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José Robles, en la sombra del infierno.

 Estaba emocionado, jamás habría sospechado, haber dejado tanta huella en sus alumnos de la Unviersidad John Hopkins. Confetis, trompetillas, algazara inesperada, al traspasar el quicio de su clase. Aquella mañana, sin embargo, se pasó con desgana la hoja de afeitar sobre su rostro aceitunado, tuteándose en ese espejo, que podía ser infinito y que le dio un escalofrío. Pepe se había levantado con las mismas ojeras de siempre, roídas por el cansancio. Afrontaba la última clase, en las que no regateaba un resquicio de esfuerzo, con la emociones contenidas y mucho sueño. No en vano, Don José Robles Pazos había evocado en un duermevela intenso sus primeros días en la universidad, además de la gran ayuda que le había brindado John Dos Passos. para instalarse en un país, cuyas costumbres y burocracias le eran oscuras.


De Desconocido - El País, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=68377669
José Robles Pazos, el gran profesor

Le unía más que una sólida amistad a aquel escritor, reportero trotamundos, al que había conocido en Madrid hacía veinte años, gracias al amor por la naturaleza y los clásicos españoles de ambos. En los años diez, sus excursiones por las faldas guadarrameñas, le depararon no pocas vivencias comunes en torno a sus pinochas. El gigantón norteamericano se agarraba a los  riscos, para escalar al pináculo más inverosímil, con las rapaces volando en círculo. Pepe cruzaba los dedos entonces para que no se despeñase el vigoroso Juan. Años más tarde, al joven Robles le surgió la oportunidad de cruzar el charco, y arribar a la gran América con una hoja de parra (el dinero solamente le llegaba para pagar su pasaje  y el de su mujer). Allí logró el prestigio y la admiración de sus alumnos, pero abandonaba temporalmente los Estados Unidos, para acudir a una España, que le provocaba un dolor físico en el corazón. Le pesaba leer los acontecimientos en la tinta fresca de la mañana. ¿Tenía una piedra o corazón? El levantamiento había derivado en una cruenta guerra civil, de la que no podía ser un mero espectador.  


CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1271828
Dos Passos, el genial novelista
americano de familia portuguesa.



Despertó Pepe a los aplausos merecidos por parte de sus alumnos. Circundado de recuerdos y de realidad. Durante varios cursos les había descubierto un universo paralelo y desconocido: los clásicos del Siglo de Oro español  y la honra de sus personajes. Digamos que antes de llegar él, la Leyenda negra había extendido un manto de incomprensión sobre la historia de un país, eclipsada por la imagen de un catolicismo oscurantista, que todo lo dominaba. En parte, Pepe achacaba tamaño baldón a Antonio Pérez, el secretario traidor de Felipe II. El señor Robles era un socialista y patriota, el orden para él indiferente. Insistía que España era más que el país que se regía todavía por las doctrinas de Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico. Es decir, qué persiguíese la usura y cualquier iniciativa con beneficio. - Esa fotografía se ha quedado amarilla. - Aducía para combatir la vetusta pátina que recorría los prejuicios de las sociedades sajonas, con respecto a España

Tímido, Don José Robles Pazos, fue borrando ese espejismo oscurantista. Cuando en una clase se presentaba con un florete o un jubón, para recitar entre risas de sorpresa de sus discípulos en voz alta, al personaje de Mengo en Fuenteovejuna:  

Eso se llama,

 amor propio, y no querer

¿Qué es amor?

Y cuando Laurencia le repone, que es un deseo de hermosura. Todos se transportaban con él a esa época lejana. Seguidamente, le vitoreaban, y le decían que como en Fuenteovejuna, todos a una. También llegaba al aula con esa pose seria y misteriosa,  porque discutirían del valor intrínsecamente filosófico de La Vida es sueño de Calderón. Un rayo extasiante de luz para unos muchachos que solamente conocían el teatro de Shakespeare, de Eugene Oneill y a duras penas de Moliere. A los españoles, como un eco de nombres, sin hojear sus obras más conocidas, yermas en las mentes de sus pupilos.    

De Antonio de Pereda - 5wE6Jp0KdDKljA at Google Cultural Institute, zoom level maximum, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=29823934
La vida es sueño, representación al óleo de Pereda.


