¿Qué se puede contar de Picasso
que no hayamos contado todavía? Del artista más terne, tuvimos noticias. No se
arredraba ni ante el oficial de la Gestapo que le había preguntado,
suponemos que carente de malicia o quizá con desprecio, si él era acaso el famoso autor del Guernica.
A lo que el genio malagueño, le sermoneó que "no, ustedes lo
hicieron" (se refería con ironía a que La Legión Condor había
sido la causante material de la masacre; ver historia completa en este
estupendo hilo ). Recordemos que visiones renovadas, alejadas de
la leyenda rosada de un París resistente, que sí lo hubo pero también el
que se avino a una convivencia más pacífica con los invasores, entre ellos
Picasso, ha salido de los cendales de sombras, con una bibliografía
que aviva el interés por una época en la que existieron los matices (1). A
pesar de la bravuconada del Guernica, no sabemos si apócrifa, el pintor
vivió encerrado en la burbuja de su arte durante la ocupación y fue finalizada
ésta, cuando tomó parte más activa en la política y se afilió al partido
comunista, gracias a la insistencia de su amigo Aragón.
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El legendario cuadro, que denunciaba la barbarie de la guerra
De Papamanila - Fotografía propia, CC BY-SA 3.0,
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=9469068
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Fuimos conocedores de las tensas relaciones con el partido, que siempre oscilaron
por un fino alambre: el regusto por el lujo, la consagración a las artes
amatorias, le convertían en un hombrecillo burgués, es verdad que dotado de un
talento desbordante, que hasta reconocían los críticos más ortodoxos del socialismo
real. No obstante, en otra parte, nos hicimos eco de las
polémicas que originó el retrato de Stalin que abría
la portada de las Lettres Françaises, para vindicar la
figura del dictador en su muerte, pero que le hicieron objeto a Picasso de
las críticas más acerbas de su propio amigo, Aragón,
devoto de las musas y del estalinismo más duro (en este
artículo de El País, las raices de la polémica. ) . De nada le
valió a nuestro compatriota, que hubiese creado el símbolo comunista de la paz,
la paloma, que tan efectiva fue para reblandecer las conciencias en Occidente,
mientras la URSS se pertrechaba de armas hasta los dientes. Que a la postre caricaturizase
con semejantes trazas al gran dictador, enemigo declarado del subjetivismo en
cualquier expresión artística, no dejaba de ser sin duda irónico. Para
mayor escarnio, el Daily Mail se tomó a chacota el retrato, del
que hizo una crítica mordaz, comparándolo con la Mona Lisa, por
unos aires femeninos "una mujer con bigote" hurgando de
este modo involuntario en las diferencias entre Picasso y sus camaradas(2).
Incluso
abordamos la maestría inusual de Don Pablo con la que se reinventaba pasados los años, lo que le obligó a trasponer sus propias limitaciones, para
escribir de su puño y letra la historia de la modernidad del arte. ¿Qué
quedaba del niño que a los trece años había ingresado en la Escuela
de Bellas Artes de Barcelona? Junto a Bracque iba a
inventar el cubismo, no quería que la sombra de Matisse se
alargase tanto, que trocase a todos los demás artistas en simples convidados de
piedra a la fiesta de la modernidad, con Henry de anfitrión. El
malagueño, mixtificador y auténtico succionador de ideas
,
que convergían en su genio, dijo haber tenido una visión ancestral de dos
figuras religiosas españolas, que le impelieron a innovar ( ver ¿es el Guernica es una inspiración de las musas o un plagio? ). Más tarde encontró
el camino en una exposición de arte tribal, que laceró sus retinas con
llamaradas de creatividad por la ingenuidad que desprendían los rostros de
los tótems, frente a un mundo moderno que había perdido cualquier rastro
de inocencia. De modo, que comenzó a laborar para alumbrar las famosas Señoritas
de Avignon, mujeres de vida alegre. La sensualidad de Ingres,
o las noches en los lupanares barceloneses habían aflorado en aquella visión
mística y de adoración al cuerpo femenino. Sin embargo, no fueron bien
recibidas, algún crítico amigo suyo, apostaba que no a mucho tardar, tras el
lienzo se bambolearía colgado de una soga el cuerpo inerte de Picasso, después
de semejante fiasco. Como solemos decir, con amigos como éstos, para qué quiere
uno enemigos.
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Dominador y tirano del arte del siglo XX,
la muerte, la vejez y la soledad le devastaron
http://www.magicasruinas.com.ar
/revistero/internacional/
pintura-pablo-picasso.htm,
commons.wikimedia.org
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También ha destilado mucha tinta aquel París primigenio en la vida de Picasso, cuando lacayuno
mendigó el favor de una americana rancia, que con todo, mimaba de forma maternal
a todos los artistas. Que además fue la muñidora de la famosa frase, origen del nombre de una de las generaciones literarias americanas más importantes, La
Generación perdida. Allí, a la mesa de Gertrude Stein, se
arracimaban los creadores más aclamados, o aquellas promesas en los que la
mujer macerada, intuía un futuro dorado. Que Gertrude mirase con ojos de
cordero a su adversario, ¡ otra vez Henry Matisse! le hacía bajar a Don
Pablo a los infiernos donde vegetaba en la vacuidad de la intrascendencia.
