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El fordismo

 

Bolas de humo, piruetas de caladas y el omnipresente y pestilente alcohol, que prometía paraísos más cercanos que el de la Biblia, como era el del olvido. Unos minutos, quizá unas horas, a la salida del bar, la otrora bella Nancy, que había engordado veinte kilos, y había trocado una sonrisa angelical, por una mellada, le rezongaría que había perdido el jornal con sus borracheras. ¿Cómo comerían sus hijos? Aquella mirada agria, de animal herido, de su esposa, resultaba la peor condena. Ahora Nicholas Moore, Nick para los amigos, se había reformado. Parecían, junto a sus compañeros de la fábrica, unas monjas de clausura. Así fueron las cosas, que para ser un empleado Ford, había que ser abstemios, lo que producía rechifla entre los antiguos camaradas. – Prefiero no probarlo. – Se defendió Nick. 


Tiempos modernos, una genialidad
más de Chaplin


En aquella época las borracheras resultaron una lacra, y la principal causa de enfermedades y absentismo. Tocar esa tecla por parte de Henry Ford, les metía de lleno en un debate moral. De hecho, una de las reivindicaciones de los movimientos feministas, estandartes de la moral para acabar con el alcoholismo que arruinaba familias como la de nuestro protagonista, Nick, era controlar el salario ganado por sus cónyuges, antes de que se perdiese en los labios de Baco.  El país caminaba hacia la ominosa Ley Seca para algunos, bendita para otros, a cuyo regazo crecieron figuras señeras de la mafia, como Al Capone. Los lagos de Chicago promovieron un fecundo contrabando, con sobreprecios que llenaban las arcas de la organización criminal, por su proximidad a Canadá. Por consiguiente, se observaba ese problema con especial concienciación, en el que Henry Ford irrumpiría como el Séptimo de Caballería, con su sistema Just in Case o JIC. Llenar los anaqueles de los almacenes con stocks, porque como decía el principio de Say, toda oferta genera su demanda. 


Ford, en la ola de la cúspide.


Más exigencias, ser un buen cristiano y padre de familia. Si querías integrarte en el formidable proyecto del magnate del automovilismo, un representante de la compañía se plantaba en el jardín de tu casa. Adscrito al pomposo Departamento de Sociología de la Ford, entraba con la dicha dibujada en sus labios. Con un impecable terno, los quevedos, analizaba sin perder ripio los más insignificantes detalles de la familia del trabajador. La entrevista se hacía delante de toda la descendencia y la esposa, que burilaban sonrisas de circunstancias ante el simpático representante de la compañía. Su informe, un ticket para un cambio de vida. Los requisitos no acababan aquí. El burócrata rellenaba un extenso formulario de peticiomes: ser ahorrativo, tener un hogar digno, ser limpio, no relacionarse con gente indeseable, no alquilar habitaciones, no participar en ningún trabajo externo a la fábrica, ser un buen ciudadano, estar casado, no permitir que la mujer laborase fuera del hogar, y un largo etcétera. 


De Pennsylvania Department of Corrections / FBI - http://www.fbi.gov/about-us/history/famous-cases/al-capone, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=35434506
Al Capone, el rostro del mal.


Los Moore, aunque hubieren pasado meses, recordaban como aquel tipo, enseguida se sumergió en las casas del vecindario preguntando por la honorabilidad de Nick. A los pocos días, le llegó el contrato para participar de las ganancias de la empresa. Un obrero de la Ford ganaba el doble que cualquiera de los de su sector. Era el famoso eslogan de la jornada de cinco dólares, con el que captaba fuerza de trabajo, para su nuevo sistema. Repetitivo, y por eso monótono, exigía una atención exhaustiva durante la jornada laboral, con el fin de que la cadena nunca parase.  El nuevo método de producción, permitió una expansión sin precedentes del sector automovilístico. Según datos de Lucilla FInkel, de producir once mil modelos en 1903,  pasaron a salir de las fábricas estadounidenses novecientos mil automóviles en 1915. Un salto no exento de sus luces oscuras para el trabajador, que fue confinado a realizar tareas más repetitivas. Esas brumas de insatisfacción inspiraron películas como Para nosotros la libertad (1931) de René Clair, o la más conocida Tiempos modernos (1936), del inolvidable Charles Chaplin


De Frank H. Nowell - Alaska-Yukon-Pacific Exposition Collection, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=74098753
El famoso modelo T, paradigma de un nuevo mundo.

