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Verlaine contra Rimbaud.

 " Yo no sé si las leyes son justas o si las leyes son injustas; todo lo que sabemos los que estamos en la cárcel es que el muro es sólido, y que cada día es como un año, un año de días muy largos." De profundis, Oscar Wilde.

Al otro lado de las rejas, acaba su mundo cuando llegaba la noche. Las cerraduras que chirriaban al cerrarse, el sueño pestilente, y las erupciones que le provocaban los trajes de arpillera. Ni el pretil de la poesía o el recuerdo de los rimeros de libros, agazapados en la estantería de su gabinete, le hacían escapar de la humedad que se le metía en ese caparazón roído por la infamia. Más derruido por su sentimiento de culpa.  Encendía el cabo de una vela, que le escondía un centinela admirador de su poesía, para que Paul Verlaine, maestro de los simbolistas, continuase pergeñando versos. Pero lo más, a lo que le llegaban las fuerzas, era a hojear una Biblia agónica, que escondía  tras un  hueco y un resto de ladrillo.  


De Photographie trouvée par fr:Utilisateur:Semnoz sur le CD-Rom de NetSurf n°17 en juillet 1997 librement diffusable., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=25845
El gran poeta del simbolismo,
Paul Verlaine.


Entonces, el sonido de una gota de fondo, en ese castillo con torres mochas, se le metía en la cabeza. Pertinaz como el deleite grosero que le había llevado a la penitenciaría, y que no le permitía conciliar el sueño. A la hora de comer esa especie de potingue, sus dientes jaramagos reían con las ocurrencias de un seguidor de Bakunin, que remedaba con sus teorías políticas a los ancestrales iluminados. Al anarquista le habían dicho que era poeta, y famoso. Así que se le pegó  y se juntó con la necesidad de contar la verdad de Paul Verlaine. Arregazadas las rodillas, hablaba con el camarada anarquista en el patio del presidio.Éste escuchó pacientemente el relato que había escandalizado a la prensa. Ese rapsoda pasado de moda, acusado de sodomita, y que había abandonado a su mujer. 

Ahora, el cuento. 

Hacía unos años, había recibido unas epístolas de un joven descarriado, que declaraba en las mismas ser su más fiel discípulo. Por esas fechas, Verlaine no había caído a los avernos y vivía su primera época dorada. De tal forma, que no era extraño que recibiese un tropel de cartas de púberes confundidos, que le pidieran consejo.  Sin embargo, aquel muchacho le llamó la atención por su prosa inflamada y poética, nada común. - Se llamaba Arthur. - Le dijo Paul a su compañero anarquista. El muchacho rogaba alguna clase de consuelo, cantaba a las hojas amarillentas y a la savia de la floresta. Evocó el tenor de sus misivas, que comenzaba con letra sutil, y acababa con garabatos , por lo que no era difícil colegir alguna clase de conflicto interior. Era tal su enredo y la calidad de su poesía, que Verlaine le mandó una contestación por carta, que incluía un billete con el que podría viajar a París a su encuentro.


De noieraieri - see below, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=11354452
La guerra francoprusiana, que tantas consecuencias
tuvo en la vida de la nación francesa


- Así fue cómo me encontré con él, por primera vez. Un joven tímido, que se sentaba a mi lado en las charlas de café, observador, nada de la  persona conflictiva, que descubriríamos después. - En su relato, llegaron a una serie de agresiones físicas, que el joven vate Arthur Rimbaud perpetró sin motivación alguna. Prontos que excusaba el señor Verlaine, y que le hubieran puesto en peor posición sin su mediación. -  Estábamos en la guerra que perdimos contra los prusianos, y Arthur, no podía soportar mucho tiempo sin que le entrasen ataques coléricos. Era peor cuando empinaba el codo. Luego quedaba postrado por semanas por el arrepentimiento. Por eso, me embargué en su caso, para tratar de curarle esas heridas internas. - Largas charlas, en las que el joven mostraba un carácter sosegado. Lo que no pudo sospechar el maestro Verlaine, fue que el amor se fuese colando por intersticios inextricables. Había sentido una amistad profunda y una gran compasión por aquel arrapiezo, adulto prematuro, que escribía versos por inspiración divina. - Qué buenos eran, hasta que descubrí que se quería fugar a Londres. Estaba confuso. No sabía qué hacer. Me había dado cuenta que lo amaba. Pero qué hacía un maduro, con una hija y una mujer. Fueron días alunados, hasta que tomé una decisión.


