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Rathenau, en el filo de la historia.

Era una jubilosa noche de verano alemana, en la que los lirios estaban en todo su esplendor. Llegó su perfume y el de los sicomoros como promesas encantadas, hasta que adormilado, su excelencia se retiró a encontrarse con sus sueños, que eran los de todo un país. Cómo parar una inflación galopante, que hacía mella en el bienestar de los más débiles, le quitaba el sosiego.  La reparación de deudas de la guerra, que el Gobierno de Weimar resolvió apelando a la impresión de dinero del Bundesbank, atrajo a esa fiera que habían invocado. Nuestro protagonista, Walter Rathenau, no llegó a ver sino el principio. Meses más tarde, las carretillas de dinero circulaban con la paga semanal, corriendo a por los abastos(1). Pero vayamos a aquella mañana, en la que el gran estadista germano partió con su descapotable, que conducía él mismo.

 

De Bundesarchiv, Bild 183-L40010 / CC-BY-SA 3.0, CC BY-SA 3.0 de, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5435081
Rathenau, el industrial y político 
judeoalemán.

Por el camino de costumbre y sin la escolta que le imploró su propia familia, lo que propiciará un giro vertiginoso en la historia de la política alemana, malherida por aquellas fechas.  - Le ruego que vaya acompañado de una escolta, señoría. - Su jefe de Gabinete cruzaba los dedos, porque pasaban por un tiempo de inusitada violencia. En España acababan de asesinar a Eduardo Dato, y en el caso de su jefe, se formaban montañas con las cartas amenazadoras, que recibía. Al señor Rathenau no solamente le quitaba el sueño la cuestión monetaria antes aludida, sino también los tratados, que fueron recortando el país, más allá de Versalles. Como ministro de exteriores, había firmado con los bolcheviques recientemente el Tratado de Rapallo, con el fin de sacar del cascarón de aislamiento a una Alemania, paria en el orden de las naciones. Independientemente de las razones que ocultara el acuerdo, esa firma fue ampliamente rechazada por sectores conservadores. ¿Firmar un tratado con los bolcheviques? Se habían estado matando los espartaquistas y los freikorps hasta hacía unas fechas. El país pendió del hilo de la anarquía, y esa fue la razón por la que el socialdemócrata, Gustav Noske, reprimió con gran dureza a los seguidores de Rosa de Luxemburgo. ¿Cómo olvidar aquella revolución, que casí condujo al abismo a la patria(2)?


De Desconocido - Appeal to support the publication of ‘The Complete Works of Rosa Luxemburg’ in English, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2595244
Rosa Luxemburgo, la revolucionaria
sesgadamente feminista



Parecía que Rathenau había condenado al olvido semejantes detalles, que hacían hervir a los grandes potentados. Él de hecho pertenecía a esa gran clase, pero le perjudicaba su natural hebreo. Nunca lo aceptarían, esa familia entre ellos, era una intrusa. Su sangre les pervertía. Pese a lo que dijese a su hermano rechoncho, seguidor de las teorías de Herzl,, mucho más pragmático en ese terreno que Walter. - ¿Para qué quiero ir a Palestina, querido hermano? Si tengo mi patria aquí, ALEMANIA. 

- Nunca nos aceptarán, Walter. Cuando te des cuenta, quizá sea demasiado tarde.-  Salmodió con dotes proféticas su familiar. Ambos pertenecían a la familia que había fundado  el gran consorcio de empresas AEG. Un conglomerado que fabricaba todos los productos que pudieran imaginar sus clientes, que sí querían, también comprarían la felicidad en los almacenes de AEG. 

De Bundesarchiv, Bild 146-1982-159-22A / CC-BY-SA 3.0, CC BY-SA 3.0 de, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5419285
El nazismo construyó el mito 
de la conspiración judía y comunista.