El gran John Dos Passos, describe esa atmósfera maravillosamente en la primera parte de su trilogía americana, Paralelo 42. Recuerda en cierto modo a la ebriedad de ilusiones, que compartieron los protocristianos. Los anarquistas se abrían paso junto a los socialistas revolucionarios en EEUU, evangelizando con una nueva fe, que debía alejar a los obreros de las rameras del templo de Babilonia. - El vicio son las esposas que nos encadenan al capitalismo. - Con un lenguaje casi religioso, y usando pasajes bíblicos, Jesucristo habría sido de esta guisa una suerte de socialista revolucionario, y el capitalismo, disfrazado de Imperio romano, el enemigo contra el que luchar con la virtud de los apóstoles, Había nacido la nueva fe en los mesiánicos Marx y Bakunin. Sin embargo, no contaron con la aparición de un invitado inesperado, la religión  del fordismo, que traía esos mundos soñados pero al presente. Ni siquiera los bellamianos. Esos mojigatos discipulos, inspirados por aquella obra de Francis Bellamy, en la que aquel tipo que soñó en 1887 con levantarse en un año 2000 y que toda la economía se rigiese por un sistema socialista. - Si los hombres beben, es porque quieren escapar de los engranajes de un sistema que les confisca su plusvalor. - Alzaba la voz el bellamiano, que conocía Nicholas Moore, porque editaba un periódico socialista en una linotipia casi artesanal. Llamaba desde sus páginas a una revolución, y la policía secreta buscaba disfrazada de pudorosos sindicalistas, requisar aquella imprenta.  

- Cuando tu Bellamy pague a cinco dólares la jornada. - Le reponían los obreros de Ford, que se reían cuando les decían que se habían vendido al capital. Ellos repetían que el señor Ford no confiscaba el plusvalor del obrero. La cadena tan reiterativa, que no permitía descansos, y cuya monotonía estaba bien pagada por Henry Ford, por cinco pavos al día, ahí acababan todas las discusiones. 


By Unknown photographer - Campbell's illustrated history of the World's Columbian Exposition (1894)https://archive.org/details/campbellsillust1camp/page/180, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=82893947
Francis Bellamy, el idealista socialista. 


Antonio Gramsci, uno de los comunistas más persuasivos e inteligentes, analizó el fenómeno de la producción en cadena, rápidamente adaptado por el mundo. Lo quiso observar desde un punto de vista sociológico. Él entrevió, que el obrero cualificado, no se opuso por ejemplo en Europa, porque incrementó su remuneración y el esfuerzo tampoco resultaba mucho mayor. Fue el obrero de baja cualificación, al que no se pagaba con un salario mayor, el que se rebeló contra este sistema. Otro enemigo inesperado fueron las viejas clases europeas, como el clero y la nobleza, todavía en buen número en las sociedades del continente, que cargaron contra dicho sistema productivo, que consideraban vejatorio para el obrero y atentatorio contra la moral. EEUU, como había escrito Tocqueville, no tenía esas rémoras del pasado, para afrontar un sistema productivo que alentaría el consumo de masas y cambiaría radicalmente el rostro de su sociedad. Pues impulsaría a una clase media que se multiplicó, como observó Gramsci. El viejo continente no supo aprovechar ese impulso, como hemos dicho, por los factores reseñados, y la mesocracia no logró el suficiente músculo para sostener democracias como la francesa, que se debatieron zarandeadas por los dos polos de ideologías extremas, y acusando una debilidad sin precedentes. Resulta curioso por otra parte, que un comunista como el italiano no se oponga a este sistema, de antemano. Como último razonamiento, nos preguntamos ¿si sería esa sobrecapacidad del sistema de producción en cadena como alegó Keynes, la culpable del colapso de 1929? El economista inglés cargaba las tintas contra ese ciclo de sobreproducción, inaugurado por la industria automovilística. 