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 – El deber me llama, alumnos. Mi patria ha sido acosada por unos forajidos. No puedo permanecer ajeno a esa tropelía. - Dijo a guisa de despedida, en su última clase. - Es la amenaza de los generales, contra un pueblo que se ha rebelado, y no quiere vender barato su destino. Como esa Fuenteovejuna, todos a una. - Entonces Pepe regresó a su patria, que se debatía en una batalla infinita. Rastros de ceniza por doquier en Madrid, sacos terreros, e instrucción en la Plaza de las Ventas. Automóviles fugaces recorrían las principales arterias de la ciudad, con paso franco por las diversas barricadas, esparciendo hojas de propaganda con el eslogan: " Alistaos, la patria os necesita". ¿Qué patria? Todos aluden a la patria, hasta una  Pasionaria empecinada, que compara en sus jaculatorias a las tropas rebeldes, por los moros que vienen de África, con la carga de los mamelucos y una invasión extranjera, que provocó nuestra Guerra de la Independencia. 

A Don José se le había nublado ese idealismo por unas checas, que trabajaban con la muerte febriles(1)  ¿Era eso patriotismo? No transigía con los comunistas y anarquistas. Pues allá y acullá, escuchaba verdaderos delirios de terror. Una familia, en la que habían desaparecido todos los varones por ser derechistas, y haber hecho campaña por Acción Popular de Gil Robles en las últimas elecciones de febrero. Sabía que se torturaba en las checas y eran comunes los paseos. Lo discutía con Dos Passos y su amigo Ernest Hemingway, que estaban alojados en ese circo ambulante y literario en el que se había convertido el Hotel Florida. Dos Passos callaba. Y Hemingway hablaba de sacrificios en abstracto, por salvar la democracia. Marta Gellhorn, con la que Hem se corría buenas juergas nocturnas, pestañeaba y decía que las torturas no asientan ninguna democracia. La República de Moreira Salgado, jefe de los servicios de contraespionaje, no era el mejor aval para una democracia. 


De Lloyd Arnold - http://www.phoodie.info/2013/07/19/from-the-desk-of-ernest-hemingway-this-weekend-cuba-libre-celebrates-my-birthday/, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1456168
Hemingway, al frente de
 su máquina de escribir




Precisamente, un hombre de Moreira Salgado le espiaba. Desde entonces, Pepe había pegado un salto increíble. Se había convertido en traductor de los rusos, y el agente se hizo su sombra por las calles de Madrid. Por ese papel inesperado, que gracias a sus ocho idiomas, le fue concedido, Robles Pazos despertaba recelos. Él no desistía de su socialismo moderado. Por supuesto, nunca dijo que no le gustasen los comunistas delante de ellos. Fue haciéndose imprescindible. Sancho, el sobrenombre del agregado militar soviético más importante en la guerra española, Vladimir Gorev, requería de sus servicios continuamente. Contemos que Gorev  dirigía inquisitoriamente en la sombra las operaciones que se esgrimían en el tablero militar del General Miaja, y discutía acremente con el coronel Vicente Rojo, jefe del estado mayor de la Junta de Defensa. El ruso tenía acceso a la información de toda la ayuda soviética que se desplegó en España, y Robles por lógica y desgracia suya, no era desconocedor. Pese a que bajo diversas tapaderas, escondiesen la participación de los soviéticos en la guerra española, pues habían firmado la mascarada del Comité de no Intervención. Los fascistas italianos y los nazis alemanes burlaban también con todo el descaro ese pacto. Winston Churchill, que no aceptaba ese prontuario de coartadas- estudiantes, voluntarios, técnicos, turistas, que venían a combatir- pontificó con toda socarronería que España se había llenado de turistas armados, que venían a disfrutar de su sol y a pegar unos tiros. 

De Concern Illustrated Daily Courier - Illustration Archive - Narodowe Archiwum Cyfrowe, Poland, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=70265593
La Batalla de Madrid, ganada por el Frente Popular.



Se acercó noviembre, con los rebeldes a punto de dar el golpe mortal sobre la capital. Sacos terreros, la artillería que disparaba sobre una colmena abigarrada, que se moría de frío. Entretanto, el gobierno se trasladó a Valencia, ya que se jugaba su captura.  Y  José Robles se unió a la comitiva del ejecutivo de Largo Caballero. Una mañana en la ciudad del Turia, una partida de comunistas golpeó insistentemente en la puerta de su nuevo domicilio. Venían con la orden de arrestarle. - Se debe tratar de una confusión, querida. - Frase largamente repetida por aquellos días. La mujer ansiosa, le buscó enseguida por dependencias oficiales y oficiosas, y se encontró con él en un par de ocasiones. Pepe volvió a repetirle que se estaban siguiendo unos cauces oficiales, pero que no estaba preocupado dado que no tenían nada contra él. Por supuesto, que retornará a casa lo más pronto posible. A partir de ahí, su pista se difuminó. Nunca se encontró su cuerpo. 

