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¡LGM1, nos invaden los marcianos!


A escondidas, las tres figuras masculinas mascullaban soliviantadas qué fin dar a la paradoja que escondía la señal registrada por la antena del observatorio. Les ponía en una complicada tesitura, porque el radioespectro revelaba una frecuencia insospechadamente regular ¿Por qué?  ¿ Y sobre todo qué hacer? Son preguntas que aquella noche les reconcomieron por dentro, y que habían sobrevolado la pieza como fantasmas, sin saber ninguno  a qué atenerse. En cualquier caso, uno de los tres atribulados profesores recordó un viejo adagio de los astrónomos en cuanto a  que una repetición de la señal es algo excepcional, dos un hecho prodigioso pero tres un fenómeno imposible. Se habían quedado sin palabras, puesto que el pico en la gráfica se repetía con la misma frecuencia, un segundo, y eso sólo podía significar que era emitida por un ser inteligente, desde el otro lado del espacio. El más joven de ellos, con los ojos llorosos por el escozor que le produjeron el humo de los pitillos, sugirió que quizá lo mejor fuese desembarazarse del radioespectro. Sólo ellos tres estaban al corriente de su existencia- Puede que Jocelyn también se pregunte por la naturaleza de la señal. Y no debemos eliminarlo, excede de nuestras competencias. - Contrapuso el científico más experimentado.



Una señal venida del espacio que alimentaba muchas especulaciones

  - De todas formas, no se puede lanzar nuestro descubrimiento de modo alocado. Pensemos, caballeros.- Confusos, se sumen otra vez en la incertidumbre de sus pensamientos. La radioastronomía estaba en boga en los años sesenta del pasado siglo, ya que llegaba a escrutar adonde a las lentes se le insinuaban únicamente manchas borrosas. En realidad toda la ciencia estaba de enhorabuena: el lanzamiento del Sputnik significó un aldabonazo para la investigación en los países sajones, que creyeron tener la delantera en la carrera espacial, y a los que los rusos habían puesto en evidencia con una tecnología muy primaria. Había que avanzar y los gobiernos incrementaron de forma cuantiosa los presupuestos para ciencia, considerada siempre la hermana pobre del Ministerio de Hacienda(1).

- Yo sigo pensando que deberíamos hacer desaparecer el registro de la señal.- El más lánguido y escéptico, giró sus párpados pesadamente.  - Imaginaos, que este descubrimiento llega a conocimiento de la opinión pública. Por supuesto, esos sandios en medio de la histeria que se armará, querrán comunicarse con los amigos marcianos.- Mustio ante la perspectiva que él mismo avizoraba, añadió.- Y qué pensar de un planeta azul con una gran cantidad de recursos, ¡pues invadirlo! 

- Es un  tema que concierne claramente a la seguridad nacional.- advirtió el tercero de ellos,que limpiaba las cenizas de su overol blanco y respondía al prototipo británico, con mucha flema. .- Yo lo pondría en conocimiento de los servicios secretos. El MI5 y el MI6. Suena a novela de James Bond, pero nosotros no estamos capacitados para entender las implicaciones de este hallazgo.
   
- Quizá cuando la señal ha llegado a nosotros, esa civilización esté extinguida y no represente una amenaza para la humanidad.- Repuso el díscolo efebo, que parecía que no escuchara  a nadie.

Pero la doctorando Jocelyn Bell irrumpió en el departamento del profesor Antony Hewish  con una sombra de locura reflejada en sus ojos. ¡¡¡La invitada inesperada por todos!!! Su tutor de doctorado tenía una política de puertas abiertas, por lo que le había sorprendido el secretismo de una reunión que remedaba a una extraña camarilla de intrigantes. Preguntó si pasaba algo. Su tutor le informó de la importancia del descubrimiento, una frecuencia regular en las observaciones que produjo más desazón de la prevista en la joven. Escasa de peculio, tenía que ceñirse a un calendario muy estricto en su programa de investigación si no quería irse con el rabo entre las piernas de vuelta a su casa, y ¡¡¡ahora aparecían esos malditos hombrecitos verdes!!!. No cabe duda que la joven Bell receló de su mala suerte,cuando se fue a cenar rumiaba contra su malhadado sino y entonó una letanía de lamentaciones. Había peleado tan duro en la universidad, donde los compañeros de clase se mofaban de su presencia en la Facultad de Física a mandíbula batiente. Aprendió a controlar sus arreboles, y quizá, asomasen en los sueños de aquella noche el coro de caras con semblantes divertidos que le acosaban en el  College - una mujer en ciencia....jajaja- así que el recuerdo de sus jocosos y cizañeros compañeros la espolearon para levantarse de la cama y  desafiar el problema que le planteaban los extraterrestres.  

