N umerosa tinta ha destilado el tango con sus polémicas de arrabal, esparcidas en dominicales que lectores hojean desde la distancia, con labios aparvados de asombro.Añadamos las cuitas entre seguidores de cantantes, que minusvaloran al presuntamente adversario - donde cabe uno no puede estar el otro- y que nos dejan boquiabiertos porque vienen cargadas de hiel . En el tango quizá lleguemos todavía más allá- no es cuestión de Julio Sosa o sólo el "polaco" Goyeneche - hasta denostamos países mientras discutimos por los orígenes de la estrella más emblemática, que reunía todo, una voz coloreada, un semblante de caballero por encima del bien y del mal, como aparece Carlos Gardel en las cintas que llegó a rodar antes de su trágico final, que conmovió al mundo ( no alcanzó a los suicidios en masa que se produjeron tras el deceso de Rodolfo Valentino , pero Don Carlos era una estrella de proyección global en 1935). Magníficos af...
Un viaje por la historia y la cultura