Un Dos Passos, que volvió a la República unos días después, al hablar con la esposa de su íntimo amigo, no da crédito a esas acusaciones. ¿Espía?- Imposible. - Ante la pasividad y largos silencios de su colega Hemingway, que no solamente  no apoya sus reivindicaciones, sino que justifica como "justo y necesario" ese crimen, surge el hielo definitivo que quebrará la amistad entre dos espíritus bastante similares, con sed de aventuras y riesgo. No como se dice en algunas recensiones, que un puritano Dos Passos, que conocía a la esposa de Hem, le reprochase su relación con la explosiva Gellhorn. Seguramente fuese un cúmulo de muchas circunstancias. El caso de José Robles, un idealista, al que la barbarie de la retaguardia frentepopulista, le refrenó en su entusiasmo. Ni siquiera le consolaba el hecho irrefutable, de que en el otro lado se cometiesen atrocidades. De ahí a que espiase, mediaba un abismo. Robles fue sin duda víctima de las sospechas paranoides de unos soviéticos, que un año más tarde vivirían su propio imfierno con la yezhovina, donde represaliaron a millones de los suyos.  La maquinaria enfermiza de los comunistas engendraba semejantes desmanes y monstruos. También en España. La historia de este hombre de letras e intelectual, no difiere de otros tantos dramas, que el fanatismo ha producido en el siglo XX. Dos Passos acabaría su luna de miel con los comunistas, que había empezado con el juicio a Saco y Vanzetti, y murió con la desaparición de su entrañable Pepe. 


De Fotógrafo desconocido - http://www.jfklibrary.org/Asset-Viewer/RNhpI3rD90akwMe5HKBBOg.aspx, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=11016942
Gellhonr y Hemingway, vivieron su amor en el filo 
de varias guerras.

(1) Les recomiendo leer este impecable reportaje de nuestro Tot, sobre las checas barcelonesas y la visita de un Himmler, que nos eriza la piel y nos llena de tinieblas. Aborda con maestría el recurso del arte abstracto, para producir desasosiego en la mente de los cautivos, que ponían los pies en las chekas. Les ruego que cliquen en las chekas y el arte, si quieren algo más que un pasatiempo: un estupendo y sobrecogedor relato de las intrigas de aquel tiempo. 

Comentarios

  1. Me gusta como se desencadena la historia.

    Recordar que el espejo es el único instrumento que convierte el monólogo en un diálogo, por ello no es de extrañar que pudiera contestarse cuando se afeitaba.

    De siempre se ha idealizado todo aquello que se desconoce, así "Hem". idealizaba a los comunistas, porque sin lugar a dudas se sentía bien tratado por ellos. Si hubiera sabido de sus métodos , al igual hubiera dejado de escribir lineas favorables a sus hechos, y sin duda se hubiera guardado la frase lapidaria de: " necesario y correcto para la causa".

    Por otro lado, igual que la extrema derecha niega sistematicamente la realidad de los campos de exterminio nazis, la izquierda ortodoxa lo hace con el Gulag.

    Las "chekas" fueron un invento soviético (1) que se utilizó con éxito entre la población civil.

    José Robles fue víctima de la honradez. Pensó que hablando con franqueza (otra cosa es decir la verdad), podía entenderse con los mandos asesores del consejo de la república. Estos vieron en él un peligro al no ser lo "suficientemente adicto a la causa", e hicieron lo que siempre han solido hacer los mandos comunistas, dictar la orden de "purga". O fe ciega o nada.

    Y ganó la nada.

    Hoy, salvando las distancias y las ideas, hay quien todavía hace carnets de "afiliaciò a la causa" y si es mala cosa apuntarse, no se sabe si el día de mañana será más mala el no estarlo, ya sabe que uno se preocupa de que no le mate su enemigo principal, pero descuida a su enemigo secundario, y es este el más peligroso.

    PD: En ocasiones la vida es como el Servicio Militar, más vale no destacar. Si José Robles no hubiera destacado en los idiomas jamás hubiera sido traductor, jamás hubiera sabido de órdenes internas, jamás hubiera llegado al rango de teniente coronel, y posiblemente jamás se hubiera necesitado de su desaparición.

