Para leer el
primer capítulo de este cuento:
Para leer el
segundo capítulo de este cuento:
Y la madrugada
cedió su cetro al día. El chambelán no pudo dejar de pensar en la niña de ojos
azules.<<Si le demostrara todo mi amor....aunque no puede ser con versos,
porque tengo fama de componerlos fácilmente, cuando los necesito para mis
conquistas amorosas>>, hablaba para sus adentros.<<Tiene que ser
una prueba definitiva de mis sentimientos, ahora que he descubierto el
auténtico amor. Qué más da si es princesa, yo soy caballero valeroso, que gané
cientos de batallas para su padre>>. Cavilando, cavilando la nueva noche
engulló la figura del chambelán. Paseando por los rosales se le ocurrió
algo.-Ya está, la prueba de mi amor.- gritó y esperó hasta encontrarse con la
princesa.
Era una mañana
calurosa en la que los sauces lloraban ante tanta hermosura. <<Ojalá
esculpieran en mi tronco el nombre de ella>> parecía decir el más alto.
Camino imaginario de estrellas pintaba la mente del chambelán, cuando presentía
a lo lejos la figura femenina de su amada.
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La Sicilia eterna y profunda. |
Hasta que una mañana el ladrón de
corazones, asaltó los pensamientos reales, cuando había llegado a su altura.-
Señora mía, no he dejado de pensar en sus labios, oasis de amor, ni por un
instante.
-
¡Qué osadía, chambelán!.-respondió
sorprendida.- Sabe bien, que nunca podría ser su amante.-seguía indignada.
-
El amor no conoce de estatus, ni
siquiera de momentos adecuados. –al decir esto, el músculo de 51 pulsaciones
por minuto apedreaba su pecho-Los corazones cabalgan desbocados cuando amor
está subido a ellos-replicó.- Por eso, quiero darle una prueba de mis
sentimientos.
-
Sí, cuál.- la vehemencia del caballero
atrajo la curiosidad de la princesa
-
Durante cien noches esperaré sentado
debajo de su ventana.- entre la anisedad y la saliva tuvo que parar su
exposición unos segundos.- La noche que
su majestad sepa que me quiere,sólo tendrá que abrir la ventana, que yo
entenderé.
-
De acuerdo, caballero.- como quiera
que todo aquello le parecía un juego,no dudó en aceptar.<<Seguro que no
aparece ni la primera noche>>rió interiormente.”
-
Las noches se sucedieron una detrás de
otra. Y el chambelán no faltaba nunca a sus citas, Totó.- con las manos intentó
Alfredo reflejar la grandeza de los sentimientos del caballero de pelo ralo.-
Lloviera, nevara, hiciera frío o calor, el muchacho permanecía allí, de pie o
sentado, debajo de la ventana de la amada.
-
¿Qué fue de la princesa?.-preguntó
interesado el joven.
-
Aburrida por las fiestas vacías de
palacio, prestaba cada vez menos atención a los príncipes, venidos de los
sitios más remotos.- Acercaba los ojos, casi sin querer, a los huecos que las
cortinas de palacio dejaban a las miradas curiosas del exterior. De soslayo
comprobaba, que él continuaba esperando en la noche amoratada.<<Eso si es
amor>> pensaba ella<<Pero esperaré hasta la última noche,porque
quiero comprobar si es verdadero >>.
-
¿Entonces, acabaron juntos?.- caviló
Toto, a media escala de un intervalo
interrogativo y afirmativo
-
No, verás.-prosiguió Alfredo.- El
caballero recibió la visita de su hermana, en una de esas noches..........
“ - Mamá ha
muerto.- contó al caballero.La hermana, pelo lacio moreno, se desvaneció en la
oscuridad de la noche.
-
<<¡Cuántos
recuerdos!>>,las lágrimas de remordimiento bañaron hasta la hilera de
cabellos.”
-
Como alma en pena deambuló durante el
entierro. No pudo perdonarse el no haber estado las últimas horas con su madre.
¡Qué tristeza!.-tosió Alfredo.- La última semana le aguardaba...siete, seis,
cinco, cuatro, tres, dos y la última
noche llegó.- un requiebro silencioso aumentó la expectación de Totó.-El aire
comenzó a soplarle en todo el cuerpo. De repente, sintió dolor de cabeza; la
pierna mala una punzada le dio. Movía
las manos, lagrimeaba en abundancia. Rió al recordar la cara de luna de su
madre, que redonda esbozaba una sonrisa.<<¡Qué bonita es la
vida!>>. Cogió la silla que durante noventainueve días soportó el peso de
su existencia y se marchó.
-
¿Cómo puede acabar un cuento así?.¿No
triunfó el amor?.-protestó Totó.-¿En la noche cien se marcha?. No entiendo el
final, qué quiere decir
-
No lo sé, amigo. Lo escuché así, y así
te lo conté.
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Giuseppe Tornatore, quizá imaginó la mejor ópera prima, y sigue la estela de Cinema, con la creación del cine más literario |
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