L a sombra pérfida de su hermana se derramaba por la floresta del patio, cuando le hubo amenazado con desflecar unas cuantas hojas más de Madame Bovary para martirio del joven Luis, que huía de las horas más plúmbeas asaltando la " capilla literaria " que el padre, el General de Brigada Bernardo Cernuda y Bauzá, guardaba con celo. Adusto hasta las más insondables consecuencias, el militar había prohibido a su progenie entrar en la biblioteca en su ausencia.- ¿ O juegas con nosotras, o acabo con este libro, Luisito? - La hermana cruel enarboló un libro de viajes de Roma, el preferido del futuro poeta y en el que se recrea durante las siestas interminables de una Sevilla, que se derrite con la canícula de julio. - Te lo digo en serio, sube con nosotras a la azotea. - Si dejas el libro encima del banco.- Lo dijo Luis con el aplomo de quien desarticula una banda de maleantes.- Luego las tijeras.- Las tijeras - pistolas cayeron con estrépito.- Cuidado, que vas a desperta
Un viaje por la historia y la cultura