Era el Picasso más joven que se quería ganar un nombre junto a su
amigo, Carles Casagemas, no carente de talento y que gozaba de
muchas puertas abiertas en la vasta urbe, que franqueó junto a su
compatriota malagueño. Por esta y otras razones, el suicidio de Carles le iba a
sumir en una de sus crisis más trascendentales, que le afectaría tanto en su
faceta artística como de forma más notable en las futuras relaciones con sus
parejas.
El drama se escribe en dos simples actos. Casagemas bebió los vientos por una
mujer desinhibida para los tiempos y más viniendo de la
católica España, que se llamaba Germaine. Pablo
y su inseparable amigo, se habían topado con todo un bestiario de
criaturas noctámbulas, mientras los desvelos artísticos seguían revoloteando
por la cabeza de nuestro protagonista. Parecen días esforzados y de grandes
divertimentos, hasta que la amante del amigo decide abandonarle
- se ha especulado que quizá por su impotencia sexual - lo
que conduce a Carles a apretar el gatillo contra su sien. Ese recuerdo
imborrable, el dolor de la pérdida irreparable, aboca a una honda crisis en el
quehacer artístico y vital del malagueño. Da comienzo a su tanto incomprendida
como aclamada más tarde Etapa azul. Pablo se rebela por la muerte: él se
encontraba cuando aconteció la desgracia en Madrid, y a su regreso a París, lucha por poseer
a aquella mujer que había rechazado a su inseparable camarada. Dicen
que aquella experiencia traumática, de la efímera fidelidad o carácter
volátil de las mujeres, así lo entrevió nuestro artista, provocó que se
aguzasen aún más los rasgos de psicopatía con relación a sus parejas.
El espectro de su amigo le persiguió, como si le reprochase que en cópulas
interminables, rindiese a la desdeñosa Germaine, cuya
renuncia procuró a Casagemas la desdicha. Así Picasso se
refugió en el arte, como hizo durante el resto de su vida, para componer
una serie de lienzos influidos por un autorretrato de Van Gogh
y El entierro del Conde Orgaz, que le ayudasen a sobrellevar el
duelo y la traición al amigo. Más difícil le resultó olvidar cómo
Germaine puso a otro en el lugar del desgraciado Carles, sin reparos.
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Autorretrato de Van Gogh, que inspiró las obras que
le dedicó a su amigo muerto Casagemas.
De Vincent van Gogh - 1. Web Museum.
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(1) A esta
revisión de la Francia ocupada, tenemos como avanzadilla, autores de la
talla de Patrick Modiano, merecido Premio Nobel de
literatura 2014 y que siguió la máxima picassiana de que en arte, había
que asesinar al padre para sobre sus cenizas construir algo nuevo. El
escritor francés hizo lo propio con su obra literaria, que en buena parte se
adentra en aquella época de traiciones patrias, con vocación desmitificadora
( Céline se posicionó descaradamente del lado de los
invasores, ver esta entrada que le dedicamos
en el Azogue).
(2) El genio vivía
por aquella época entre tormentas internas, debido a cuitas amorosas
- por primera vez le abandonaba una mujer- y se sentía demasiado frágil,
porque volvían a brillar sus temores a la edad y a la muerte. La soledad es una
red fría de escarcha que invita a la reflexión, con más crueldad en el
rechazado.
(3) Contaban que el andaluz repasaba todos los días la lista de amigos
supervivientes(otros prohombres tenían debilidad por las esquelas).Esa manía se
volvió más recurrente en cuanto falleció su adversario,Henry Matisse.Tempus
fugit.
Buen artículo. Es difícil saber las verdaderas motivaciones de un artista, aunque él mismo (supuestamente) las "confiese". Pero es obvio que el entorno pesa especialmente en un creador (sea Picasso u otro).Porque, aparte de inspirarle en su obra, el ambiente pone a prueba su sensibilidad a flor de piel. Y a veces puede llegar a atormentarle, sin que eso justifique el suicidio, en principio. Pero lo que sí está claro es que esa sensibilidad extrema (que lleva a algunos a enfrascarse en la creación artística) no siempre halla en el propio arte la necesaria válvula de escape. Supongo que eso último es lo que sucedió con Casagemas, no sé...
