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Sunset Bulevard


La gloria es como la noche que se cierra en un otero ignoto. Una soledad que te corroe por dentro. En su inmensa llanura natal, Polonia, jamás habría imaginado un ascenso tan repentino a los cielos, como tampoco lo que consideraba una ominosa caída a los infiernos. Sin embargo, había pasado tanto tiempo de aquéllo, que las remembranzas dolían en un corazón atribulado. Pola Negri había tapado con sábanas la mayor parte de los muebles de su mansión, estancias que hablaban de un viejo esplendor, que se había esfumado. Arrinconada, pasaba fumando las tardes, cuando recordaba el primer éxito que tanto celebraron al otro lado del Atlántico. No en vano, había rodado una cinta con un director novel, un tal Ernst Lubistch muy académico, a pesar de su juventud rozagante . El caso es que su interpretación en Los ojos de la momia no había pasado desapercibida para un productor americano. Una historia que llegó antes del descubrimiento de Howard Carter del cenotafio de Tuntakamón, pero que hablaba de la venganza de un faraón, cuya tumba había sido profanada. No sabemos si Lord Karnavon y otros implicados en tan espectacular hallazgo murieron por la maldición del joven rey egipcio, cosa que sí ocurrió con los protagonistas en el montaje del director alemán.

La cautivadora polaca, que se asemejaba a una española por unos cabellos completamente brunos, hacía que el espectador no despegase los ojos de la pantalla. ¿Cómo olvidar la adrenalina de esos días, en los que alguien le hablaba de conquistar el Olimpo del celuloide? Para una polaca, que había hecho sus pinitos en el ballet imperial del Zar, y a la que una lesión apartó de su mayor sueño, fue una compensación inesperada del destino. ¿Existía la justicia poética? Más subidón, contratos que se renovaban con tantos ceros que le llegaban a marear. Ella se concentraba en el sentido artístico de sus creaciones, porque no quería hablar de negocios. Su representante le recordaba turbado, que la carrera de una mujer en el artisteo era muy efímera. - Todo el mundo quiere mujeres jóvenes. Cuando envejecéis, vuestra carrera ha muerto. Collige virgo rosas.

- ¿Qué me dices, cansino?

- Qué cojamos las rosas/ la pasta a tiempo, Pola. 


La prensa zahirió a la hermosa Pola Negri por su romance con Chaplin. Más tarde, por según Mary Piclford, fingir un noviazgo con Valentino y estar prometida con el galán italiano, una historia falsa, para la novia de América y estrella también del cine mudo (Pickford). Y en la cresta de la ola, vino el cine sonoro. Esa maldita invención de los Vitaphone, que arrumbó a tantos grandes artistas. Pola Negri tenía un evidente acento polaco, que no casaba con su voluptuosidad de mujer felina. Atropellaba las sílabas en inglés, así que en la emergente UFA, vio su oportunidad. Goebbels quiso promocionar el cine alemán como instrumento de propaganda, y atraer a estrellas como la Negri, de lo más celebradas en el mundo, sería un buen reclamo. No obstante, las persecuciones y sus orígenes judíos, hacen que vuelva la diva a los Estados Unidos, donde ha perdido su hueco en el estrellato. Vieja y arrugada se retira a su gran mansión. Corre la leyenda de que conoció personalmente al Führer, y que con el paso de los años, ha tapado todos los espejos de su casa. La diva no soporta ver ese lento de proceso de maceración de su cuerpo en el azogue de los espejos. Más y más historias extrañas. Qué se pasea en camisón cantando. No recibe a nadie, ni quiere saber de nadie. Sólo recuerda. 


De Paramount Studios - -, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1382743
La fabulosa película de Wilder.


Y llega entonces un Billy Wilder , uno de los nuevos directores del sonoro. Aunque hayan pasado años, ella sigue anclada en sus recuerdos. Él trae muchos bríos, pues quiere convencer a la musa para que interprete a un personaje para el que se ha inspirado en la vida de Negri. Una vieja estrella de cine mudo. Y quizá le dijese como Joe en la fabulosa escena de Sunset Boulevard.

"- Usted es Norma Desmond. Salía en las películas mudas. Era usted grande. 
- Soy grande. Son las películas las que se han hecho pequeñas"

De Paramount Studios - -, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1382730
La "gloriosa" Gloria Swanson interpretó a Norma Desmond
en la gran pantalla


 Puede que continuase la conversación de la siguiente guisa. Es parte de nuestra ficción.

- He pensado en usted, en realidad, Norma Desmond es usted, con algunas licencias que me he permitido para aligerar la trama. 
- ¿Qué ha pensado? Me canso de tanto hablar. - Un pitillo florece en unos labios resecos, hasta que sirve también en la copa del cineasta, unos dedos de Veuve Clicquot. 
- Qué usted sea nuestra Norma Desmond en nuestra película. Se lo ruego encarecidamente.
- Quiere que interprete el papel de una vieja estrella del cine mudo acabada. Yo vivo ese papel que tanta ilusión le hace, cada día. ¿Quiere que me convierta en el hazmerreír de todo Hollywood?
- No era eso.- Indeciso, Wilder, titubea en esa pieza repleta de un polvo que casi se puede masticar. Quizá no hubiere sido buena idea. Su amigo Ernst Lubitsch se lo había sugerido. Pero si no es posible, no es posible.- Bueno, señora.- Cogió el chambergo que acunaba en sus piernas mientras estuvo sentado, se levantó e hizo el ademán de saludarla. 
- Si quiere un consejo señor Wilder, contrate a Gloria Swanson para ese papel, le vendría como anillo al dedo. Es una fracasada igual que yo, y por tener los focos una vez más sobre sí, es capaz de matar. No dijo que ella no quería ser una Mabel Normand más, sino que era Gloria Swanson. Yo también soy única, soy Pola Negri. - Se irguió como un pavo real la vieja dama del celuloide. Aquí acaba una recreación, perdonen las licencias, basada en un rumor que corrió por aquellos días. Wilder quería a Negri para su Norma Desmond. Sin embargo, ésta rechazó el papel por el temor de ser escarnecida una vez más por la crítica. Ese guante sí que fue recogida por la Swanson, una estrella maravillosa, que dio su último canto de cisne en Sunset Boulevard. Una película que habla de algo más que del ocaso de una estrella del cine mudo. De la fama, su crueldad, de cómo el progreso carcome la esperanza de los que un día estuvieron en la cima, del maltrato por un insolente olvido a todo aquel que deje de ser actualidad y sobre todo de la no aceptación de nuestro propio proceso de envejecimiento. 


De El Gráfico - http://www.elgrafico.com.ar/thumbs.php?id=15372&w=1500&h=2000, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=53879560
La bella polaca, estrella del cine mudo


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