De Étienne Carjat (1828-1906) - Close-up from Image:Carjat Arthur Rimbaud 1872.jpg, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4091848
Arthur Rimbaud, el gran poeta y
discípulo de Verlaine.

Por supuesto, tomó la maleta de cartón prensado, y se largó con su joven amante. Todo un escándalo; las editoriales le dieron la espalda, su obra cayó en los anaqueles del olvido. - Semejante comportamiento, no merecía probablemente otra cosa, amigo. - Paul se quejó al anarquista. Qué ahora se percataba de cuál había sido su pérdida. No obstante, dejó que el poeta prosiguiera con el relato. Al vate le ardían las mejillas por las lágrimas, que le deparaba la pérdida de su mujer y su hija. Estaban en Londres, y Rimbaud, se trocó en un vagabundo, que vivía conforme a sus convicciones; erraba sin rumbo por la gran City. Lombard Street, y otros lugares, eran visitados por este bohemio que tenía la chaqueta raída y los bolsillos de la americana hechos un colador por los agujeros que moraban en ellos. Verlaine no podía soportar más esa dejadez. Le montó un número de celos tras una de esas vueltas a ninguna parte de su compañero Rimbaud.

- Me  tienes como una vulgar puta, detrás de ti todo el tiempo. Y tú, desagradecido, no me dedicas ni un segundo– Con aquellas barbas luengas, aquella declaración le sonó ridícula. ¡ Una meretriz con barba y profundamente enamorada de él! Aunque los ojos vidriosos del antiguo maestro, llenos de reproches, le hicieron deslizarse por aquella escena que rayaba con lo cómico. – Dejé a mi mujer y a mi hija por ti. Por un joven maleducado.

-          Lo sé. – Un atisbo de sonrisa, en los ojos zarcos, que vibraron divertidos. Ahí sabía Arthur, que estribaba la debilidad de su contrincante amoroso . Lo había consultado con su abogado, que el marido que abandonaba a su mujer por un hombre, podría sufrir condenas más severas de prisión por atentar doblemente contra la moral pública. En Inglaterra las circunstancias y penas no se alteraban respecto a las francesas. 

De Henri Fantin-Latour - The Yorck Project (2002) 10.000 Meisterwerke der Malerei (DVD-ROM), distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. ISBN: 3936122202., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=150823
Verlaine, el hombre calvo a la izquierda, y Rimbaud, 
como un ángel siniestro, a su lado, con los cabellos revueltos.


- El lo sabía, que mi pena se doblaba también en Bruselas por pederasta y abandonar mi hogar, y con eso jugó, también aquí, que fue el lugar último al que nos mudamos, compañero. Por esas fechas, no sabía si odiaba más a Arthur, porque empezaba a tomar conciencia de lo que había perdido. Intenté recuperar a mi mujer y mi hija, pero ella me pidió el divorcio como toda respuesta. Y él, que no sólo me negaba el amor, compañero, se burlaba de mis sentimientos. - En una de esas discusiones llenas de azufre. Insultos, declaraciones preñadas de encono. - Me dijo que nadie se creía mi papelón, que parecía la Malibrán despechada. Le pregunté que por qué me rehuía. "Porque soy libre y nadie me puede retener." - Verlaine entonces cogió el fatídico arma, y en el forcejeo disparó a su amante, hiriéndole en la muñeca. No había comprendido que en aquel momento a Rimbaud le quedaban restos de aquella admiración, con la que acudió a París a su llamada, como quien encuentra su Meca, tres años antes. Como los restos del naufragio, su veneración se había desmoronado.