Comentarios

  1. Compleja y apasionante disección del capitalismo productivo en cadenas monotemáticas y repetitivas. La vida ha sido siempre opresiva: lo era en en campo donde los hombres trabajaban de sol a sol en algo ajeno a ellos para las tierras del propietario. Lo fueron luego las cadenas de producción donde trabajaban diez horas brutales y luego tenía el desahogo del alcohol en la taberna. Juegan muchos factores: el moralismo, la izquierda socialista que denunciaba la explotación del fordismo, las feministas, la mujer de cada uno que lamentaba que el dinero se fuera en cervezas o vino. Este es el mundo moderno. El antiguo no era mucho mejor pero sí diferente. El fordismo ha evolucionado y el trabajo repetitivo lo hacen lo robots lo que supondría la liberación un siglo después, pero no es así. El conflicto del ser humano con su destino es igualmente agudo. La lógica es no estar -no poder- estar nunca satisfecho. Es la vida la que es insatisfactoria, sea con alcohol o sin él, con LSD o sin él. El hombre siempre ha luchado por liberarse salvo en este tiempo actual en que se obedecen todas las normas. Probablemente el hombre del presente es el más sumiso de todos los tiempos. La tecnología ha propiciado la insumisión virtual pero la más perfecta esclavitud real. Que les den.

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    1. Me ha encantado tu reflexión, Joselu. Lo curioso es que en aquella época, el socialismo y el anarquismo perdieron esa batalla contra el fordismo en América . Por esos extrasalarios frente a la industria de la época. Quizá el análisis de Gramsci, gran pensador, pese a que se equivocase en lo fundamental, sea de lo más fascinante. Él creía que en este sistema productivo se encuentra la base de una clase media, más prolífica en los EEUU.

      Bajo el prisma actual, tus razonamientos y la robotizacion, también me producen curiosidad el caso de Amazon. Qué ha operado por debajo de costes, lo que en economía se llama costes predatorios, con el fin de eliminar competencia. Es la teoría de Galloway. Y que gracias a un relato, la tecnología es deflacionaria y su uso intensivo nos permite bajar costes, atrae a inversores, que acceden por mor del relato y un futuro prometedor, no repartir bemeficios. No sé si llegaremos a ese mundo del retail, dominado solamente por Amazon. Sin embargo, logra financiar los números rojos por ese relato y esa deflación de la tecnología para Galloway, no es más que una leyenda. Los estados contables de Amazon serían por tanto, el verdadero espejo en el que debieron reflejarse los inversores y no en el constructo de Bezos. Galloway lo tiene claro.

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  2. No sabía la mitad de las cosas que nos expones, SERGIO MUNARI. No sabía de la actuación de los agentes del departamento de RRHH. Obligacones para hacer más rentable al obrero. No alquilar habitaciones...tener hijos...ser un buen cristiano...en realidad cumplía la máxima de Galbraith, aquello de la solución ideal, que consistía en que los deseos (aquí la dichosa palabra) del obrero, estén ligeramente por encima de sus ingresos, motivando las condiciones para que se adeuden, la presión de la deuda resultante les hace fiar más como obreros.
    Si a esto le añadimos las condiciones primigenias de buen cristiano (temeroso de los mandamientos de la ley de Dios y por lo tanto no bebedor y cumplidor en el trabajo; la de tener hijos, obligaciones contractuales morales; y la de no alquilar habitaciones (que significa la NO entrada de otros emolumentos en casa) el resultado final es el de tener obreros/corderos.
    No me extraña que su empresa fuera un éxito total. Supongo que habría más delatores (con eso no se ha contado) que personal sindicado.
    Un abrazo y gracias.