Sin embargo, los ultranacionalistas habían construido todavía un relato más atroz, a propósito de la abusiva escalada de precios, que estaba llenando las arcas de los banqueros e industriales judíos.  A eso se sumaba como decíamos su  condescendencia con los comunistas. Nuestro personaje, Rathenau concitaba todas las cualidades para en torno a su figura,  erigir el poderoso mito nazi de la conspiración del gran capital judío y de los comunistas contra la nación alemana. A sus asesinos, les coronaron como héroes y mártires de la patria. Para conocerlos, tendremos que viajar a aquella mañana, en la que como decíamos el propio Rathenau, conducía su descapotable por el mismo trayecto de siempre. Una vez más, su jefe de Gabinete, temiendo lo peor, repetía la misma cantinela., o que por lo menos  variase su ruta.

 - Soy un ciudadano más, querido amigo. La ciudadanía no se merece que su casta dirigente se aísle en jaulas doradas. - Le refutaba a su compañero, al que cejijunto, se le arrugaba la frente, mientras chupaba su pipa. ¡Qué cabezón era su excelencia! - Yo nunca quise ser político, me vi obligado a lanzarme a la vida pública, porque estamos en manos de unos políticos incompetentes, que solamente saben conspirar en los bares. 

El gran hombre, que iba sumido como no podía ser de otra forma, en grandes pensamientos, metió una marcha para acelerar.  Cuando surgió aquella boca de fuego de un vehículo Mercedes que lo adelantó. Un subfusil MP18,  que escupió las balas que acabaron con su vida. Otro de los ocupantes  del Mercedes arrojó una granada. Nacionalistas con los ojos inyectados de odio,  huyeron a escape.


De Bundesarchiv, Bild 183-L40010 / CC-BY-SA 3.0, CC BY-SA 3.0 de, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5435081 Rathenau, el industrial y político  judeoalemán.
Herzl, que creía que la patria de 
los judíos se hallaba en Palestina.

La sangre se dispersó como un espeso manto rojo sobre el pavimento.  Enseguida sonaron las sirenas de aquel lejano año de 1922. Su hermano pontificaría que esa nación que tanto quería, le había matado.  Con la muerte de Rathenau, comentaron las crónicas, que la recuperación económica se alejó.Medio país conmocionado, mostraba un inmemso duelo, salvo los más extremistas. Como el Canciller Von Bismarck, tenía el estado en su cabeza. Un estado judeo-comunista según los nazis. En realidad, fue un digno heredero del estado social que tenía en mente el Canciller de Hierro, y que permeó a políicos posteriores, que como Erhardt, fundaron la economía social de mercado, y serían los artífices del llamado milagro económico alemán tras la II Guerra Mundial. Esas eran las razones de las altas esferas. 

El Berlín más mundano en cambio, ardía de concupiscencia; con otras carencias, mientras el sexo alimentaba las más bajas pasiones. Era fácil compartir cama a cambio de las cosas más básicas. O lo que era peor, por consumir una dosis de heroína o morfina. No juzguemos a aquellas sirenas morfínómanas, pues era difícil sobrevivir  sin hacerte una lobotomía en aquel ambiente decadente y lleno de locos de ambos bandos, que se mataban impunemente. Un viaje a ese mundo indoloro pero al fin y al cabo tan irreal como efímero - lo que duraba el chute- nos ayudaba a no perder la cordura. Anita Berber sería un ejemplo  de las que partiendo de las simas de la prostitución, llegaban  a la cima del arte. O la angelical, Marlene Dietrich, de carnes albas y facciones andróginas, que ocultó aquel pasado lleno sombras, para convertirse en una de las mejores actrices de todos los tiempos. Por último, contar que la política económica de los nazis, en muchos de los aspectos, fue un calco de lo que pretendía el gran protagonista de nuestro entrada. Una especie de estado social corporativo. 


De Desconocido - http://www.cabaret-berlin.com/wp-content/uploads/2010/09/Anita-1916.jpeg, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=76203335
Anita Berber, mito del cabaret. 