De M. DORNAC (1858 - 1941) - https://www.parismuseescollections.paris.fr/fr/musee-carnavalet/oeuvres/portrait-du-poete-paul-marie-verlaine-1844-1896-au-cafe-francois-1er-69, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=192145




 Cuando salió de la cárcel, Paul y Arthur se volvieron a reunir por última vez en 1875. De aquellas vivencias londinenses, Rimbaud había escrito y publicado su famosa obra, Una temporada en el infierno, que nos da una perspectiva de  la toxicidad de aquel amor y otras desventuras. Verlaine volvería a recuperar su lugar privilegiado en las letras francesas. Muchos jóvenes le asediaron con cartas, a los que aconsejaba sin morder la cicuta del amor, que le había hecho tirar por la borda su felicidad conyugal. Incluso jóvenes como los hermanos Machado, que en el futuro, y cuando en el rincón que se sentaba Paul Verlaine no lo ocupaban más que fantasmas, señalaban al hueco donde se había sentado el poetrasto muerto años atrás. Con rebozo, hablaban a la oquedad que antes llenase el francés universal, con su figura inconfundible. - Ahí estaba con Alejandro - Se referían a Sawa, que alternó con Verlaine y Victor Hugo, en aquel café, en el crepúsculo de ambos artistas. 

De Claude Monet - art database, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=23750619
El Impresionismo nacía por entonces.


Al  salir de la cárcel muchas cosas habían cambiado. Los impresionistas, que habían salido del cascarón de la Rue des Capucines, dominaban el arte y se habían impuesto al Salón del Louvre.  Francia se metía en aventuras como la del Canal de Panamá, mientras a la vieja Lutecia llegaba la electricidad como una amenaza para la luz de gas de las farolas. La noche, refugio para Verlaine y sus cuitas, se vestiría diferente, con otras galas.  

PD: Rimbaud guiado por su espíritu de vagamundo, se sumergió en el continente africano y se convirtió en un potentado. Un cáncer acabaría con su vida, como se suele decir, prematuramente. No escribió más en su edad adulta, pero sus obras compuestas hasta los veinte años, ocupan un lugar destacadísimo en la literatura francesa.



Comentarios

  1. Bueno, hoy el tema es, como siempre, profundo.
    Lo divides en dos partes, a mi entender, puesto que la frase que corola la entrada tiene algo que ver con lo que viene después, pero es diferenciada.

    Nos dice en su principal: "Yo no sé si las leyes son justas o si las leyes son injustas..."
    Aquí, hemos de hilar fino. En la frase se mezclan dos conceptos: Ley, que es igual a legal y a jurídico, y Justicia, que es igual a moral, o lo que es lo mismo, a social e individual.
    No puede haber discurso moral para sistema político, porque lo moral es Trascendente y lo político es Legal.

    Luego, he de afirmar que: "Es justo aquello que es Legal", por lo que la Ley es justa, y sino agrada, convence o satisface, lo que hay que hacer es abolirla o cambiarla.

    Vamos por la segunda parte, que esta es más siniestramente romántica. Nos traes a colación a un alma inestable, insatisfecha y vulnerable. Un alma que creó escuela cual fiel reflejo a su persona, la "Decadente".

    Loco de amor por Elisa, su prima, Verlaine va y se nos casa con Mathilde. Insatisfecho de esta, va y se nos amanceba con Arthur. Las cosas no florecen. Pienso que el alcohol, la mala vida, los remordimientos de haber dejado todo atrás, y por todo dignifico la familia, le juegan una mala pasada a su estado de ánimo.
    Pero él, insiste, y aunque las calabazas de Arthur le han abierto el corazón, lo olvida cuando conoce a otro alumno aventajado, Lucién. Otro fracaso.
    Más alcohol. Y ahora intenta matar a su madre. Cárcel y depresión.
    Escribe, y es cuando las musas se ponen de su parte, pero jamás le inspirarán tanto como lo hicieron en su juventud.

    Este de hoy es un personaje tortuoso, Sergio. Hay quien lo ha llamado "impresionista", posiblemente porque vivió aquella época en donde nacía un nuevo concepto de arte plástico y una nueva visión del ritmo y de la rima.

    Un abrazo
    Salut

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    1. Me han encantado tus reflexiones sobre la justicia. La entradilla es la reflexión de un Wilde al que encierran por supuesta conducta inmoral, homosexualidad o como se decía entonces, pederastia, y que recoge en su conocido De Profundis.

