Una retórica desusada por su crudeza, nos transporta a un Sur de Estados Unidos salvaje, que en los albores del siglo XX - el autor nos da sucesivas pistas y parece que la acción transcurre cuando los bolcheviques están tomando el poder en Rusia - da muestras de un racismo que se manifiesta en 1280 almas sin ambages ni velos. De hecho, en algunas escenas se piden abonos extras para cualquier tarea en la que se hallen los hombres de color incriminados, o el título de la obra también da pie a las disputas, cuando a su protagonista principal le rebaten parte de la importancia del cargo que ostenta, porque dentro de esas almas de su condado, no caben en la cuenta los negros.
"—Si —dijo Buck, volviéndose hacia mi—. Mira, Nick. Los mil doscientos ochenta comprenden también a los negros, porque los leguleyos yanquis nos obligan a contarlos; pero los negros no tienen alma. ¿Verdad que no, Ken?
—Muy cierto —dijo Ken."
Un sur imaginario pero al mismo tiempo tan acre como la realidad. Ya lo hemos contado: el mundo convulsionado por revoluciones, gira distante a las cuitas del personaje principal. Un verdadero lerdo en apariencia, que lleva la placa del Sheriff y que tampoco sabe hacer otra cosa, por lo que lanzado al período electoral realizará todo tipo de argucias para mantener el cargo. En la disputa desigual, porque se enfrenta a un ser angelical, Nick Carey establecerá una buena estrategia para que el otro candidato se vea en apuros o incluso se plantee renunciar a la carrera electoral. No en vano, el sheriff Carey conoce las debilidades del ser humano, y el atisbo de un rumor desencadena una oleada de invenciones, que bien orientadas....
Si no bastasen los apuros que asolan al necio de Nick en su reelección, tiene una mujer y un cuñado que considera "retrasado", unas rémoras para prorrogar su mandato y que le hacen imposible la vida. Ambos le exasperan porque el uno se ha convertido en un fisgón - va brujuleando por Pottsville, y espía al más pintado, por supuesto a su cuñado, que no tiene precisamente una conducta intachable - mientras que la mujer fue una fulana/arpía que le cazó con un ardid. Lo asume con deportividad hasta que busca una trama para deshacerse de ella. El personaje nos fascina, sus maquinaciones y su lengua, en algunos momentos nos inspiran ternura y en otros lo trastocan en un iluminado. En un entorno violento, que menosprecia al débil, parece que Thompson le enviste de unos ropajes de héroe, presunción que se nos esfuma en la siguiente escena.
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Las revistas del género Pulp congregaron
a grandes autores como Chandler, Hammett, o
Ray Bradbury
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Porque Jim Thompson no nos da tregua, y nos conduce casi sin aliento por sus páginas, que no tienen desperdicio en la construcción de un magnífica historia. La falta de escrúpulos, la holgazanería de su personaje no le hacen disminuir su determinación. El Sheriff Carey resulta sin duda uno de esos descubrimientos literarios, que la prestigiosa Biblioteca Gallimard, con uno de los catálogos más potentes del siglo XX, supo apreciar para incluir la obra de Jim Thompson en su famosa Serie Noire. Un picaflores que aprovecha la estela de las circunstancias para bogar en el mismo sentido, el de sus intereses. Son muy divertidas las subtramas de todo un galán, que tiene el aliento de su cuñado pegado a él.
A pesar de que nos haya encantado su literatura, algunos expertos del género atribuyen el desconocimiento de este gran autor, a una censura encubierta. Porque si Cosecha roja de Hammett (1)denuncia la corrupción como epítome de una época o de muchas épocas, y por tanto se consideró en su momento una obra incómoda, Thomson nos muestra eso y lo más escabroso del ser humano de manera demasiado descarnada. Quizá sea por eso, que superados los escrúpulos de enseñar a unos personajes reales y macabros como la vida misma de determinados lugares, que haya llegado el momento de difundir la gran obra de Thompson, muy desconocida en España.
Con razón el gran cineasta, Stanley Kubrick, creyó en relación a 1280 almas que se trataba de " La historia más escalofriante que haya leído jamás sobre una mente deformada por el crimen". Pues sin duda, lo más fascinante de la novela es la evolución del personaje principal en el curso de las páginas, que es cuando se nos revela como ciertamente poliédrico. Desde el zonzo que abre las primeras páginas, pelele de una arpía chillona, y que es manejado por sus amantes, que le exprimen la savia de su juventud. A medida que discurrimos por la historia, descubrimos a un manipulador que sabe de las pasiones y congojas de los que les rodean. Y los va a trastocar y explotar, para que obren según sus intereses, que no son otros que los de repetir como Sheriff(2).
A pesar de que nos haya encantado su literatura, algunos expertos del género atribuyen el desconocimiento de este gran autor, a una censura encubierta. Porque si Cosecha roja de Hammett (1)denuncia la corrupción como epítome de una época o de muchas épocas, y por tanto se consideró en su momento una obra incómoda, Thomson nos muestra eso y lo más escabroso del ser humano de manera demasiado descarnada. Quizá sea por eso, que superados los escrúpulos de enseñar a unos personajes reales y macabros como la vida misma de determinados lugares, que haya llegado el momento de difundir la gran obra de Thompson, muy desconocida en España.
Con razón el gran cineasta, Stanley Kubrick, creyó en relación a 1280 almas que se trataba de " La historia más escalofriante que haya leído jamás sobre una mente deformada por el crimen". Pues sin duda, lo más fascinante de la novela es la evolución del personaje principal en el curso de las páginas, que es cuando se nos revela como ciertamente poliédrico. Desde el zonzo que abre las primeras páginas, pelele de una arpía chillona, y que es manejado por sus amantes, que le exprimen la savia de su juventud. A medida que discurrimos por la historia, descubrimos a un manipulador que sabe de las pasiones y congojas de los que les rodean. Y los va a trastocar y explotar, para que obren según sus intereses, que no son otros que los de repetir como Sheriff(2).
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Con cada entrega mensual, sus relatos
sobrecogían a sus lectores
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(1) Quizá el activismo de izquierdas de Dashiell Hammett fuese otra dificultar para que se publicase su obra en España.
(2) Como último apunte, reseñemos que algunos críticos de la obra de Thompson entrevén en Nick Carey, los rasgos del padre del autor. Un Sheriff, cuya vida giraba en torno a las prebendas del cargo. Adinerado, fue esa posición privilegiada, aun cuando su final que dejaremos para inquietud del lector, es bien diferente a la ficción. Sería en todo caso adentrarnos en una tarea de psicoanálisis para las que tampoco nos vemos preparados.
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