 


(1) Una barra de pan que costaba la nada desdeñable cifra de 8 marcos a finales de 1922. En noviembre de 1923 alcanzaba la cifra de 200 mil millones. Esta experiencia traumática, va a marcar nuestra política monetaria hasta casi nuestros días. La gran recesión, crisis de 2007-2008, produce un viraje en los objetivos de los BCs, y fundamentalmente en el BCE, hacia políticas monetarias superexpansivas.

(2) Lenin adujo para el fracaso revolucionario alemán, su orden escrupuloso. Jamás triunfaría la revolución en un pueblo que para tomar una estación, necesitaba comprar un billete. Las razones son todo menos tan triviales. Para los historiadores más modernos, que la socialdemocracia se decantase por la democracia, inclinó la balanza. Por ese tiempo, Italia estaba inmersa en un proceso cuasirevolucinario, il biennio rosso, que igualmente fracasó. La contraoferta de la patronal de un incremento salarial superior a un 8%, fue una tentación irrechazable, como subraya el historiador Stanley G. Payne . Un dolido Lenin, pontificó entonces que Benito Mussolini, sí lean bien, Benito Mussolini, era el único socialista revolucionario que quedaba en Occidente. No habría leído sus nuevos panfletos,en los que no abandona el socialismo pero en los que comienzan a hacerse patentes, sus delirios nacionalistas.   


Comentarios

  1. Asombra la enorme dimensión social y política de Walter Rathenau, probablemente el único que podría haber hecho viable la república de Weimar que, tras su muerte, se despeñó en una inflación terrorífica. Sus asesinos nacionalistas mataron a un hombre y también una idea de estado social, y por lo tanto, prepararon el camino para Hitler que cuando llego al poder les erigió un monumento homenaje. Rathenau era nacionalista alemán y judío, una combinación que muchísimos no aceptaban en un país en que en el ejército no había un solo oficial judío. El antisemitismo logró unir en un paquete al comunismo y a los judíos. Era una conspiración y la URSS fue fruto de ello. Y también de la derrota de Alemania que no habría perdido la guerra si no hubiera sido por los partidos marxistas y sindicatos de izquierda que promovieron la deserción y el abandono de las armas en busca de una nueva revolución soviética.

    Asombra el periodo de la república de Weimar, tan interesante, tan terrible e inestable, tan libertino, tan escenario de la producción mundial de drogas como la morfina y la heroína consumidas masivamente en un panorama de libertad sexual como pocas veces se han vivido en la historia. Los nazis combatían una Alemania débil y decadente en poder de las drogas y defendían que todo era obra de los judíos que se enriquecían a costa del sufrido alemán de calle. Fue una combinación letal de argumentos que apuntaban todos inequívocos al que hicieron símbolo de todo ello, Walter Rathenau. Su asesinato tuvo unas consecuencias terribles. Algo así como la muerte de Prim para la revolución de 1868 en España. Él era el único que habría podido hacerla viable. Los asesinos apuntaron bien en los dos casos.

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  2. Desde luego, Joselu, has diseccionado perfectamente el espiritu de esta entrada. Me imagino al pobre Amadeo de Saboya, que pone pie en un país en el que asesinan a su máximo valedor. Le tomaron como un necio y sin duda, el Duque de Aosta, bello como una estampa, fue el más clarividente. A él le debemos frases que definen una época. “El gobierno se reúne para saber a quién echarle la culpa” O su famosa frase, “Non capisco niente, siamo in una gabbia di pazzi” (No entiendo nada, estamos en una jaula de locos).

    Em cuanto a la envergadura de Rathenau, fue abismal en la Alemania de la época. Como dices, nacionalista alemán, imcluso con el duro cerco de la Royal Navy, mantuvo años la maquinaria de guerra engrasada. No obstante, pasaron mucho hambre. Me atrae como a ti, Joselu, esa época tan singular, la de la República de Weimar. Un sueño que fue demasiado efímero, como sabemos. Un placer tenerte por estos pagos, Joselu.