      Creo que la ley entomces era fundamentalmente injusta, porque se agravaba la pena si el abandono del marido procedía por una aventura con otro congénere del mismo sexo. Aunque como dices, y entiendo, produce más quebranto su no cumplimiento. Estoy de acuerdo contigo, Tot :'Luego, he de afirmar que: "Es justo aquello que es Legal", por lo que la Ley es justa, y sino agrada, convence o satisface, lo que hay que hacer es abolirla o cambiarla.'

      Esa ley también es espíritu de un tiempo, donde se querían preservar instituciones como la familia y había otro entendimiento de la homosexualidad.Puede ser que en nuestros tiempos, el movimiento del péndulo se haya ido al otro extremo.

      La idea de esta entrada me la dio un libro que trataba de escándalos que sobrecogieron a la sociedad de la Francia del siglo XIX. Según el periodista francés que escribía sobre este escándalo, Verlaine jamás se recuperó de su fiasco amoroso con Rimbaud, porque también en ese océano de culpas que le ahogaba, creyó que había perdido el tren de la cordura y de la normalidad a la que creía estar destinado desde su juventud. Me aferré a esa teoría para lanzarme a por esta historia apasionante. Fue una vida muy trágica como complementas perfectamente, Tot, a lo contado aquí. Qué al final, entre tanta tragedia, volvió a tener el reconocimiento que sus escándalos, eclipsaron no pocas veces. Un poeta muy grande.

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  2. Con tu permiso aún haré un poco más de hincapié entre lo Legal y la Justicia.
    No ha mucho, en cierta ocasión, escuche a una célebre parlamentaria catalana decir : "Amb la república, serem més feliçes" (sic), creo no ha de ser necesaria la traducción.
    A lo que vamos; esta afirmación es una necedad manifiesta. ¿Porqué?, porque es evidente que una "república" representa lo que es legal, sin más, y está establecida bajo unos parámetros regulados por Ley y refrendados por un Congreso en votación universal y representada; mientras, la "felicidad" es un concepto trascendente, individual, no contable y especulativo.

    Si la susodicha hubiera dicho: "Amb la república tindrem més PIB", hubiera sido entendible e incluso razonable.

    En Filosofía y en Teología, el concepto de Ética (moral, inmoral, amoral), es fundamental para entender según que discursos.

    Perdón, se que no entra en el tema, pero me he aprovechado de la entrada de Wilde...y de tu amabilidad.

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    1. No, me parece un razonamiento impecable, muy bien traído por ese juego de la legalidad sobre el que argumenta Wilde. Siempre se comienza por un lugar y la brújula de las disquisiciones nos dirige por vericuetos insospechados. A mí me parece absurdo esa reflexión. Kundera, creo que en La broma, que leí hace cientos de años, perdón por mi exageración, pero hablaba acerca de la felicidad como un arma política, cuando pertenece a nuestra más estricta intimidad. El régimen de entonces, lanzó una cruzada por la felicidad, por la que todos los opositores y desafectos, estaban alcanzados por la gangrena de la tristeza. Fue una herramienta útil, para acabar, o cuanto menos confinar a la disidencia, con su mar de tristeza. En las compañías modernas, se asocia felicidad con productividad. A mí me gustaría que se cambiase esa terminología que recuerda al coqueteo de regímenes totalitarios con la tristeza. El GH de Orwell que sondeaba en nuestro semblante, para atisbar nuestro estado de ánimo. Las cámaras que buscan en Corea del Norte, al que no se identifica con el sentimiento de la masa, tristeza o alegría que llega al paroxismo, puede hacerte acabar con tus huesos en un campo de reeducación. En mi opinión, las empresas deberían utilizar el término motivación y productividad. Al fin y al cabo, mi felicidad ni acaba y por supuesto, mucho menos comienza en la empresa.