La misma noche de la célebre reunión departamental, cogió un termo, con todas las capas de ropa de las que pudo embutirse y unas mantas con las que se arrebujó mientras examinaba el material que vomitaba la impresora. Leyó y requeteleyó los espectros, la noche avanzaba sigilosa entre los pitidos de los aparatos de registro, hasta que la doctorando Bell que había buceado en estelas inmensas de celulosa, descubrió que desde otro lugar del mapa interestelar alejado de la primera señal que les había desconcertado, registraban otra frecuencia casi idéntica. No podía tratarse de tanto azar, así que la joven determinó que era un fenómeno natural.  Refinando sus apreciaciones, el equipo compuesto por la doctorando y los otros profesores, llegaron a la conclusión de que se trataba de un fenómeno natural que llamaron púlsar, y que era en realidad una estrella de neutrones (2), que giraba sobre si misma produciendo una frecuencia regular. Publicaron todas sus conclusiones en la revista Nature, lo que generó un enorme revuelo en la comunidad científica y en la prensa de todo tipo. Les entusiasmaba el papel fundamental jugado por una doctorando en la resolución del misterio, frente a investigadores de carreras muy dilatadas. Jocelyn confesó sentirse después como un pedazo de carne. 


Con 500000 veces la masa de la tierra, una estrella de neutrones
puede estar concentrada en un barrio del tamaño de Brooklyn 


Más tarde, la Academia sueca premió con el Nobel de física solamente a Antony Hewish como descubridor del púlsar .  Excluyó  ominosamente en nuestra opinión a Jocelyn Bell, balbuciendo como excusa que era una estudiante de doctorando. A pesar de que la brillante científica registrase la secuencia anómala, y resolviese el enigma  de la regularidad de la frecuencia, su papel fue claramente minusvalorado por la Academia ¿Pudieron ser los prejuicios los que nublaron el buen sentido del jurado de la Academia? Arguyen a su favor, para que no se les acuse de machismo, que premiaron dos veces a una mujer, Madame Curie, pero no es suficiente pretexto. Jocelyn no fue reconocida por un descubrimiento en el que su intervención resultó clave. Sin ella, el equipo de Hewish podría haber incurrido en los mayores de los ridículos, con vaticinios que incluían hasta la invasión de los enanos verdes. Con humor, ella misma bautizó a este primer púlsar observado LGM1 (Little Green Men 1). 

Por otra parte, la propia Madame Curie se dejó llevar por los prejuicios cuando rechazó a Enrico  Fermi que quería formar parte de su equipo. Un latino no podía ser un buen científico. Con todo, Fermi llegó a ser uno de los físicos más importantes de la historia. Los prejuicios nos confunden, a eminencias como la gran investigadora polaca, a academias sea por doctorandos o por pertenecer al sexo femenino, el caso es que nos llevan a cometer verdaderas injusticias y omisiones como de la que fue víctima Bell. Esta es la moraleja si es que hubiere alguna de esta historia, con una dramatización es cierto que esperemos que nos disculpen los lectores, el episodio que raya con la ciencia ficción, fue sin embargo real. Ella es una defensora del papel de la mujer en la ciencia, porque son complementarias a los investigadores masculinos. Su tesón le llevó a desentrañar rápidamente uno de los enigmas que se le presentaban a la ciencia. Yo suscribo la opinión de la soberbia científica, Jocelyn Bell. 

De Launch_of_IYA_2009,_Paris_-_Grygar,_Bell_Burnell.jpg: Astronomical Institute, Academy of Sciences of the Czech Republicderivative work: Anrie (talk) - Launch_of_IYA_2009,_Paris_-_Grygar,_Bell_Burnell.jpg, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=9988968
Imagen de la científica Jocelyn Bell en
el IYA 2009 París, descubridora del pulsar
( Wikimedia Commons).



(1) Curiosamente, en la comunidad científica fue celebrado el logro, y algunos científicos occidentales llegaron a poner nombres rusos a sus mascotas, identificados con hitos del proyecto del satélite soviético. Con alborozo, como en el caso de la familia de nuestra protagonista, dejaban que se posase la silueta del engendro ruso en su telescopio, para que todos ellos admirasen el artificio humano. Una reacción contraria, rayana con el pavor suscitó en la población general y en los gobiernos, que iniciaron cazas de brujas a raíz del lanzamiento del Sputnik. El factor positivo fue el que señalamos en el post, el hecho de que se invirtiesen grandes cantidades de recursos en ciencia.

(2) A Freitz Zwicky le tacharon de loco cuando afirmó la existencia de dichas " aberraciones " cósmicas, las estrellas de neutrones, dado que la lógica humana  no se aviene a tamañas proporciones. ¡¡¡¡Una esfera de 20 kilómetros  de diámetro que contenga medio millón de veces la masa de la tierra!!!! Pero el excéntrico astrónomo suizo de origen búlgaro tenía razón.

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