    Salut




    (1) https://totbarcelona.blogspot.com/search?q=chekas

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    1. Como siempre, impecable, Tot. Condensas perfectamente este drama que tan desafortunadamente se repitió durante nuestro conflicto. A veces destacar, es presagio de malos asuntos. José Robles fue un socialista a carta cabal, que en cuanto regresó a esa España bélica, no se reconoció en el horror que aparecía reflejado. Me pareció interesante que ese espejo se convirtiese como un oráculo de lo que ocurriera a posteriori. Es un recurso, que guardando las distancias, Borges dignificó como nadie.

      Respecto a las causas más contemporáneas, los que somos más tibios, quizá pequemos precisamente por no estar en ningún lado. Recuerdo a un Edgar Neville, que para volver a España tuvo que pasar ese indigno examen. Provenía de la farándula y tuvo que explicar por qué había abandonado a su mujer por la rumbosa Conchita Montes. Un auto de fe que invadía parcelas de la intimidad de un individuo que no se debiese traspasar.

      Me ha encantado tu entrada de la Cheka, haré una referencia aquí. Hemos discutido en otro lugar esa inventiva maquiavélica para torturar, y es que si algunas obras abstractas se contemplan durante demasiado tiempo, nos inducen mucho desasosiego. Me tomaré un café, querido Tot, para adormecer ese desasosiego que me has provocado, evocando la figura de un Himmler paseándose por Barcelona buscando la inspiración de las musas del horror. Necesitaré esa pócima caliente, para calmar los escalofríos.

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  2. Este es un tema prohibido o proscrito, Sergio. La República fue inmaculada y democrática sin ninguna sombra. No ha habido ninguna película española que indague en ello. Ni sobre la desaparición y asesinato de Andreu Nin, ni sobre el guion magnífico de Homenaje a Cataluña de Georges Orwell que aprendió en España qué era el estalinismo y tuvo que huir por los pelos para que no le dieran el paseíllo. Solo filmes vomitivos como Las trece rosas que dan vergüenza ajena. Solo la película de Amenabar ha incidido un poco en las contradicciones de Unamuno. Me refiero a Mientras dure la guerra. Y recibió agudas críticas por un lado y por el otro. Los dos bandos contendientes, los fascistas y los comunistas con sus cohortes de simpatizantes o seguidores siguen muy vivos en España. Hablar de ciertos temas es hacerle el juego a los fascistas y a Franco. Eso supone un muro de silencio terrible porque la gente nunca sabrá lo criminal y sucio que se coció en el bando democrático. No se puede hablar de ello porque eso exigiría otro enfoque de la historia y eso Podemos, los nacionalistas, y la izquierda en general es fanática en que no se abra el melón. Tendrían que ser británicos o norteamericanos, o irlandeses, quienes fondearan en nuestra historia con ecuanimidad, pero España es solo materia de interés para algunos hispanistas apasionados y el cine británico o de Hollywood no está por la tarea potencialmente desmitificadora. Ya les vale la imagen de Hemingway que dio en Por quien doblan las campanas. Luchar contra un lugar común es lo más peligroso del mundo. No se trataría de mitificar al bando Nacional pero sí poner las cosas en su sitio. El mundo cultural español sigue escindido en dos bandos irreconciliables y es peligroso transitar en medio. No valen las equidistancias ni las dudas porque si no, sucede como a Robles... Desconocía la historia pero es tan verídica como significativa.

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    1. Es lo que hablamos con frecuencia, Joselu. Qué falta una narrativa, sobre todo en el celuloide, que no discurra de forma tendenciosa sobre unos hechos que simplemente requieren, una exposición cruda de la realidad .

      Es como La lengua de las mariposas de Cuerda. Hace poco volví a verla y con más razón, con retazos hermosos,no caí en su discurso tramposo. Una República llena de concordia, amenazada por la ominosa reacción, que acaba con esa bucólica Arcadia. Se entresacan los discursos del plenario del 16 de junio de Calvo Sotelo y Gil Robles, pero se omite el clima de violencia insoportable que se vivía entonces. El caso de José Robles es interesante, no por sus lazos con notables novelistas y lo que acarreó su muerte, sino por el ideal de un intelectual socialista y honrado, que cuando cae la corteza de su idealizada República, repudia el monstruo en el que se ha convertido. Quizá achacase las culpas de esa transformación malhadada a los pujos violentos de comunistas y anarquistas. Por lo que he leído, nuestro protagonista era más del socialismo llamado evolutivo("dentro de una democracia liberal) representado por el ala de Besteiro. Estoy terminando de leer el 'triptico' de crónicas de la Revolución de Asturias, y sobre todo en Oviedo, la barbarie alcanzó cotas inimagjnables. Gracias por estar por aqui y por tus brillantes reflexiones, Joselu.

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