Huelga decir, que el inusitado entusiasmo y la capacidad de aprehender el espíritu de los tiempos de Stefan Zweig nos transportó al período finisecular del XIX y a los primeros albores del siglo XX, pero que Ernst Jünger , personaje controvertido por su belicismo, representa como nadie el ardor de la guerra y al combatiente alemán, que se dirigió atolondrado e ilusionado al frente Occidental, en 1914. En Tempestades de acero , que es su primera novela y que hemos escogido para comentar en esta entrada, nos habla de una brillante generación que escuchaba las historias de sus abuelos como letanias insanas, porque no avizoraba aventuras con las que proclamar su heroicidad. Recordemos que el último enfrentamiento serio en el continente había tenido lugar hacía más de cuarenta años, en 1870, y del cual se derivó la pérdida de Alsacia y Lorena por parte de Francia, que en el imaginario de este país había alentado las ganas de una revancha, que parecía más lontana de lo que realmente...
Un viaje por la historia y la cultura