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El impenetrable camarada

Poco se sabe con certeza de aquel articulista del Pravda , que apareció por Barcelona de manera inopinada una vez comenzada nuestra contienda, y ante el cual muchos callaban o se apartaban, porque venía con la aureola de la voz de su amo, Joseph Stalin ( Hugh Thomas en su gran obra sobre la Guerra Civil le llama el hombre de Stalin en España). Muy conocido entre la intelectualidad de izquierdas debido a su cargo de Presidente del Comité exterior de la Unión de Escritores soviéticos , y a que desarrolló con motivo de sus funciones, una importante labor   en el extranjero para diseminar la cultura ideológica que subyacía  en la estrategia del  Frente Popular,  a partir de 1935. Así,  el camarada  Mijail Koltsov  se desdobló en aquel período de tantas asechanzas, y v iajaba por Europa raudo; no era extraño que apareciese con su exigua maleta de cartón en París, para subrayar aspectos en la línea ideológica de las publicaciones comunistas, que debí...

Idus de Caporetto.

En las estribaciones y somontes de Caporetto , un valle esloveno normalmente silente, se desvaneció el espejismo de defensa del ejército italiano en la Gran Guerra . Quizá el excursionista oiga el rugido apagado de los cañones y perciba sutilmente la muerte entrañada en los lentiscos, pero aquel 24 de octubre de  1917 al alto mando del infame Luigi Cadorna, le llegaban noticias sesgadas sobre la debacle que se estaba produciendo en el frente. " ¡Pónme con el frente, pónme, con el frente! " Repetía el infausto general, que merodeaba por la mesa de su despacho sin saber qué hacer y que corría despavorido en cuanto llegaba cualquier comunicación del secretario del Gabinete del Gobierno, para reponerle corajudo que todavía no sabía nada. Los austriacos reforzados por divisiones alemanas habían lanzado una ofensiva, que con el paso de los días, el Regio Esercito tampoco supo enjugar. Luigi Cadorna, figura que representa como nadie la crueldad de la obediencia ciega ...

El pozo sin fondo de la creatividad de Onetti

Su voz recia nos acompaña, a saltos, que combina con una fina ironía. En sus entrevistas clavaba una gota de perfidia bien intencionada, por su escrupulosidad con el lenguaje, que rara vez fue captada por sus entrevistadores. No en vano,  Juan Carlos Onetti  se retrepaba en sus anteojos, la timidez que fluye por cada poro de su piel, para mostrarnos la sencillez de un grandísimo escritor. El mismo decía que había ejercido de tímido de profesión y es en su acendrada introspección donde nace todo el universo literario de  Santa María , una recreación a la altura de  Macondo  de su amigo  Gabo,  que ha quedado en los anales de la narrativa, con tanta fijeza como la Casa Verde de Mario Vargas Llosa . Él no era un escritor de multitudes, que se inspiraba entre la nebulosa y la hojarasca de murmullos de los cafés, sino a escondidas. En cuanto le alanceaban las musas, cogía un trozo de papel, una servilleta de confitería o un boleto del tranvía para escrib...

Cuando éramos reyes

En plena resaca, con unas bolsas que rodean nuestras ojeras tras una noche de sábado con resabios futboleros, como si en un trampolín del tiempo hubiésemos pegado un brinco de años, por supuesto envejeciendo, vuelven a la memoria unas palabras del director de cine,  José Luis Garci   (1)   Imaginemos a este ilustre atlético, sumergido en la triste melancolía de la derrota, expeliendo las humaradas azules y la voz cascajosa cabalgando por las numerosas inflexiones que caracterizan sus circunloquios.  Don Jose Luis ha repetido hasta la saciedad que salvo honrosos filmes como  Evasión o Victoria  de  John Houston , no ha habido ningún ejercicio cinematográfico que supiese plasmar la épica del fútbol. Luego con su habitual prosodia, nos evoca que el fútbol tiene ecos caballerescos y por qué no, algunos autores emparentaron a nuestros jugadores con los gladiadores de antaño. ¿Sería Cristiano Ronaldo el Publius Ostorius de Pompeya ? Y el h...

El amigo torpón

"  Para el primer paso había que comprar víveres suficientes para una semana o ayunar. También era necesario, para evitar las visitas inoportunas, avisar que uno no estaba disponible para nadie o que salía de viaje por una semana, o que había contraído una enfermedad contagiosa " (  Estrella distante ,  Roberto Bolaño )  .  De esta guisa se nos describe la atmósfera creativa de un movimiento literario de extrema derecha expelido por supuesto por la selvática imaginación del gran Bolaño, que requiere ante todo reclusión.   Había que ser un ermitaño, defecar sobre los grandes clásicos e incluso devorar sus hojas para que su genio se transmutase en nuestras manos febles en inspiración, que a resultas de los ojos observadores del escritor chileno, suponía una aspiración demasiado frágil, que cualquier insensato podría romper en mil añicos. La soledad creativa     Aparte del trasgresor movimiento literario, las visitas inoportunas que t...