ResponderEliminarGracias,Bonifacio.Es difícil indagar en la psique humana y todo el racimo de expertos en Picasso que otorgan una gran importancia a este episodio y hacen diversas interpretaciones,se mueven en un limo especulativo.No es menos cierto que tuvo gran trascendencia,la pérdida del amigo es palpable en el poso de tristeza del periodo azul,pero hacer un análisis casi freudiano del mismo,para intuir algunos rasgos de psicopatía del artista malagueño en su relación con las féminas,me parece un salto muy grande.Como lo leí,me pareció una excusa para tratar el anecdotario de Picasso.Un abrazo y nos seguimos leyendo.
ResponderEliminarTienes razón. Lo que pasa es que, cuando un artista destaca mucho, se exprime su obra primero y su biografía despúes, aunque sea especulando demasiado sobre esta última. En todo caso, la obra es lo que importa. La biografía, como mucho, aporta ciertas claves para entender la obra algo mejor. Pero para apreciar la obra en sí, no hace falta siquiera, aunque es interesante conocer algunos datos.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Ahí estamos, Bonifacio, me has leído el pensamiento. Se llega a crear una aureola poética, que en algunos casos te deja patidifuso. Recuerdo que uno de mis héroes de adolescencia, fue Amedeo Modigliani y me empapaba de cualquier cosa que saliese a relucir hasta en el último retazo de una revista. En una biografía, el autor sumido en un delirio mayor que el mío, escribía que de " una noche vulgar a una noche encantada" un vagabundo ebrio de pasiones, se metamorfoseaba en un bohemio genial. La varita mágica, cuando cualquiera que conozca someramente su vida, sabe que fue un trabajador infatigable. Quién no se iba a sentir atrapado por esa prosodia, y las veleidosas musas, que tornan a un cualquiera en uno de los artistas más importantes del siglo XX.
ResponderEliminarEs que el arte de Modigliani es hipnótico, con esas figuras humanas tan estilizadas que miran directamente al espectador con misteriosa melancolía. Con una energía fría y enigmática al hacerlo, como de llamas a medio apagar... Creo que la inspiración consiste en ir guardando inconscientemente impresiones y emociones personales heterogéneas hasta que uno encuentra por azar cómo unirlas en un todo. Y a ese azar final lo llaman inspiración, cuando sólo es el paso último (el aglutinante) de un proceso minucioso más o menos consciente que, además, no acaba nunca.
ResponderEliminarSaludos.
Tenemos casi los mismos gustos,Bonifacio,me has levantado con esas metáforas tan vivida.Es verdad que esas máscaras hieraticas y las cuencas de ojos llenas de oquedades, nos seducen con el misterio de sus emociones.¿Tristes,alegres,llenas de congojas? Casi llegó por otro camino que Picasso....Modi maduro tras mucho trabajo,pasó por varias etapas buscando su estilo, imitando a Cezanne,hasta que se topó con el suyo propio,sublimamdo esas experiencias heterogéneas.Pero era un trabajador infatigable.Cuando empezaron a fallarle los pulmones en la fase final de su tuberculosis y a pesar de que la trementina y mezcla industrial de óleos agravaba su dolencia,Dedo inmune a su mal, seguía trabajando.Fue una constante durante toda su vida.Seguimos leyendonos.
EliminarUn luchador del arte y de la vida.
EliminarEstoy mirando los retratos que le hizo a Jeanne Hébuterne, que me encantan. Saludos.
Pues le hice una especie de monografía a esos años locos, y a su compañera infatigable, la bella Jeanne Hébuterne, de malhadado final. Y tengo en el tintero su famosa historia de las tres efigies. Se había rumoreado que Modi había regalado cuando era un don nadie tres efigies a un amigo, pero como no las había aceptado, cansado de las ínfulas del artista, y le había espetado que las tirara al foso - se refería a los canales de la ciudad portuaria de Livorno- ´se creía que estaban en algunos de esos canales. A un avezado historiador de arte, se le ocurrió imitar el estilo de Modi, y recuperar de la nada las tres cabezas. El hallazgo acaparó las noticias en Italia en los años 80, hasta que se destripó el enredo.
ResponderEliminarUn saludo, Bonifacio. Todavía me deleito con tu maravilloso anecdotario. Alguna la tomaré para sacarlo en momentos propicios.
https://elazoguedemidesespero.blogspot.com.es/2016/02/numero-8-de-la-rue-de-amyot.html Este es el enlace de la historia, por si te apetece leerla. Seguimos leyéndonos. Un saludo.
ResponderEliminarInteresante lo de las tres efigies. Acabo de leer la historia de la rué de Amyot. Muy interesante y visual tu "pintura propia" de ese ambiente (ya que en el propio texto dices que te justan esos juegos de palabras). Era una época donde el arte y la pasión iban unidos, en todos los sentidos. Ahora vivimos tiempos más racionalistas (demasiado, diría yo)
ResponderEliminarEl anecdotario lo iré aumentando poco a poco. Me alegra que te guste.