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    1. He leído un par de veces El mundo de ayer de Stefan Zweig y expresa bien este tiempo de turbulencias. Alemania es un país que me fascina por su potencial en todos los sentidos. Pongo un ejemplo que no viene demasiado al caso. Tras la II GM, Alemania era un conjunto de ruinas, millones de mujeres violadas, millones de desplazados que fueron expulsados de zonas alemanas en Rusia y Polonia. Alemania compartimentada en cuatro zonas de influencia. En 1961 se erige el muro de Berlín. Pues bien, ese país devastado ha progresado tanto a la altura de ese año que miles y miles de alemanes pueden venir a España de vacaciones y algunos compran a precio de saldo terrenos para construirse chalés. Hablo del municipio de Cunit en Tarragona en una zona de antiguos chalés alemanes. Necesitan mano de obra extranjera y millones de españoles se van hacia Alemania, Francia, Suiza, especialmente Alemania. Sin duda, hacen todo a lo grande. No entiendo -o sí entiendo- la ineficacia española, siempre dependiente de lo exterior, y enzarzada en conflictos políticos que nos paralizan.

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    2. Es uno de mis libros preferidos, Joselu, que encarna formidablemte el espíritu de un tiempo. Alemania es un país admirable, del que podemos apremder muchas cosas,incluso con lunares atroces. España es verdad que si canalizase sus energías en construir, en lugar de confrontar al adversario de la bancada contraria como si expeliese azufre. Pero ahora mismo las dinámicas de su propia destrucción han puesto sus extraños arcanos en marcha. Porque lamentablemente el discurso de un nacionalismo ultramontano goza de un mayor predicamento. Por frivolidad y tambien una ceguera debido al poder inmediato, que ha nublado a personajes muy mediocres de nuestra política. En Alemania, socialistas y conservadores, tienen pactadas unas políticas de mínimos. Es lo que tenemos.

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  3. Señores, (Sergio, Joselu), he cogido la entrada, la he releído y he vuelto a leer la respuesta de Joselu. He hecho una entrada conjunta.
    No se mucho de esa época, lo confieso. Como mucho he tenido entre mis manos sellos de correos sobreimpresos con valores de millón de marcos. Es una inflación qu eno me llamaba la atención porque la vi cuando estaba en BsAs por motivos laborales. Pesos, Australes, Pesos Argentinos, Patacones, Dólares... Tremendo. Eso da idea de una inestabilidad sin límites y de un desorden social sin precedentes.

    Me gustaría escribir sobre Herzl, persona que mido con la misma magnitud que pudiera hacerlo con cualquier mandamás nazi. No encuentro diferencias entre este personaje y cualquiera que defienda lo de la "solución final".

    Cierto que el sistema nacionalsocialista ejecutó con total precisión la ejecución de millones de personas de origen judío, pero no es menos cierto que el pueblo palestino es el originario de unas tierras que han sido adquiridas por la fuerza (y el dinero) y tratados como animales, que es como se les está tratando ahora y en estos momentos con la vacuna del Covid. Mientras el pueblo judía es el más vacunado mundialmente, no se ha empezado a vacunar al palestino por las presiones hebreas.

    Para acabar, los nacionalismos me parecen esperpénticos, de mala gente, de soberbia y sumamente estúpidos.

    Como decía Unamuno: "No me importa lo que usted me dice, me importa usted".

    Salut

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    1. Encantado de tenerte, Tot. A mi la inflación y la teoria monetaria me interesa como economista. Hace diez años investigue mucho sobre el asunto para una tesis, y a pesar de la nueva ola de las crypto, mi interés no ha decrecido. Las venden como la nueva epifanía, pronostican sus profetas, verdaderas revoluciones, y yo veo una mayor desintermediacion. No me meto más, para no aburriros.

      En cuanto a los nacionalismos, estamos de acuerdo. Un saludo, Tot.

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