pregunta...¡
    Un abrazote

    ResponderEliminar
  7. Este Prisciliano, innovaba con respecto a los sistema gnósticos precedentes, el haber atribuido el acto de la creación del mundo a un demiurgo bueno llamado Espíritu Viviente. El hecho de que la materia del que fue hecho el mundo estuviera constituída por los esqueletos de los príncipes de las tinieblas y que estos (los esqueletos) se mezclaban con las porciones de luz engullidas por las criaturas tenebrosas y sufrían por ello la opresión de la materia. (Mircea Eliade. Dicc de las Religiones). Y así, buscando una afinidad para sustituir, tal como nos desliza Joselu, al gnóstico por el revolucionario permanente, alcanzo a recordar que Lenín, en un encontronazo con Trotsky, le llamó Judas-Trotsky por alborotador, disidente y traidor a la causa.
    Y hasta aquí, porque esto lo he enlazado con una tirita, pero el hecho es que en cada uno, y en su tiempo, tal como nos comenta Joselu, insisto, existen "raíces cristianas en su afán de condenar y eliminar supuestos enemigos ideológicos".
    Un abrazo
    salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cargas de profundidad,Tot, las de Joselu,a las que tus bocas de fuego responden con más andanadas. Se decía en la España de nuestra contienda civil, que los comunistas eran como los jesuitas por su servicio estricto a la orden y por supeditar su vida en este caso al comunismo. También tuvieron a sus herejes como Trotsky o un Ernesto Sabato, que si me parece el ideal de intelectual, al que si bien apoyó al comunismo, en cuanto fue consciente de las primeras purgas, tuvo arrestos de censurarlo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Sociedad de la Niebla

C asi en la noche de los tiempos La vuelta al mundo en ochenta días , nos metió los demonios de las prisas y el encanto de viajar por el mundo. De la tierra a la luna , mi preferida, había avanzado más de un siglo la posibilidad de que el hombre hollase nuestro satélite. Muchos científicos se frotan todavía los ojos por lo próximos que estuvieron sus cálculos ¿Cómo lo hizo? Se preguntan sesudos.  Con todo, Julio Verne lucía esquinado en mis anaqueles, cuando Manuel Ontiveros me sacó del amodorramiento. - ¿Nunca te has preguntado por qué se adelantó tanto a su tiempo? - Señaló jubiloso a la parte más arrumbada de mi librería, a los ejemplares de Verne. -           Tenía una imaginación proverbial. -           Podría ser.-   me dijo enigmático Manuel, que parpadeó gozoso porque todavía me tenía enganchado con el misterio sobrevenido.- Pero podría ser por otra cosa. En Veinte mil leguas se adelantó a la invención del submarino ¿ Tampoco te lo has preguntado,

Los comienzos del más grande

E l micrófono valorado en más de un millón de dólares>> secretaba el televisor, que se hacía eco de un reportaje dedicado a un  cantante muy famoso. Nosotros en el duermevela de la siesta, alzamos atraídos por la noticia un párpado, para que se nos revelasen  las formas del instrumento, pero apareció aquel bulto envejecido. Antaño había producido la dicha en millones de sus seguidoras y  tuvo en el hito del Teatro Paramount , una de sus paradas en el camino de la fama. Aquella noche en cambio, el fenómeno iba a actuar en el Santiago Bernabéu . A todos los italianos les brillaba una sonrisa al escuchar su nombre, pues a pesar de los esfuerzos de su madre, una genovesa que según la leyenda renegaba de su orígenes, Frank Sinatra nunca renunció a aquellas amistades de barrio y a otras más comprometidas y menos recomendables ( Salvatore Giancana , mafioso que controlaba el ocio nocturno en varias ciudades, entre otros).    Al fin y al cabo, Frankie era un medio italiano

El anillo de Valentino

H ace mucho tiempo había escuchado una historia sobre la muerte de Rodolfo Valentino,  que nos inquietó. Danzaban las luces de las linternas en nuestros rostros por un inoportuno corte de luz que había provocado un huracán, de las decenas que habíamos soportado en Cayo Largo en los últimos años. - Era el ídolo de vuestra abuela, y cuentan que hubo muchos suicidios entre sus admiradoras, tras conocerse su muerte. En los reportajes de la época, unos camisas negras quisieron hacer los honores al féretro, pero los contrarios se opusieron, por lo que se armó una gran trifulca.  El gran Rodolfo Valentino en plena ola de éxito. -           ¿Unos camisas negras, tío? – Pregunté con mis ojos abismados en el miedo más absoluto. El huracán y esos espantajos del pasado, tan presentes en aquella estancia.  -           Sí, de Mussolini, pero no murió de una peritonitis.- Nuestro tío acrecentó el misterio con las cejas arqueadas. – O sí, pero provocado por un anillo.  Cuentan que