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  3. Hace pocos meses hubo un fuerte debate en Francia entre los partidarios de enterrar juntos en el Panteón a Verlaine y Rimbaud. Este último está enterrado en el cementerio de Charleville-Mézières, pero su familia se opuso rotundamente a esta iniciativa de la ministra de cultura francesa, Roselyne Bachelot, y varios antecesores suyos así como parte del mundo cultural francés. Resolvió el conflicto el presidente Macron dando la razón a la familia de Rimbaud que aducían que esta relación había sido una parte de su vida, unos dos años, y que no debería ser asumida como la totalidad de la misma para hacer de ellos dos unos iconos gay como se quería hacer enterrándolos juntos en el Panteón junto a Voltaire, Víctor Hugo y otros. Además, otras voces expresaban que tanto Rimbaud como Verlaine abominaban del lujo y la pompa del Panteón. Rimbaud había sido un outsider y no merecía terminar enterrado donde él más lo hubiera odiado. Esta americanización de la cultura defendida por los partidarios de enterrarlos juntos como amantes ha dividido al mundo cultural francés igual que divide la llamada política identitaria. Los partidarios de la panteonización de Rimbaud recogieron miles de firmas pero se enfrentaron a los rimbaldianos que se oponían frontalmente a esta tergiversación de su poeta maldito. ¿Hay mayor afrenta que llevar a la santa misa del Panteón a un poeta maldito? Otros familiares rechaza que Verlaine y Rimbaud fueran homosexuales porque esa relación fue parcial y no representa el conjunto de su vida que comenzó y terminó de otra manera.

    Sin embargo "En un comunicado publicado tras conocerse el rechazo de Macron, los promotores de la iniciativa se resisten a darse por vencidos. “No será los herederos autoproclamados, ni algunos sesentayochistas antigay, ni un cargo electo [Macron] pretendidamente letrado de un quinquenio republicano ya agotado quienes impidan la entrada de la poesía en el Panteón, ni la de una mayor diversidad, ni el necesario reconocimiento de la homofobia de la que Verlaine y Rimbaud fueron víctimas”, dicen. “Pueden aplazarla, pero la hora de un nuevo Panteón, más próximo de los franceses, más representativo, inexorablemente llegará”.

    Personalmente, pienso que tienen razón los detractores de esta iniciativa y que Verlaine y Rimbaud deben seguir en sus lugares respectivos. Me parece una estupidez panteonizarlos y convertirlos en lugar de peregrinación rosa.

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    1. Muy interesante la historia,que nos traes a colación, Joselu, y que completamenta a lo contado aquí. Yo por lo que he leído de esta relación, influyó más en Verlaine que por supuesto se arrepintió de haber abandonado el tren de la cordura. Le afligia el tesoro perdido de su familia y en parte me recordó a un psicólogo terapeuta familiar, que escribía que el arrepentimiento forma parte más común de lo que pensamos, del bagaje de aquellos que abandonam su hogar conyugal. El mal de la reconstrucción, es decir, de volver a hacer un hogar vuelve a pesar, cuando desaparecen las primeras mariposas del estómago. Un amigo mío que dejó a su familia por un amor más joven, me reconocía que pasada la etapa de las más ebrias pasiones sexuales, la nueva amante tenía una personalidad mucho menos interesante que la de su antigua mujer. Y tenía un hogar partido. En cierto modo, se consideraba un impostor, con una sensación de extrañamiento. Y me pareció similar al extrañamiento vivido por Verlaine.Estaba protagonizando una historia, que creía que no le pertenecía,ajena a una familia que le rechazó cuando quiso recomponer relaciones.

      Volviendo a tu sorprendente relato, es verdad, que resulta hasta pueril, que los nuevos movimientos LGTBI quieran reescribir aquella historia, con su prisma más actual. A Rimbaud, precisamente que rehuia del boato, incluso cuando se estableció como cuentapropista y sus negocios comenzaron a fluir. Incluso consideró su etapa literaria como una época enterrada de su vida más alunada.

      Sí me sorprendió la opinión del genial Cocteau. Un redomado y vindicante homosexual, que decía que tanto él como Verlaine habrían vivido una sexualidad más plena sin ese sentimiento de culpa y de lo prohibido que les atormentó. Jean Cocteau se liberó de él
      Es verdad que la historia, pese a su brevedad, dejó más huella en Paul Verlaine. O eso dicen los que se han sumergido en las catacumbas de su mente. O lo han pretendido, pues la mente es uno de nuestros tesoros más ocultos. Un saludo y me ha contado esa polémica que devuelve a estos dos grandes poetas a la plena actualidad.

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