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    1. Gracias a ti, que siempre aportas brillantes reflexiones. El truco de Ford, amén de toda su mojigateria religiosa, fue compensar al trabajador muy por encima de la media, para resarcirle de la penosidad de la producción en cadena. Ese pacto de salarios superiores, no se produjo en Europa, y según Gramsci, esa masa obrera que no veía compensadas sus reivindicaciones de mejoras, se desplazó a los extremos. En América, engrosó la clase media, porque sí que vio mejorada sus expectativas económicas.

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  3. Tenia entendido, no lo se seguro, que el suedo, en un principio era significativamente igual al del resto del mercado, pero que Ford, deseando que sus obreros se endeudaran para hacerlos más fiables como tal, les aumentó doblando el sueldo, sabiendo que con ello, la prioridad de ellos sería adquirir un Fort, siempre que el color fuera el ngro y el modelo T, que esa era la prpaganda de la empresa. Con ello ganaría en ventas, lealdad a la empresa por parte de los asalariados, a los que se les descontaba directamente de la semanada, y propaganda dado que habrían más coches Ford T circulando por la ciudad.
    Un abrazo

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    1. Desconocía ese extremo, Tot . La idea que leí de una biografía suya, y en un libro de Sociologia y organización del trabajo, era que Ford cuidaba de sus trabajadores con un paternalismo intrusivo. Pagaba más, y que admiró cómo la Alemania nazi canalizó el conflicto de intereses entre patronos y trabajadores, por una colaboración mutua y provechosa para ambos. Es decir, el corporativismo fascista. Otros autores como Minsky, creen en ese ciclo de deuda como impulsor de la economía americama, y que cuando se aproximaba el país al 29,lo hacía en una burbuja de créditos , que desencadenó la crisis.

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  4. Lo que si recuerdo de su propaganda pues de ventas era: Tenemos todos los colores y todos los modelos del "nuevo" Ford, siempre que el color sea el negro y el modelo, el "T".
    Hay que tener en cuenta que para abaratar costos, Henry Ford sólo hizo en negro (color que secaba más rápido y que era el más económico de compra, y un único modelo, el "T", pues así simplificaba hasta lo máximo su cadena de montaje, idea extraída por cierto, de un matadero de carne bovina.
    Un abrazo
    Salut

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    1. Gracias por complementar la historia, e interesante anécdota, de porqué jugaba al negro el señor FORD, en sus modelos. Los costes siempre en el frontispicio del señor FORD. Un saludo, soy Sergio Munari.

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  5. He leído en un libro sobre la época que uno de los principales admiradores y seguidores del fordismo fue Stalin que quiso aplicar en la URSS el sistema de producción en cadena de sus empresas y así promovió obras descomunales aplicando la dinámica productiva de su sistema. Había comisarios políticos que habían de realizar determinados proyectos, por inverosímiles que fueran, y se les juzgaba por los resultados -y si no cuadraban según lo esperado por el líder- eran eliminados. Hubo muchos proyectos grandiosos y absurdos que fracasaron por irrealizables. Stalin copiaba el modelo de producción en masa pero no sus estímulos económicos, los que el capitalismo sí que daba.

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    1. Sí, sí que lo era. En el comunismo el premio era para el estado. Me sorprendió de Gramsci su objetividad. Qué veía en EEUU, un lugar donde el obtero evolucionó gracias a una clase media gracias a los mejores salarios pagados por su industria. Hace poco me leí una biografía de José Calvo Sotelo, el líder asesinado de Renovación Española y cuyo asesinato es considerado por muchos el pistoletazo de nuestra Guerra Civil. He entemdido su ideología y cómo se desarrolló esta. Primero como Maurista, la revolución la han de hacer los de arriba, sino se quiere una convulsión como la soviética(me sorpremde esa miopía de la época, porque la Revolución bolchevique fue dirigida por una élite). Y cómo llegó Calvo Sotelo a su autoritarismo final. El adoraba el parlamentarismo británico o americano, pero no era soportable sin una clase media. Y entonces entre polos tan distantes, recomendaba una salida autoritaria para nuestro país. Coincide en su visión con Gramsci.

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